Apodada el «pollo del infierno», una especie recientemente identificada de dinosaurio emplumado, tan alto como un ser humano, recorrió América del Norte hace al menos 66 millones de años, anunciaron el miércoles paleontólogos. Con una cresta como la de una gallina, desgarbado como un avestruz y con garras afiladas en sus patas delanteras y mandíbulas capaces de triturar huevos y presas, el Anzu wyliei pesaba de 200 a 300 kilogramos.
Esta criatura de larga cola es el mayor miembro conocido de los legendarios dinosaurios «ladrones de huevos», un infraorden llamado Oviraptorosauria, estrechamente relacionados con las aves, según el estudio publicado en la revista PLoS ONE. «En broma llamamos a esta cosa el ‘pollo del infierno’ y creo que es bastante apropiado», dijo el autor principal del estudio, Matt Lamanna, del Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburgh, Pensilvania .
Una colección de huesos fosilizados de tres dinosaurios distintos proporcionó la primera visión casi completa de esta bestia de 3.5 metros de largo y 1.5 metros de alto del piso hasta la cadera. «Sería algo aterrador, y absurdo, de encontrar», dijo la coautora de la investigación, Emma Schachner, de la Universidad de Utah.
El dinosaurio fue bautizado con el nombre de Anzu, un pájaro-demonio de la mitología mesopotámica, y Wylie, el nieto de un miembro del consejo de administración del museo.
Una criatura con primos en Asia
Las piezas del esqueleto fueron halladas hace más de una década en la formación rocosa Hell Creek, en los estados de Dakota del Norte y Dakota del Sur, donde se han encontrado muchos otros fósiles, incluidos los de T. rex y el Triceratops. Los especímenes de Anzu datan de entre 66 y 68 millones de años, muy cerca del final de la era de los dinosaurios hace 65 millones de años, cuando se cree que estos animales fueron aniquilados por un asteroide.
Los fósiles revelan nuevos detalles sobre una super familia de Oviraptorosauria llamada Caenagnathoidea, descubierta por primera vez hace un siglo y que incluía una variedad de tamaños: los había tan pequeños como un pavo a tan grandes como un Gigantoraptor, de 1.5 toneladas. Philip Currie, paleontólogo y profesor de la Universidad de Alberta, describió estos recientes hallazgos como «cruciales» y consideró que «anatómicamente», este dinosaurio es «un espécimen fantástico».
Anzu wyliei parece similar en algunos aspectos a sus primos, los Oviraptoridae, cuyos fósiles fueron hallados en Mongolia y China. Pero hay diferencias. Los fósiles de Mongolia tienen mandíbulas cortas y profundas, mientras que los especímenes de América del Norte, muy similares a las aves, las tienen más largas.
Las patas del Anzu parecen haber sido más largas, también, dijo Currie, quien no participó en el estudio. «Así que estos eran, a diferencia de los de Mongolia, animales capaces de correr mucho más rápido», explicó a la AFP.
¿Ladrón de huevos o no?
El primer fósil de ovirraptor, descrito en 1924, fue llamado «ladrón de huevos» porque fue encontrado en la cima de un nido de huevos y los paleontólogos asumieron que se los estaba comiendo. En la década de 1990, el mismo tipo de huevo fósil fue hallado con un bebé ovirraptor en su interior, lo que sugiere que los especímenes anteriores no atacaban nidos sino que eran padres que protegían a sus propios huevos.
Currie dijo que aún cree, sin embargo, que los huevos de otros dinosaurios eran parte de la dieta del Anzu, en base a la forma de sus mandíbulas, que tenía un hueco del tamaño justo para un huevo y protuberancias para aplastarlos.
Como los dinosaurios ponían huevos sólo en determinados momentos, el Anzu wyliei, primo lejano del T. rex, probablemente comía además otros animales.
«También estaban bien preparados para pellizcar las cabezas de mamíferos y aves y cosas por el estilo», señaló Currie. Los últimos hallazgos evidencian una criatura que tenía el doble de tamaño que los encontrados en lechos rocosos más antiguos, una tendencia también observada en el T. rex y el Triceratops, los cuales para el final de la era de los dinosaurios eran los más grandes de su tipo. «La diversidad de los dinosaurios estaba disminuyendo, y al mismo tiempo acabamos con animales más especializados en un montón de maneras, y que terminaron siendo los animales más grandes en cada uno de sus linajes», dijo Currie.
Fuente: La Jornada