Hugo Bustamante, conocido como el «asesino del tambor» y condenado por la violación, asesinato y descuartizamiento de la adolescente Ámbar Cornejo, confesó haber cometido otros dos asesinatos en 1996 que hasta la fecha eran desconocidos.
La noticia salió a la luz a raíz de una entrevista que le realizó en la cárcel la periodista Ivonne Toro, quien se encuentra escribiendo un libro sobre el caso de Ámbar.
Según relató Toro, en una de éstas entrevistas le preguntó directamente a Bustamante si había matado a más personas. El asesino le respondió que le tenía «un regalo» y le entregó un papel en el que revelaba el nombre de dos personas que se encontraban desaparecidas desde 1996: Elena Hinojosa y Eduardo Páez.
«Tras meses de investigación, logré constatar que los nombres que me había mencionado eran los de dos personas que estaban desaparecidas desde 1996. También que Páez y Bustamante se conocieron en los ’90 en la cárcel y que, al salir de prisión, continuaron viéndose hasta que él y su madre desaparecieron», relató la periodista.
«De eso quedó registro en un antiguo expediente que se abrió luego de que familiares de Hinojosa y Páez denunciaran una presunta desgracia. Allí también figura un testimonio de Bustamante quien, según una hija de Hinojosa, habría sido la última persona en verlos con vida tras llevarlos a su domicilio».
La periodista también relata que esta semana Bustamante le entregó a un oficial de Gendarmería la ubicación exacta de los cuerpos, los cuales se encontrarían en un domicilio de Villa Alemana. La Policía de Investigaciones se encuentra realizando las diligencias para verificar la información.
Tras hacerse pública la noticia, Bustamante se mostró arrepentido de haber confesado los crímenes a la periodista y aseguró no tener «mala intención» en su actuar:
«Debí haberme callado. Esta cuestión debí dejarla ahí nomás, si durmiendo estaba re bien. Fui yo el bruto que la despertó. Traté de hacer algo bueno. Me equivoqué. No fue mala la intención, ¿me entiende? Yo quería agradecer. Dije: “Esta persona se está portando bien conmigo sabiendo que soy un canalla, un asesino. Me está viendo como un ser humano, como persona”. A lo mejor es una forma loca, pero mi manera de agradecer fue esa. Dar algo de mí que yo no había ofrecido», señaló.