Es evidente que eran otros tiempos, donde el mundo entero experimentaba avances sin precedentes, las revueltas universitarias en los 68’, la guerrilla del “Che”, las dictaduras militares en el sur, las guerras en el sud oeste asiático, la aparición de los Beatles, en resumidas cuentas me quedo con la frase del Gabo Márquez “todo cambió entonces, los hombres se dejaron crecer el cabello y la barba, las mujeres aprendieron a desnudarse con naturalidad, cambió el modo de vestir y de amar, y se inicio la liberación del sexo y otras drogas para soñar”.
Néstor no se había dado cuenta que esto resultaría uno de sus libros con más trascendencia histórica en esta coyuntura que vivimos hoy el pueblo boliviano y a pocos días de presentarse la memoria ante la Corte Internacional de justicia (CIJ) de la Haya. Volviendo a las memorias del autor, este comienza resaltando el panorama de la lucha electoral que vivía Chile en ese mes de junio de 1970, de la violencia política unida al problema social, de los partidos y los sindicatos obreros, hasta de las intentonas de golpe de Estado dirigidas por Viax y Gamboa, estas últimas para evitar el triunfo de la Unidad Popular.
En la primera entrevista al Dr. Allende abordan el programa que circulaba por el país, estaba claro que planteaban las medidas que constituyen el comienzo de la construcción del socialismo, de una autodeterminación y no intervención, de un gobierno popular, de una integración latinoamericana a través del socialismo, como único camino para la liberación real y efectiva, en el caso particular con Bolivia era el establecer fraternales relaciones.
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Néstor es invitado por la Sociedad de Escritores de Chile (SECH) a la posesión del presidente electo, va a Chile con sus amigos Marcelo Quiroga Santa Cruz y Simón Reyes, pero como anécdota el autor cuenta que en la lista de invitados por la sociedad de escritores, se encuentran: Jean Paul Sarte, Simone de Beauvoir, Julio Cortázar, Alejo Carpentier, Mario Vargas Llosa, Miguel Angel Asturias, Gabriel García Márquez, mijail Sholojov, entre muchos más.
A los seis días logra una entrevista con el Presidente de la República de Chile, Dr. Salvador Allende, en el cual le solicita un mensaje al pueblo boliviano, respondiendo: “Caminaremos juntos en la gran tarea histórica de América Latina”, que se hallaba a iniciar el tiempo de la reparación de los agravios, la injusticia centenaria que pesaba sobre Bolivia. Pero el autor recuerda sorprendido cuando escuchó y que lo tomó por sorpresa: “Chile tiene un gobierno popular y Bolivia también. Y el Perú. ¡Bolivia retornará soberana a las costas del mar pacífico!» Está más que claro que una declaración como esa toma por sorpresa a todo un pueblo que no sale de sus montañas, y oír de los labios de un chileno y nada menos que de un Presidente.
Los aires en Chile eran diferentes. Por ejemplo, se construyó el primer monumento al “Che” en América Latina, de bronce, cerca de tres metros de alto y 1.400 kilogramos, con un uniforme de campaña y en actitud desafiante, el Alcalde Tito Palesto lee un emotivo discurso relevando la presencia de Selvira Leigue, madre de Coco e Inti Peredo. Fue el mejor homenaje en esa construcción de una patria socialista. O también, por ejemplo, el encuentro con René Ríos Boettiger más conocido como Pepo, padre y creador de Condorito, que le obsequió una caricatura original de esta misma, una edición especial con un nuevo personaje de los andes, “Condorito y Titicaco un solo corazón”.
En su tercera intervención y en audiencia de despedida, Allende le da la noticia de que acababa de firmar el decreto de restablecimiento de relaciones diplomáticas, comerciales, culturales y consulares con el gobierno de Cuba, pues no hay que olvidar que Chile rompió relaciones con Cuba como todos los países latinoamericano incluyendo el mío (Bolivia) por órdenes de la Organización de los Estados Americanos (OEA), o como se lo denomina “Ministerio de Colonias de USA”. Es donde endurece su rostro mirando a Taboada y le dice: “En este plan de reparación de injusticias también he resuelto que el hermano país de Bolivia retorne al mar. Se acabe el encierro que sufre desde 1879 por culpa de la intromisión imperialista inglés. No se puede condenar a un pueblo a cadena perpetua…. Un pueblo que esclaviza a otro pueblo no es libre. Ahora no somos un gobierno de la oligarquía minoritaria, somos el pueblo”.
A las pocas horas de terminada la charla, el Cónsul General de Bolivia en Chile, Don Franz Ruck Uriburu, aparece en la casa donde se quedaba alojado nuestro autor, ¡Allende me ha dicho que hable con usted para tomar providencias!, y de inmediato le ofrece el cargo de Agregado Cultural, evidentemente Taboada no acepta el cargo, simplemente estaba en Santiago para mostrar su solidaridad con el gran líder socialista.
Estaba claro que Allende no solo era el constructor del socialismo, sino un reparador de entuertos latinoamericanos, la noticia recibió el pueblo boliviano con mucho escepticismo y la clase dirigente con estupor. Es donde nace la anécdota de que un periodista en Palacio de gobierno le dice al General Banzer que si Allende devuelve al mar a Bolivia, esta se convertiría en una República socialista, y el General responde con una golpiza.
Para terminar con este homenaje a nuestro autor, veremos un pasaje de la época: el 13 de marzo de l972, es detenido y torturado, por más de cuatro meses, el objeto era conocer detalles del ofrecimiento de Salvador Allende de devolver el mar a Bolivia.
Su biblioteca quemada en la plaza con más de 2.000 volúmenes, y expulsado al exilio, desde donde pudo ver ese tremendo 11 de septiembre de 1973, día de los militares y muerte de Allende defendiendo a bala el mamarracho anacrónico del derecho burgués, defendiendo una Corte Suprema de Justicia que lo había repudiado y había legitimado a sus asesinos…
Néstor Taboada Terán (La Paz, Bolivia, 8 de septiembre de 1929) es un novelista, cuentista, ensayista, historiador, periodista y profesor universitario boliviano.1 2 3 Estudió Artes Gráficas en el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial de Río de Janeiro, Brasil, y Periodismo en la Universidad Central del Ecuador en Quito.Siendo muy joven militó durante un breve período en el Partido de la Izquierda Revolucionaria, hasta formar junto a otros artistas e intelectuales el Partido Comunista de Bolivia en 1950, al que luego abandonó. Fue declarado «persona non grata» en La Paz por cuestionar a Pedro Domingo Murillo, precursor de la independencia de Bolivia. Durante el gobierno de Hugo Banzer Suárez, en 1972, sus libros fueron quemados en la plaza «14 de Septiembre» de Cochabamba; el escritor fue arrestado y después de unos meses de detención fue exiliado a la Argentina