Nacido en Osorno en 1942, Buschmann fue militante comunista y actor de la Pontificia Universidad Católica. Durante la dictadura ingresó al FPMR donde participó en importantes operativos para desestabilizar el gobierno de Augusto Pinochet. Uno de los más importantes fue el ocurrido en Carrizal Bajo, ciudad perteneciente a la provincia de Huasco en la región de Atacama, en 1986, donde bajo la coartada de una empresa de cultivo y exportación de productos marinos se internó una gran cantidad de armamento de grueso calibre para la operaciones del Frente.
Llevaba pocos años recién llegado desde Nicaragua. En aquel país participó de la lucha sandinista. Al volver, trabajó incluso como actor en algunas teleseries de TVN. Fue detenido tres veces. La primera a pocos días de ocurrido el Golpe de Estado, la segunda en 1975 y la tercera en 1986 luego de que la Central Nacional de Informaciones (CNI) descubriera la operación para ingresar armas. No alcanzó a permanecer un año ya que el 7 de agosto de 1987, Buschmann junto a otros tres reos se fugaron espectacularmente del centro penitenciario Cerro Cárcel en Valparaiso. El escape del preso más custodiado por el régimen militar terminó días después ya que salió del país clandestinamente rumbo a Europa.
Regresó a Chile en 1994. Le esperaba un proceso judicial inconcluso y un año más de cárcel para conseguir la libertad. Sergio Buschmann jamás recibió un homenaje oficial, como otros combatientes que arriesgaron sus vidas en la lucha contra los genocidas de la dictadura, pero el pueblo siempre lo mantuvo en el recuerdo como uno de los grandes “valientes” que se atrevieron a enfrentar a Pinochet y sus cómplices, los mismos que gestaron la desigualdad que hoy reina en Chile.
El pasado sábado 12 de abril, a las 15 horas, cientos de personas se reunieron en la sede del Partido Comunista de Valparaíso, del cual Buschmann era militante, para rendir el último homenaje a este gran defensor del pueblo. “Honor y Gloria”; “Sergio Buschmann Presente” se escuchaba mientras una gran marcha acompañaba la carroza fúnebre que trasladó al combatiente desde la Plaza Victoria hasta Avenida Errazuriz. El cortejó terminó en el Cementerio número 3 de Playa Ancha.
«Sergio Buschmann vive” gritó un compañero con la bandera del Frente mientras la carroza ingresaba al cementerio playanchino. La gente se abrazaba. Muchos eran viejos conocidos desde la época de la dictadura que no se encontraban hace décadas. Entonando el himno de «La Internacional», la familia de Sergio Buschmann portando una bandera del FPMR encabezaron la caminata hasta el lugar de descanso definitivo, una ladera con vista al mar que lo cobijó durante sus últimos años viviendo en el puerto de Valparaíso.
Tal y como hacían los compañeros del Frente en plena dictadura cuando despedían a los que caían víctimas de las fuerzas de seguridad militar, disparos al aire se sumaban a los aplausos de despedida de Buschmann. Nuevamente cientos entonaban «La Internacional» y otros, que cubrían sus rostros con pañuelos rojos gritaban «honor y gloria!!!»; «Hasta la victoria, siempre!!!».