Hoy se cumple un año del mayor accidente textil registrado en la historia de Bangladesh, hecho que causó la muerte de 1.138 personas y más de 2.400 heridos, cuando el edificio de nueve pisos, con cinco talleres que producían para importantes marcas extranjeras de ropa y accesorios, se vino abajo en el suburbio industrial de Savar, en las afueras de Dacca.
“Un año después de la peor catástrofe de la historia del sector textil, las marcas siguen traicionando a los sobrevivientes y a las familias de las 1.138 personas fallecidas”, afirma la ONG, denunciando que “solo la mitad de las 30 empresas que se aprovisionaban de los talleres de Rana Plaza han ingresado dinero en el fondo de indemnización”. La suma acordada para compensar las pérdidas de ingresos y para pagar los gastos sanitarios de las víctimas, era de 40 millones de dólares, pero el fondo solo alcanza hasta la fecha de hoy un total de 15 millones de dólares.
El acuerdo para tratar el tema de las indemnizaciones de los afectados, fue el de crear un fondo internacional para las víctimas al que las empresas textiles relacionadas con la fábrica de Bangladesh. Este implicaba que las víctimas o familiares de fallecidos, tuvieran derecho a una indemnización por incapacidad total o parcial de trabajar y el pago de los gastos médicos, además de asistencia para interponer una querella, para que las empresas que tenían talleres en el Rana Plaza debían contribuir de forma significativa.
Con motivo del primer aniversario del derrumbe del edificio, las ONG y sindicatos denunciaron la actitud de 29 cadenas de distribución de ropa, entre ellos Benetton, Auchan, Mango o Carrefour, de quienes se sospecha subcontrataron su producción, en un momento u otro, en el Rana Plaza.