Chiloé – Patagonia
Juan Carlos Viveros es uno de los activistas históricos en la defensa del archipiélago de Chiloé y desde este como puerta de entrada insular, a toda la Patagonia. En sus casi 10 años de activista, salvo un periodo en que la muerte de su padre lo llevó al retiro voluntario, el ingeniero comercial nos cuenta aquí su mirada sobre los últimos acontecimientos respecto a Sbap (Ley Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas), solicitudes de Ecmpo (Espacios Coteros Marinos PPOO), entre otras materias relacionadas.
¿Como evalúas los últimos acontecimientos en que hemos visto como la industria salmonera levanta campañas con trabajadores y gremios cada vez que ve que otros actores defienden derechos?
En lo personal, me parece que lo que hemos visto recientemente no es el camino correcto. El enfrentamiento, la división, la creación de conflictos artificiales jamás serán una vía de solución. Más bien son una mala siembra que tendrá posteriormente otra mala cosecha.
El camino debe ser siempre el dialogo, el debate con información técnica/científica en mano, que permitan tener muy claro el diagnóstico de lo que sucede en los mares patagónicos, sus responsables y luego plantear el conjunto de propuestas que nos lleve a salir de la emergencia en que estamos.
¿En qué emergencia estamos?
Estamos en una emergencia global, en la que la perdida de ecosistemas, de biodiversidad y la contaminación nos tienen en directa amenaza de extinción a nuestra propia especie humana. En esto, la protección del océano, del mar, de fiordos y canales es una prioridad mundial si queremos sobrevivir.
Aquí el Gobierno y la industria acuícola no están ayudando.
¿Por qué no están ayudando?
La industria por algo evidente: continúan en la inconciencia de tener como única meta el aumento de utilidades. Cuando propietarios, directivos, gerencias solo tienen por objetivo, casi dogma, el “crecer”, el “ganar más y más”, pasa esto: causan enorme desequilibrio.
El gobierno por su parte, enfrascado en el tema politiquero, sin dirección clara, sin equipos capacitados en resolver conflictos socioambientales de larga data, optan por “no estar”, lo que yo llamo el “Estado ausente”. Al no tener presencia gobierno/Estado, el territorio y maritorio quedan a merced de conflictos de intereses, en que en nombre de mega negocios, mega utilidades, son capaces de extremar todo, tal como hemos visto estos meses en temas Ecmpo y vimos en Sbap.
El gobierno prefiere “lavarse las manos” y así permiten toda la escalada de conflictos que vemos.
¿Qué te ha parecido la votación de las últimas 2 Crubc de Aysén y Los Lagos – Chiloé?
Han sido situaciones bien lamentables, tristes y vergonzosas. Vemos que quienes tienen que llegar a votar, por ejemplo, alcaldes, no conocen la situación ni la ley, no saben que van a votar. Vemos gobiernos regionales y delegados con muy poca preparación y liderazgos que puedan llevar bien estos procesos.
“a rio revuelto ganancia de pescadores” se dice por aquí. Lamentablemente, ni los pescadores ganan, puesto que con el nivel de desinformación y desconocimiento que hay, nadie gana, excepto los intereses de industriales, que si conocen la ley y saben muy bien hacer lobby, quienes crean su propio escenario para lograr sus fines.
Todo el proceso de Ecmpos ha sido pesimamente llevado. Esto tiene que cambiar. Los gobiernos regionales y delegaciones tienen que ser parte temprana del proceso completo, así evitar las campañas de desinformación y aprovechamiento.
¿Desde tu experiencia de casi una década, por qué crees que sucede esto?
Esto sucede por una especie de ideología casi dogmática, que es dejar que todo suceda, dejar que todo pase y se resuelva por si mismo. Falta de seriedad, falta de liderazgo, falta de responsabilidad de la clase política.
También por el falso dogma del crecimiento sostenido. En un planeta finito, con recursos finitos, el mar de Chiloé y toda la Patagonia no puede seguir siendo explotado de la manera en que se esta haciendo. Esto es un asunto de supervivencia de la humanidad. Propietarios, directivos, gerentes de salmoneras, el congreso y toda la clase política tienen que entender esto: YA NO PODEMOS SEGUIR DE LA MISMA MANERA O VAMOS A SUCUMBIR.
¿Cuál ha sido el rol del gobierno de Gabriel Boric al respecto?
Ha sido una enorme decepción, esperábamos mucho más, dado el nivel de promesas de campaña que tuvo el presidente y su equipo. No han estado a la altura.
Nosotros dialogamos de manera permanente con altos personeros de gobierno, durante 2 años y no logramos prácticamente ninguna propuesta de solución concreta al drama de los mares patagónicos.
Incluso recibimos como anuncio que se iban a encargar de proponer un plan de salida de las salmoneras de las áreas protegidas, cosa que hasta hoy sigue sin entregarse.
En las altas esferas del gobierno saben muy bien lo que sucede. Saben por ejemplo que la desarticulación del tema acuícola en diversas carteras ha sido una estrategia, no un error, pero no lo solucionan.
Saben que la industria salmonera genera daños irreparables y que por ello un mínimo es su salida de áreas protegidas, pero no lo resuelven.
Ni siquiera buen dialogo hay.
¿Cuáles crees son los mejores caminos para poner fin a la escalada de desinformación y violencia vista los últimos meses?
Yo creo que ha llegado la hora del ordenamiento maritorial de la Patagonia. La nueva ley acuícola puede ser la herramienta precisa, siempre y cuando entendamos todos los actores el escenario en que estamos: emergencia ambiental planetaria. Que no podemos seguir haciendo lo mismo, el contexto es otro y es grave.
Todo lo que está sucediendo con Sbap, sobreproducción, caducidades, Ecmpo, deben ser el impulso suficiente para que haya un reordenamiento completo de la industria y aquí el mínimo es su salida de áreas protegidas.
Fíjate que nunca hemos pedido que se cierre la industria, ni que se vayan de Chile, ni nada semejante. Nunca. A pesar de todos los impactos negativos, no hemos pedido eso.
Sabemos que la industria genera milenes de empleos. Sabemos que genera movimiento económico enorme-pero también sabemos que el costo ambiental, ecológico, climático, social y cultural de esa actividad es enorme y muchas veces irreparables.
Entonces, ¿qué falta?
Falta seriedad y conciencia, para entender el momento delicado en que estamos.
Responsabilidad y coraje político para llegar a acuerdos que permitan resolver esto.
Conciencia de los propietarios, directivos y gerencias salmoneras para abrirse a soluciones.
La salmonicultura tiene que salir de las áreas protegidas pues estas fueron creadas por su Altísimo valor de conservación de la biodiversidad, por los servicios ecosistémicos que brindan para que nuestra especie humana continue. Destruir las áreas protegidas es un suicidio colectivo en nombre de las mega utilidades de unos pocos. Lo que debe terminar.
Si todos comprendiéramos esto y partiéramos de esta base, estoy seguro de que encontraríamos las soluciones.
¿Algún llamado o mensaje final?
Claro, hoy que es 8 de junio, día mundial del océano, un llamado a la elite económica y política de este país a ser más humanos, a despertar en conciencia, a comprender el momento actual y abrirse a dialogo que permita resolver las paradojas, muchas de ellas falsas.
No hay crecimiento ni desarrollo en destruir el mar patagónico, fiordos y canales. No hay crecimiento ni desarrollo en ampliar actividades que rompen los equilibrios naturales.
Y un “desde” es que las áreas protegidas estén sin salmoneras.
Soluciones hay. Dialoguemos, acordemos, y apliquemos.