Por Ignacio Bustos
Pese a que no ocupa ningún cargo público hace más de 10 años y de su distancia crítica con el gobierno del presidente Gabriel Boric, el cineasta gana terreno en las encuestas de opinión pública que comienzan a preparar los listados de futuros candidatos a la presidencia.
Según relata diariamente mediante sus redes sociales, Enríquez-Ominami, centra su despliegue en la coordinación del Grupo de Puebla y múltiples actividades académicas en Europa, Asia y Latinoamérica, sin perder conexión con lo que pasa en Chile.
En su entorno comentan que los últimos días grafican la intensidad del ex diputado: el día miércoles de la semana pasada jugó un rol poco conocido en el intento de golpe de Estado en Bolivia, a través de diversas coordinaciones con otros liderazgos de Latinoamérica para evitar un eventual derrocamiento del presidente Luis Arce por el ex general del ejército boliviano, Juan José Zúñiga .
El día jueves viajó hasta la ciudad de Buenos Aires para reunirse con el presidente de la Friedrich-Ebert-Stiftung (FES), Martin Schulz, para hablar sobre integración en Latinoamérica, la gobernanza económica y las relaciones con el progresismo europeo. El viernes y sábado estuvo en Tegucigalpa, Honduras, para dirigir un nuevo encuentro del Grupo de Puebla, una coordinación de más de 60 liderazgos de 20 países distintos, que cuenta con la participación, entre otros, del ex presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, el ex presidente de Argentina, Alberto Fernández y el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula Da Silva, entre otros.
El ex diputado y cineasta, además, ha desarrollado una veta poco conocida en Chile, la académica. Y es que Marco Enríquez-Ominami se ha dedicado los últimos años a dar charlas y conferencias en distintas universidades del mundo hablando sobre un tema que conoce muy de cerca: las campañas y la comunicación política.
Por estos días dirige un diplomado en la Universidad Nacional de Rosario sobre esta materia y asesora a la Universidad Internacional de la Rioja en España.Aunque mantiene una intensa agenda internacional, el ex candidato presidencial se encuentra muy activo en su despliegue dentro de Chile.
Usualmente, relatan, recorre distintas regiones del país, organiza diálogos en su casa con dirigentes políticos y se reúne periódicamente con sus colaboradores más cercanos para analizar el escenario nacional. Buena parte de esos análisis se comunican en sus redes sociales, paneles de debate en televisión y radio.
Además, durante los últimos meses ha explotado una nueva faceta, la de tiktoker. En esa red social irrumpió con fuerza, acumula millones de visualizaciones y su joven fanaticada lo bautizaron con un nuevo apodo, “Tío Meo”.
El fundador del extinto partido progresista -hoy independiente, sin afiliación partidaria-, cumple un rol de articulador en la Fundación Progresa. Desde esa trinchera, ha desarrollado una fuerte agenda social durante los últimos meses.
En el verano acompañó a un grupo de voluntarios para recuperar áreas verdes a través de la plantación de más de mil árboles en comunas como San Bernardo, La Pintana, Quinta Normal, La Cisterna, El Bosque, Cerrillos y Peñalolén.
Luego, impulsó un proyecto de seguridad mediante el cual intervinieron en 10 comunas de la Región Metropolitana y de Valparaíso, con la donación de cámaras de seguridad.
También, junto con la Fundación Progresa, entregaron becas para que estudiantes chilenos cursen el diplomado que dirige en la Universidad Nacional de Rosario.
Con estos antecedentes, no resulta extraño que vuelva a aparecer en las encuestas que miden la percepción espontánea de la ciudadanía y lo posicionan como uno de los liderazgos potenciales de la centroizquierda para competir por la presidencia en 2025.
La última encuesta Pulso Ciudadano, lo sitúa como el único candidato del progresismo que aumentó sus menciones durante el mes de junio, versus el retroceso de Michelle Bachelet, Carolina Tohá y Camila Vallejo. ¿Será este el inicio de una nueva aventura presidencial?.