Porque hemos decidido no participar en la marcha del 22 de marzo

Esta marcha del 22 de marzo carece de objetivo político

Porque hemos decidido no participar en la marcha del 22 de marzo

Autor: Mauricio Becerra

Trabajadores Metro Madrid

Esta marcha del 22 de marzo carece de objetivo político. ¿Marchar para mostrar nuestros slogans? ¿Identificarnos por el cambio? ¿Sensibilizar la opinión pública? ¿Confirmar a la presidenta que efectivamente marchamos por el cumplimiento de su programa -, como ella se apresuró a insinuarlo? Es probable que sea todo eso y otras intenciones que se nos escapan. Sin embargo falta algo: recuperar la política para un pueblo que hace 25 años fue declarado interdicto político.

Muchos parecen no entender la nueva y verdadera cara de la Concertación y “buena onda” marcharán creyendo hacer un acto de oposición al gobierno. En el MSPS (Movimiento de Saneamiento Político y Social) hemos decidido no participar en la marcha del 22 de marzo. Razón: las marchas nacieron con un objetivo político claro y neto, fuere este propuesto por los estudiantes, los trabajadores o los movimientos sociales.

Esta marcha del 22 de marzo carece de objetivo político. ¿Marchar para mostrar nuestros slogans? ¿Identificarnos por el cambio? ¿Sensibilizar la opinión pública? ¿Confirmar a la presidenta que efectivamente marchamos por el cumplimiento de su programa -, como ella se apresuró a insinuarlo? Es probable que sea todo eso y otras intenciones que se nos escapan. Sin embargo falta algo: recuperar la política para un pueblo que hace 25 años fue declarado interdicto político.

En un país donde todos somos llamados y podemos elegir, pero donde muy pocos pueden ser elegidos la intención política que debe guiar nuestros pasos es la democratización del sistema. Es decir, tener la posibilidad real de participar.

Cuando hay demasiadas cosas previas que aclarar, creemos que el ritual de las marchas se acabó. En el pasado hemos salido a marchar cuando el diálogo no fructificó. El pasado de 20 años de Concertación nos obliga a exigencias mayores. Hoy, la opinión pública exige mucho más que buenas intenciones. Sobre todo cuando ya no se puede hablar de quórum que nos impiden los cambios.

Hay hechos que revelan las verdaderas intenciones del régimen. El Intendente Huenchumilla pide perdón al pueblo mapuche. Al día siguiente es invitado al lanzamiento de un libro en Santiago donde declara que Chile debe ser un estado multinacional. A su vuelta a Temuco, luego de pasar por la Moneda, declara que esta última opinión es una opinión personal y académica (dichos transmitidos por la televisión) –, como si la academia se identificara con la payasada.

Eyzaguirre convoca a dialogar. La ACES en conocimiento de estos afanes dialogantes declara que anterior al diálogo espera una definición clara de intenciones en torno a 4 puntos.

Está claro que los mapuches y los estudiantes son un hueso duro de roer. Se anuncian otros en el horizonte: portuarios, pescadores artesanales, colectiveros, pobladores de la ciudad y del valle contaminados por los relaves de las transnacionales…

Esos ya marcharon, se declararon en huelga, se enfrentaron a las fuerzas especiales, hubo tomas de liceos y el resultado fue nulo…No cabe duda que es el momento de los compromisos y de la ejecución de dichos compromisos. Es decir es el momento de la política.

Los que hemos superado con largueza el medio siglo tenemos la imagen de Gabriel González Videla en El Topaze contemplando una marcha desde La Moneda. Imagen 2: Pregunta GGV: ¿Por qué desfilan? Respuesta del Dr. Topaze: contra su política presidente. Imagen 3: Gabito con un pendón y con una sonrisa de oreja a oreja al frente de la marcha. GGV fue un recuperador eximio de la política: capaz de abrazarse al PC y al día siguiente enviarlo a Pisagua…siempre con su sonrisa de oreja a oreja. Ese es el Chile del pasado, reeditado en la versión de la dictadura que nos recetó la derecha dura y la democracia cristiana.

Pregunto: ¿vamos a volver al pasado?

La clase política y su presidenta va mucho más adelante que nosotros. La política de las recuperaciones –bajo otras caretas y auspicios– ya se inició.

Imagen 1: Una presidenta acogedora y dialogante, entrevistada por Don Francisco (campeón de la lágrima fácil y la chabacanería) y emocionada con el drama social y recuerdos de su infancia en Cerro Moreno.

Imagen 2: jardines infantiles y madres embarazadas.

Imagen 3: el programa de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) –imagen de la ex primera dama en el fondo. No olvidemos: “izquierda y derecha unidas jamás serán vencidas”– predicando el fomento de hábitos saludables y actividad física.

Imagen 4: todos unidos sin malas intenciones en torno a una madre acogedora…casi como en un jardín infantil, entonces, en esa buena onda, donde nadie se sale del libreto, marchamos unidos en torno a una causa común que se avisa terminará con un acto cultural en el Parque Forestal y sin violencias…

Lo indeseable se lo dejamos a los fiscales y a las fuerzas especiales…Lo de los mapuches, los estudiantes, los portuarios, los taxistas, los pobladores…no es política, son marchas y manifestaciones con la mala intención escondida bajo el poncho…que se vuelven contra la voluntad exportadora y responsable de nuestros empresarios; de nuestro gobierno que con una mano da bonos con la mejor intención, con la otra, digámoslo de una vez, mantiene el impuesto a la bencina y alzas de las tarifas; aplica el 19% del IVA a la marraqueta; no cobra impuestos a las transnacionales del cobre…

La señal inequívoca del poder es “la buena onda” y la condena de la política.

Manifestarnos en este mar de ambigüedades no es sino refrendar ese Chile aséptico, apolítico e infantilizado con que sueña la clase política; imagen, más acorde con la interdicción política a que nos relegó la dictadura durante 16 años y 7 meses, que con las urgencias de un Chile humillado en sus desigualdades.

Por eso, nuestro llamado es a reivindicar la política y a no caer en el juego del poder.

Héctor Vega

Rebelión


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