Ya pues señora Michelle… sorpréndanos

Es de esperar que esta vez las promesas de campaña no se ‘pasmen’, ni se cumpla aquello que reza: “del dicho al hecho, hay mucho trecho”

Ya pues señora Michelle… sorpréndanos

Autor: mauriciomorales

Michelle Bachelet

Es de esperar que esta vez las promesas de campaña no se ‘pasmen’, ni se cumpla aquello que reza: “del dicho al hecho, hay mucho trecho”. Pero, tengo dudas razonables al respecto.

Al finalizar el gobierno derechista de Sebastián Piñera, las diversas empresas dedicadas a recabar datos provenientes de la opinión pública señalaban que en la mayoría del electorado chileno se alzaba con fuerza el deseo de provocar cambios de fondo en el andamiaje económico y social del país. Además, se trataba de un asunto incumplido ya que el propio Piñera había triunfado, cuatro años antes, con esa misma promesa en ristre (“el cambio”), la que a juicio de los votantes se constituyó más en engaño que en otra cosa.

Las principales bases en la que se sustenta el “viejo régimen” capitalista no fueron alteradas, por lo cual –desde 1990 a la fecha- las distintas administraciones que gobernaron Chile post-dictadura demostraron poseer excelente calificación en maquillajes, pero ninguna voluntad real en provocar las reformas de fondo que la gente impetra.

¿Y cuáles son esas reformas? El listado no es menor, pues incluye a la Educación, la Salud, la Previsión Social, a la nación Mapuche y a todas las etnias originarias, al Medioambiente, a la renacionalización del cobre, al mar, a los lagos, ríos, glaciares, bosques, a la Sindicalización y Negociación Colectiva, a la energía, a la banca, a la base Constitucional, al Sistema Electoral, a la verdadera Libertad de Prensa, al Sistema Judicial, a la Regionalización, a la Diversidad, a la Tributación…. e incluso a esa estafa que conocemos con el nombre de “Impuesto Específico”, cuyo nacimiento tuvo origen en un aspecto que hoy ya no existe, tal como lo demuestra esta inserción aparecida en muchos medios virtuales, dejando sobre el tapete un tema de mayor profundidad, cual es la característica delictual del Estado chileno en esta materia. Y en otras también, no crea usted que aquí se ahoga el robo ‘legal’.

El Impuesto Específico a los Combustibles surgió principalmente a través de la Ley N° 18.502 y el Decreto Supremo N°311 del Ministerio de Hacienda, en el año 1986, establecido como una forma de recuperar las carreteras y caminos del país afectados por el terremoto ocurrido en 1985. Hoy en día, la mayoría de carreteras del país están concesionadas, por lo que no hay razón alguna de mantener el impuesto que solo beneficia a privados. Se supone, además, que esta medida era transitoria y los daños causados por el terremoto están ya reparados hace bastante tiempo. ¿Se justifica esta medida? NO.

¿Por qué seguir pagando un impuesto que ya no se justifica?

Si ya pagamos por circular en las carreteras, ¿Por qué debemos pagar impuesto por la bencina que ocupamos, sin importar si estamos circulando dentro o fuera de ellas?

¿Por qué nuestro dinero debe hacer crecer las ganancias de empresas como Autopista Central, Costanera Norte, Rutas del Pacífico si no forman parte del estado?

A lo anterior me permito agregar un comentario que me parece relevante. Si los usuarios continúan pagando un alto precio por el litro de combustible merced a la aplicación del ‘impuesto específico’ que la dictadura instauró para “reparar carreteras estragadas por el sismo de 1985”, significa –sin lugar a error ni duda- que el Estado chileno financia con dinero público un evento que, por contrato, correspondería efectuar a las empresas privadas, quienes obtuvieron las concesiones de nuestras carreteras y que cobran peajes no sólo para ganar mucho dinero sino, también, para contar con fondos que les permitan reparar y mantener en buen estado las vías a su cargo. El actual gobierno, ¿qué hará al respecto? ¿Eliminar ese impuesto, o mantenerlo, ‘chamullando’ como ha sido la costumbre de todas las administraciones desde Aylwin Azócar a Piñera Echenique?

EL COBRE, EL GRAN ROBO QUE SE LE HACE A CHILE

En otros ámbitos de nuestra Economía, el Estado continúa ‘regalando’ cuestiones tanto o más importantes que las vías de comunicación terrestre, como ocurre con el cobre (cu) al aplicar –a las empresas transnacionales- un impuesto francamente risible permitiendo que esos conglomerados ni siquiera refinen el mineral en nuestro país, amén de adueñarse de las aguas y contaminar la atmósfera, los valles y pueblos con la instalación de termoeléctricas asfixiantes y tóxicas.

A aquellas personas que siguen defendiendo (montadas en la ignorancia o la mala fe, claro está) la presencia predadora de estas empresas privadas, ¿será necesario informarles además que CODELCO –mal administrado y burocrático- administra sólo el 28% del cobre chileno, pero anualmente su aporte económico al Estado supera en más del 300% a la sumatoria de los aportes –a través de impuestos y royalty- de todas las mineras particulares, las cuales poseen el 75% del cobre existente en Chile?

El 2011 CODELCO, con una producción de 1,6 millones de toneladas de cobre, vendió unos US$18.000 millones por lo que el royalty pagado a las FFAA fue de US$1.800 millones. En contraposición, el total de la gran minería privada y transnacional -con 3,9 millones de toneladas de COBRE producidas- sólo pagó al Fisco un impuesto total de US$3.600 millones, mientras que CODELCO, con el 28% de la producción entregó US$1.800 millones a las FFAA y US$10.800 millones al Fisco (lo que hace) un total de US$12.600 millones.

Si el sector privado fuera gravado y controlado en la misma forma que CODELCO, (ese sector privado) debería pagar al fisco de Chile US$30.500 millones, casi 9 veces lo que paga hoy.

¿Por qué digo que, respecto del segundo gobierno de doña Michelle tengo dudas más que razonables en relación a materias tan sensibles e importantes como es nuestra vital minería?

El diario La Segunda del martes 25 de Agosto 2009, informó de una cena especialmente preparada en honor de la presidenta Bachelet que se realizaría en Nueva York el 25 de septiembre. Todo ello con el auspicio de la Barrick Gold y la Petrolera Chevron. Los organizadores del evento eran miembros del ‘Council of the Americas’, organismo que reúne a las más importantes Empresas Transnacionales que hacen negocios en Latinoamérica (Miembros Corporativos). La Junta Directiva de ese organismo está encabezada por David Rockefeller como Presidente Honorario y George W. Landau, Presidente Emérito (Embajador de EE UU en Chile 1977-1981).

Socios de este conglomerado son, entre otros, Empresas CMPC y Eliodoro Matte, Antofagasta PLC y Andrónico Luksic C., Alvaro Saieh y CorpBanca, El Mercurio SAP y Agustín E. Edwards, los que con las otras empresas de influencia del continente, toman examen periódico a autoridades estratégicas de la región.

De hecho, la misma Bachelet ya se había sentado a la mesa del ‘Council of the Americas’ cuando estaba en plena campaña en el 2006… hay malintencionados que piensan que compromisos contraídos en esa época resultaron después muy bien agradecidos por los empresarios y, particularmente, por el gobierno de EEUU (léase y entiéndase, «Presidencia ONU Mujer»).

Barrick y su fundador Peter Munk, son entusiastas participantes de este círculo de poder, que recibió el año 2006 el explícito respaldo de Michelle Bachelet para posibilitar su proyecto Pascua Lama, contra la declarada voluntad ciudadana. Para el gobierno de Michelle Bachelet, el papel que jugaba (y aún juega) The Council of Americas en Chile era (y es), definitivamente, prioritario y relevante en el afianzamiento y desarrollo del modelo neoliberal. Por ello, a objeto de promover el ingreso de Chile a una organización primermundista, Bachelet, durante su primer mandato presidencial, designó nada menos que a Karen Poniachik (representante en América Latina del conglomerado Rockefeller) como su delegada personal ante la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), la cual organizó la cena que el muy agradecido mundo empresarial transnacional preparó ‘en honor’ de Bachelet ese 25 de septiembre del 2009 en la ciudad de Nueva York.

Si usted hubiese tenido 400 dólares y estómago suficiente para comer junto a aquella verdadera mafia, debió inscribirse anticipadamente ya que los cupos eran limitados. Eso sí, de haberlo hecho, seguramente le habríamos recomendado tener especial cuidado para evitar atragantarse con el resto de concha de algún molusco llevado a esa cena directamente desde las costas de la región de Atacama, donde la empresa Barrick Gold contaba con autorización del gobierno chileno para depredar glaciares y estragar seriamente los valles interiores, todo ello en beneficio de explotar hasta su agotamiento -en 20 años- el cobre, la plata, el oro y el molibdeno que subyace bajo los glaciares que Barrick está destruyendo, y producir unos US$80.000 millones de dólares en ganancias líquidas y libres de impuestos para mejor salud de la economía de dos países de la América del Norte, como son Canadá y USA.

Desde que la dictadura violó la Constitución y la Ley de Nacionalización del COBRE en 1976 (en lo referente a las indemnizaciones a las empresas norteamericanas nacionalizadas en 1971), por la vigencia de la Ley (José) Piñera de concesiones mineras con propiedad del subsuelo en 1983, ampliada y refinada por todos los gobiernos de la Concertación, y la vergonzosa medida del año 2003 del gobierno de Ricardo Lagos, mantenida por los gobiernos de Bachelet y Piñera para eliminar el control real de Aduanas sobre el contenido de subproductos y metales preciosos en los concentrados exportados por las trasnacionales y el grupo Luksic, Chile ha perdido US$550.000 millones de dólares de hoy por varios conceptos:

a) Pérdida de patrimonio minero por sobre explotación, que rebajó los precios, en 1995-2003

b) Pérdida de ingresos por inexistencia de un verdadero Royalyi minero sobre el sector privado y trasnacional de la gran y mediana minería del Cobre.

c) Un impuesto de apenas 12% sobre las ganancias reales del sector cuprífero privado-trasnacional

d) No control del robo de los metales preciosos, instaurado en 2003 por las necesidades políticas del entonces Presidente Ricardo Lagos, duramente cuestionado por el escándalo de los sobres con dineros ilegales y los fraudes triangulados del MOP-GATE, que entregó todo lo entregable para tener el apoyo y “vista gorda” de los poderes fácticos, financieros, trasnacionales y sus medios de prensa, TV, OMGs, Universidades y ‘Think Tanks’.

e) No existencia de un efectivo control de los préstamos de las casas matrices a altas tasas de interés ni de los contratos de suministro con esas casas matrices de Cobre a precios subvaluados con respecto a la cotización internacional.

Esta cifra equivale a una vivienda de UF 2.650 ($57.000.000, o U$117.000) para cada una de las 4,7 millones de familias pobres que se registran oficialmente en Chile. Todo ello no ha sido posible –existiendo de sobra- capacidad real para hacerlo, únicamente porque la voluntad política de los últimos seis gobiernos (desde la dictadura a Piñera) así lo ha decidido. ¿Cambiará todo wesro en la segunda administración de doña Michelle? Mis dudas son razonables. ¿Ahora me entiende, estimado lector?

REFORMAS TRIBUTARIA Y EDUCACIONAL… Y ALGO MÁS

El gobierno de doña Michelle presentará un proyecto de reforma tributaria que algunos políticos consideran solución de muchos problemas… pero que en realidad es sólo un pequeño paso hacia la satisfacción de las necesidades más urgentes, puesto que esa reforma no toca –ni con el pétalo de una rosa- los brutales negociados de las AFP’s, las Isapres y la Banca (cada día más avara y malhechora). Alguien dirá que “por algo se ha de comenzar”, y habrá que concederle razón a quien así opine, pues “algo es algo”, pero no es la panacea.

El ministro Nicolás Eyzaguirre (un economista fungiendo de experto en Educación) ya entregó relampagones respecto de la probable reforma educacional, aunque por mucho que la banderee no dará para “refundar” el área, si bien se debe reconocer que pareciera ser un intento serio al respecto. Ojalá este proyecto no se ‘pasme’ a poco andar, ni se cobije en nuevas triquiñuelas, contubernios ni ‘acuerdos consensuados’ -paridos entre cuatro paredes (Legislativo de por medio)-, destinados a obnubilar a la ciudadanía y a engañar al estudiantado.

En definitiva, son demasiados los temas que el país (o la gran mayoría ciudadana) exige reformular, y para referirse a todos y cada uno de ellos con rigurosidad se requeriría contar con muchas más líneas que las disponibles en este sucinto artículo de opinión.

Por ello, estimada señora Presidenta, me permito reiterar el comentario con el cual se tituló este apurado boceto de dudas: “sorpréndanos”, satisfaciendo las demandas que la sociedad chilena impetra desde hace un par de lustros, o más. Aunque mis dudas siguen siendo más que razonables.

Por Arturo Alejandro Muñoz


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