Por Margarita Labarca Goddard
Es curioso, pero ahora en muchos países los gobiernos y la gente común y corriente están preocupados de los jueces. Sobre todo en América Latina o en otros lugares del Tercer Mundo, mal llamado así pues en este continente había pueblos muy desarrollados, miles de años antes de la Colonia.
Ahora bien, existe una calificación realizada por una organización internacional que se declara independiente -la World Justice Proyect (WJP)-, el Rule of Law Index (Índice de Estado de Derecho). La confianza que merece este Índice la ignoro, pero es lo que hay. Si ustedes encuentran otro mejor, bienvenido.
Según este índice, los cinco mejores sistemas judiciales son los de Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia, y Holanda. Y los cinco perores serían los de Bangladesh, Uganda, Pakistán, Etiopía y Honduras.
Bueno, pobre Honduras, pero no importa porque ahora gobierna una mujer de izquierda allí y va a hacer muchos cambios positivos y democráticos.
Pero hay una característica común a todos los sistemas judiciales: los jueces, buenos o malos, se dicen independientes y no aceptan que nadie se meta con ellos.
Yo me quiero referir ahora sólo a lo que está pasando con el poder judicial en Chile y en México, comenzando por Chile, y ya veré si alcanzo a hablar de México o si no, lo dejo para otro artículo.
Sobre este tema ya se ha escrito mucho y voy a tratar de no repetir sino decir lo que a mí me parece.
Desde luego, en Chile subsisten muchas rémoras de la dictadura. Por ejemplo, se conservan muchos nombres, como el de “regiones”, que es un término típicamente militar, para lo que antes fueron provincias. Al Instituto Pedagógico, nuestro querido “Pedagógico” lo llaman ahora Academia Superior de Ciencias Pedagógicas de Santiago o algo parecido y lo desvincularon de la Universidad [1]. No voy a dar más nombres porque seguramente los lectores saben mucho más que yo.
¿Quién nombra a los jueces en Chile?
Los ministros son designados por el Presidente de la República, quien los elige de una nómina de cinco personas que, en cada caso, propone la Corte Suprema, y con acuerdo del Senado. Ya no deben quedar jueces designados por la dictadura, pero ¿por qué los jueces chilenos nombrados ahora, generalmente deciden apoyar posiciones de derecha?
Para comenzar, hay que entender que desde el siglo XIX, los jueces y ministros se formaron en una ideología supuestamente apolítica, de conservar lo que hay y de hacer carrera, de conservar la estabilidad laboral. Y la verdad es que el apoliticismo es de derecha ¿Verdad? Por lo mismo, siempre han carecido y carecen de una real cultura de respeto y apego a los DDHH y los valores democráticos. Igualmente, el apoliticismo lleva directamente a defender la propiedad privada y la libre empresa.
En definitiva, será por la formación que han recibido, o por la clase social de que provienen, por conveniencia o por lo que sea.
A mí siempre me ha chocado mucho que las sentencias definitivas sobre crímenes de la dictadura a menudo salen 40 o 50 años después del delito. Desde luego, en dictadura no podían prosperar porque había que presentar los casos ante tribunales militares que los rechazaban ¿Pero por qué después?
Podría ser porque después de varios gobiernos post dictadura, se reabrieron los juicios debido a la detención de Pinochet en Londres, lo que permitió que algunos jueces retomaran los juicios y dictaran condenas muchos años más tarde, ya perdido el temor a Pinochet.
Quizás la demora también se debió a que existen demasiados recursos que permiten alargar los procesos penales o simplemente miedo. ¿Miedo a qué? Pues al Ejército, que sigue siendo igual al de la dictadura: formación fascista, ignorancia de los derechos humanos, gran poder que nadie ha coartado ni menos modificado, aunque la ministra de Defensa es hija de la Tati, nieta del Presidente Allende y se formó en Cuba.
Por ejemplo, a Héctor Llaitul lo condenaron a 25 años de prisión, que es lo mismo que cadena perpetua, por ser un dirigente indígena consecuente y respetado por su pueblo, al que no se le ha probado ningún delito.
A Daniel Jadue lo tienen en prisión por montones de delitos prefabricados, mientras el Gobierno se queda impávido o quizás contento de verlo jodido, porque Jadue les estaba dando lecciones de dignidad y de consecuencia con los principios que siempre ha sostenido.
Y ahora hay tremendo escándalo porque se han filtrado conversaciones del celular y de chats de un abogado muy conocido, en que se comprueban sus influencias y gestiones indebidas para el nombramiento de jueces y magistrados.
Pero, hay una iniciativa gubernamental para una reforma constitucional que modifica el sistema de nombramiento de los jueces…
Ah, al fin, dirán ustedes. Pues no, es una iniciativa presentada en 2021 por el Presidente Sebastián Piñera, pero el actual gobierno la apoya.
Desde luego, una reforma constitucional parcial no se justifica cuando se han elaborado proyectos muy generales de nuevas constituciones que han sido rechazados. Pero, de todos modos, la iniciativa del ex presidente Pinera se encuentra todavía, después de tres años, en la Cámara de Diputados.
¿Y qué es lo que se propone? En síntesis, lo siguiente:
Que los nombramientos o ascensos de los jueces no se hagan principalmente por antigüedad, sino por méritos.
Para calificar estos méritos se propone crear una Comisión que será autónoma e integrada por representantes de los diferentes poderes del Estado, personas intachables y sin compromisos políticos, etc., si es que tales personas existieran.
Porque hasta ahora los jueces iban ascendiendo poco a poco, desde un juzgado en un pueblito insignificante de Ñuble, a otro quizás más importante en Talca, por aquello de “Talca, París y Londres”. Aunque nunca llegaban a ser jueces en París, sólo iban de visita, ya jubilados y si hubieran guardado un dinerito o siempre que tuvieran un sobrino que los alojara porque, gracias al exilio, había trabajado muchos años en la Unesco y se había podido comprar un departamento, aunque fuera en un barrio picante, pero París es Paris ¿no?
Entonces, este juez, antes de jubilar, a lo mejor podía llegar a la Corte de Apelaciones de Chillán y después a la Suprema, donde todos son unos vejestorios de derecha, como todos los vejestorios que apoyaron a la dictadura y a sus recomendados, menos los vejestorios como nosotros, amigos y compañeros, que fuimos de izquierda desde que nacimos, gracias a dios y la virgen santísima.
Pero los abogados de izquierda nunca llegan lejos en el Poder judicial, porque los van dejando siempre atrás pues hay uno más viejo que debe ascender.
Este proyecto del gobierno de Piñera es mejor que lo que hay, aunque no es muy democrático y nada revolucionario, pero el gobierno de Boric lo apoya porque el señor Boric tampoco es revolucionario ni nada que se le parezca. Esto se puede entender porque los revolucionarios no nacen en el mundo como callampas bajo la lluvia.
Pues fíjense que los yanquis tienen un sistema de elección de los jueces, que es muy interesante y me parece que también bastante democrático. Raro, pero seguramente proviene desde mucho tiempo atrás. Los jueces son elegidos por el pueblo, en elecciones abiertas ¿Que si eso se aplica en Chile va a politizar a los jueces? Quizás, pero politizarlos en el buen sentido, no como ahora, que todos están inclinados para el lado derecho.
¿Y saben qué? En México se está proponiendo lo mismo, que los jueces sean designados por elección popular. Se va a hacer una consulta pública al respecto, para que el pueblo decida el procedimiento, como en todas las cosas importantes.
Después voy a escribir un artículo detallado sobre esto.
Por Margarita Labarca Goddard
Chilena radicada en México
Nota del Editor:
- A partir de 1985, pasó a ser la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) ↩︎