Este 2 de mayo, se conmemora el Día internacional contra el bullying o acoso escolar, una problemática social que afecta a millones de niños, adolescentes y adultos en todo el mundo.
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Desde escuelas hasta lugares de trabajo, el bullying puede manifestarse en diversas formas, como acoso físico, verbal, social y cibernético.
En medio de los desafíos que enfrentamos como sociedad, es importante destacar la importancia de la tolerancia, la empatía, y el respeto mutuo.
En esta fecha, establecida por asociaciones de padres y organizaciones no gubernamentales, se busca concientizar sobre las consecuencias, que van desde problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión, el ausentismo escolar o laboral y hasta el suicidio. Además, de informar sobre los métodos para evitar la violencia en los centros escolares y laborales.
Se entiende por bullying a una forma de agresión repetida que se manifiesta en diferentes ámbitos, especialmente en el entorno escolar. Esta conducta puede tomar diferentes apariencias como el acoso verbal, físico, social, amenazas, intimidación e inclusive, manipulación.
En el caso del acoso escolar, el niño o el adolescente comienza a mostrar comportamientos característicos, como bajo rendimiento escolar, síntomas de depresión, baja autoestima y el riesgo de atentar contra su vida.
De acuerdo con un informe del gobierno del Estado de México, «los casos de Bullying en todo el planeta continúan en aumento, donde 6 de cada 10 niños sufren todos los días algún de tipo de acoso y ciberacoso. En el caso de México, son 7 de cada 10, ocupando así el primer lugar en violencia escolar a nivel mundial».
Por su parte, la Unicef lista una serie de recomendaciones para prevenir el acoso escolar:
1. Explícale qué es el acoso
2. Háblale abiertamente y con frecuencia
3. Enséñale a ser un ejemplo positivo para los demás
4. Ayuda a tu hijo a confiar en sí mismo
5. Sé un modelo a seguir
6. Forma parte de su experiencia en línea
Además, describe una serie de señales a tener en cuenta para identificar si el niño es víctima de acoso, algunas de ellas son:
–Marcas físicas, como moretones inexplicables, arañazos, huesos rotos o heridas.
–Miedo de ir a la escuela o de participar en eventos escolares.
-Tiene pocos amigos en la escuela o fuera de ella.
-Pierde amigos de repente o evita situaciones sociales.
-Su ropa, dispositivos electrónicos u otras pertenencias personales se pierden o aparecen rotos.
–Empeora su rendimiento académico.
–Falta a la escuela o llama desde allí para irse a casa.
–Parece angustiado después de pasar tiempo en Internet o en el móvil (sin una explicación razonable).
-Se muestra reservado, sobre todo con respecto a su actividad en Internet.
Según expertos, el bullying no es simplemente un fenómeno de comportamiento entre niños, es un problema social arraigado en dinámicas de poder, discriminación y desigualdad. Por otro lado, las víctimas suelen ser personas percibidas como vulnerables o diferentes por alguna razón. A su vez, los espectadores desempeñan un papel crucial; su actitud de tolerancia o rechazo frente al comportamiento agresivo puede influir significativamente en la dinámica del grupo y en la frecuencia de los episodios de acoso.
En la actualidad, el ciberacoso ha crecido de manera alarmante, pues este fenómeno se manifiesta con un incremento preocupante en la tasa de suicidio en jóvenes de diversos países, por lo que genera impotencia en madres, padres y la sociedad, pues no puede hacer algo al respecto.
Es crucial destacar que nunca es tarde para implementar medidas preventivas que ayuden a detectar y abordar el acoso en todas sus formas, algunas de ellas son:
-Bloquear o eliminar a quienes envíen mensajes de odio.
-Denunciar a quien está realizando bullying.
-Vigilar de forma adecuada la actividad del niño cuando navega por internet.
Si bien las escuelas y las autoridades educativas suelen implementar políticas y programas para prevenir y abordar el bullying, aún queda mucho por hacer. Es necesario fomentar el respeto, empatía y solidaridad en todos los niveles de la sociedad, así como brindar apoyo y recursos adecuados a las víctimas y a los agresores para romper el ciclo de la violencia.
Combatir el bullying requiere un esfuerzo conjunto de padres, educadores, estudiantes y la comunidad en general. Solo mediante la educación, la conciencia y la acción colectiva podemos construir entornos escolares seguros y libres de acoso.
Foto: Agencia Enfoque
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