El peor Terremoto para nuestra Zona Norte no fue el del martes 1 de Abril, no es que esté haciendo una especie de predicción, que tan de moda ha estado últimamente, sino que el verdadero Terremoto parte cuando las autoridades y prensa abandonen la zona afectada, pasando de ese grato ambiente de contención y protección hacia los afectados, a uno de olvido, como sucede en muchas regiones del país que día a día claman a gritos del silencio centralista.
Este Terremoto que viene no es un tema menor, pues cuando ese esforzado hombre de mar, al cual se le derrumbó su vivienda y, como si esto fuera poco, por la furia de ese traicionero mar que tantos peces y mariscos le había entregado, perdió su embarcación que actuaba como su única gran fuente laboral, estamos frente a un grave problema. Ese hombre no está pidiendo al Estado o la sociedad le entregue todo, lo que pide es tener un techo y su herramienta de trabajo, para obtener recurso económico y volver a empezar… Porque cuando no se tiene Casa ni Trabajo, todo es más difícil.
En momentos como este fue cuando entendí el verdadero propósito de esa vieja tradición chilota llamada la “Minga”, que básicamente consiste en que entre todos se ayuda a un vecino sin esperar nada a cambio, se actúa con la mejor disposición y superponiendo nuestros propios intereses por el del otro. Pero también fue cuando con mucha tristeza me pude dar cuenta como de una minoría, que existe y está entre nosotros, sale esa horrible miseria humana provocando saqueos, pero no sólo esos que se aprovechaban del pánico e iban a robar, sino que también de aquellos que estafaban a costa del sufrimiento y dolor ajeno.
En esto último me quiero detener para hacer referencia al rol de la TV, pues con mucha indignación vi a Animadores y Periodistas de Matinales preguntando al aire hasta cuando se iban a quedar porque tenían que ir a una fiesta de cumpleaños o porque no habían llevado Shampoo… Toda esta escena sucedía en un albergues donde a tan sólo 1 metro de ellos habían personas que perdieron familiares directos, casas, fuente de trabajo, etc. Ahí fue cuando comprendí que lo que hacían no era ayudar sintiendo verdaderamente el sufrimiento y dolor ajeno, sino una especie de “Turismo Social”, que en realidad no aporta en nada más que alimentar el morbo y decir “Estuve ahí”.
Por ello el peor Terremoto es el que viene, el Norte despierta ante tanto olvido, ayudemos a ayudar y reconstruir ese Norte del cual en muchos reclames nos vanagloriamos, el que tiene tanto mineral que lo denominamos como el sueldo de Chile, ese que decimos que la riqueza de Chile son sus personas, las mismas que hoy sufren los embates de la madre naturaleza y que necesitan de nosotros. Es así como hoy no se necesitan discursos, ni columnas como la que estás leyendo, sino que acciones. Te propongo que hagamos algo para ir en ayuda de las personas de nuestro Norte ¿Te sumas?
Por Alexis Barría