Pedro Aguirre Cerda, legado de un verdadero estadista

  Quisiera antes que nada, destacar y al tiempo agradecer esta feliz y laudable iniciativa de la I

Pedro Aguirre Cerda, legado de un verdadero estadista

Autor: Director

aguirrecerda

 

Quisiera antes que nada, destacar y al tiempo agradecer esta feliz y laudable iniciativa de la I. Municipalidad de Calle Larga. Que ostenta el exclusivo y raro privilegio de poseer bajo su territorial jurisdicción la casa donde naciera tal vez la más grande y señera figura política de Chile, un ejemplo para América: Pedro Aguirre Cerda.

En esta perspectiva, se estaría celebrando un acto de cultura ciudadana que debiera servir de claro ejemplo para todo el resto de la comunidad nacional. Los Andes y Calle Larga, poseen de suyo una valiosa historia.

Una ejemplar iniciativa en esta misma orientación la asume la Fundación Tierra Amarilla, bajo la inspiración del ex-Senador Jonás Gómez Gallo, publicando un completo estudio bajo el título: “Pedro Aguirre Cerda, el problema agrario y el problema industrial”.

Y es ciertamente promisoria así como estimulante la presencia de las personalidades más representativas de la zona que prestigian este acto. Y ciertamente, que participe un ex-Rector de la U. de Chile   -la casa de Bello-   y que es recientemente reelecto   -por abrumadora mayoría-   como Gran Maestre de la Orden Masónica de Chile, Luis Riveros Cornejo. Esta, como debe saberse desempeña un papel protagónico en nuestra propia independencia nacional. Y en ella participan hombres como Bernardo O´Higgins o José Miguel Carrera.

Luis Riveros Cornejo, añade a estas altas funciones, una sólida formación académica: es historiador y economista y goza de merecido prestigio tanto en Chile como en el exterior. Circunstancias todas que no sólo lo habilitan para conocer a fondo la obra política y académica de Pedro Aguirre Cerda. Más todavía, si en su propio pensamiento y conducta ha puesto en evidencia su afinidad con el Ilustre ex-Presidente de Chile.

Cumple asimismo destacar que esta misma Región    -la V Región-  goza también del extraordinario privilegio natural de formar parte de un valle excepcionalmente bello y próspero: el valle de Aconcagua. Pudiendo entonces afirmarse que es en esta Región justamente donde con mayor evidencia se sustancian los hermosos versos de nuestra canción nacional: “Puro Chile es tu cielo azulado… y ese mar que tranquilo te baña…”.

No puedo entonces abrigar ninguna duda acerca de la enorme importancia y proyecciones de este solemne y concurrido Acto de sana ilustración política e histórica para los chilenos. Abordando ya derechamente el tema    -Pedro Aguirre Cerda, legado histórico de un verdadero estadista-,   cumple formular un aserto incontestable: ya nadie ignora, que el mundo se ha transformado en una aldea, como consecuencia natural de la gran Revolución Científico-Tecnológica que está en abismante proceso hace pocos decenios. No tan sólo el hombre llega a otros planetas sino también, se atreve a iniciar la fabricación de un sol verdadero (El Mercurio, ver). Y, esta sola circunstancia nos obliga a analizar todos y cada uno de nuestros problemas y desafíos, asumiendo su creciente complejidad e interrelación, en una perspectiva global.

Ello significa, entre otras cosas, que enfrentamos la urgente necesidad de preguntarnos acaso estamos habilitados o no para enfrentar tan importante tarea. Especialmente, cuando por larga tradición en América Latina   -de que Chile es parte integrante-   hemos tenido por hábito en las materias más significativas de nuestro desarrollo cultural, político, económico y social de acoger y copiar modelos extranjeros. Especialmente, los que vienen de Europa y luego, de USA, ex-URSS o la China…

En otras palabras: nos hemos dedicado a copiar o calcar como si este hecho fuera una necesaria prolongación de ese largo Período Colonial en el que éramos simples vasallos de dos ex-potencias colonialistas, España y Portugal. Y ni siquiera hemos copiado bien, sino que a medias o malamente. Y, no raro ¡las peores cosas!… Con lo cual, no tan sólo hemos ido de fracaso en fracaso sino que además somos acreedores al fundado desprecio de esos mismos países que pretendemos emular. Este fenómeno se ha producido notoria y principalmente, en el terreno político y económico. Con lo cual, de hecho, hemos atropellado o traicionado nuestras propias raíces etno-culturales y nuestra sacrificada historia patria. Lo peor de todo y, éste es hoy en día el hecho más palmario, peligroso y relevante, es que esas supuestas “Grandes Potencias”, hace ya varios años son víctimas también de una honda y no superada Crisis económica y moral. La que no hace mucho, se deflagra una vez más y planetariamente, el 2008 y la cual, no está superada. Sin siquiera saberse a ciencia cierta, acaso ello será posible. Basta leer las noticias internacionales acerca del terrorismo, de las persistentes guerras localizadas   -especialmente en el Oriente Medio-   o de la pobreza… Incluyendo recientes anuncios sobre lo que serían muy graves retrocesos o estancamientos en el supuesto auge económico de China, o el verdadero “horror económico”  que se cierne sobre naciones europeas.

De todo lo cual, se desprende un hecho principalísimo: esos presuntos ejemplos de Desarrollo del llamado Primer Mundo ¡no nos sirven! Y está además reiteradamente demostrado que ellos mismos también fracasan. Con el riesgo todavía más grave de que esa tragedia la puedan descargar sobre nosotros mismos…Particularmente, si se sabe su creciente y amenazadora necesidad de Recursos Naturales que precisamente, nosotros los latinoamericanos, poseemos en mucho mayor cantidad, todavía…

Esta sola circunstancia indesmentible, nos obliga a bajarnos del carro y a comprender de una vez por todas, madura y responsablemente, que no podemos ni debemos seguir haciendo el triste y ridículo papel de postillones.

De todo lo cual surge necesariamente otra pregunta obligada: ¿poseemos nosotros los Hombres y la sabiduría o conocimientos necesarios para emprender otro Camino menos accidentado, peligroso y desolador?

¡Sí, los poseemos!

Sería muy larga la lista de señeros valores que esta América nuestra ha producido y que más allá de nuestras fronteras ha logrado triunfar o destacarse: “nadie es profeta en su tierra” y mucho menos, si ella está plagada de envidiosos o mediocres. Entre otros se destacan: un Alejandro Alvarez, eminente jurista chileno radicado en Paris, autor de una célebre obra de Derecho Internacional y que era requerido como árbitro en conflictos entre países, un Julio Cortázar, argentino, también radicado en Francia y aún nacionalizado allí; un Octavio Paz, mexicano, con su admonitoria visión sobre nuestra nefasta inmadurez al emanciparnos; un Felipe Herrera, chileno, que con tanta competencia presidiera el BID; un Simón Bolívar, venezolano, poseedor de reconocida formación cultural cuya fuente esencial es Rousseau  -tan vez no superior a la de Pedro Aguirre Cerda-    un Pablo Neruda, chileno, para muchos el poeta más grande de la historia literaria del mundo; un Rómulo Betancourt, venezolano, culto y visionario Gobernante que concentrara su pensamiento y acción en pro de la integración de América Latina; o una Gabriela Mistral, chilena que, según se ha divulgado, habría escrito lo mejor de su obra precisamente en Los andes. Y, por sobre todo, la escandalosa fuga de cerebros latinoamericanos   -especialmente hacia USA y Europa-  tan sólo comparable con la fuga de divisas…,porque no se confía en el desarrollo económico o la estabilidad política de nuestros países. Es pues interminable y abrumador el número de nuestros genuinos valores y riquezas que en América Latina se pierden o no se dimensionan en su real significación y proyecciones.

Sin embargo, y aunque efectivamente en nuestro suelo americano han nacido grandes figuras de proyección universal, hemos cometido el gravísimo pecado o delito de lesa patria, de no abrirles los espacios necesarios, de no conocerlos siquiera, tampoco respetarlos debidamente y mucho menos difundirlos como se merecen. ¿Y por qué?, básicamente, porque la pequeñez y la envidia han sido factores preponderantes. Así como también, la vocación fenicia de tantos latinoamericanos que siendo no raro personas respetables, competentes e influyentes, sin embargo se han dejado seducir por Centros de Poder económico extranjeros   -muy especialmente-   que toman cuenta de nuestras riquezas principales. Como valiente y premonitoriamente lo advirtiera José Manuel Balmaceda Fernández. Y esas personas, para desgracia de nuestros países, suelen estar en la más absoluta impunidad y sin clara conciencia del profundo daño que le causan a la patria y a sus propios descendientes. Con lo cual el proceso de re-colonización económica y cultural extranjera ha avanzado peligrosamente.

Pues bien, muy pocos políticos y Gobernantes, han comprendido mejor estas amenazas que Pedro Aguirre Cerda. Quien lo ha hecho sin embargo, al advertirlo y denunciarlo, del modo más cauto y respetuoso. Pero, con tal decisión como el Alcalde de Zalamea quien, haciendo la justicia debida, le dice al condenado: “Con todo respeto, os he de ahorcar”.

De ahí entonces la extraordinaria importancia de su pensamiento político y de su obra: que hoy más que nunca nos recuerda la necesidad impostergable de enfrentar Nuestro Futuro de una manera verdaderamente responsable y digna. Como auténticas Naciones o Repúblicas, que tienen conciencia plena de la importancia que reviste el respeto y el ejercicio de su Soberanía Nacional, cada vez más atropellada o vulnerada afrentosa e impunemente. La llamada clase política, particularmente cuando son Gobierno, guarda sin embargo un cómplice silencio…, mientras el estado de frustración y desconfianza de nuestro pueblo, lo induce a marginarse o tal vez, abrir las puertas para que el espíritu subversivo recupere la fuerza y la vigencia que históricamente ha marcado el proceso político de América Latina. Justificando con ello, no raro, el retorno de períodos institucionales de crueles dictaduras.

Pedro Aguirre Cerda nos ofrece confiablemente una lúcida y promisoria opción de Gobierno y de desarrollo nacional, esencialmente armónico y no confrontacional ni sectario, que efectivamente garantice la Unidad Nacional y el engrandecimiento de Chile: éste es sin duda ninguna el gran aporte de su gestión de Gobierno que lo ubica en el sitial de un verdadero estadista.

En una instancia histórica caracterizada por el desprestigio de quienes realizarían   -pues mayoritariamente no lo hacen-  esta digna y noble función de la política, parece de la mayor necesidad y conveniencia volver los ojos hacia un hombre que, siendo un verdadero político   -es decir un servidor público-  honró su cargo de Primer Magistrado de la Nación.

Y este notorio e indiscutido prestigio, como se verá, se funda principalmente, en tres características que lo distinguieron:

1-    Su reconocida competencia profesional: era abogado y profesor de filosofía además de asumir como el primer decano de la escuela de Economía, lo que fundamenta el hecho de alcanzar el digno status de un verdadero estadista.

2-    Su integérrima vocación de servidor público, enriquecida por su acrisolada honradez, que le permitió realizar una fecunda obra de Gobierno, que tampoco nadie pone en discusión. Proyectada esta magna gestión no tan sólo en el campo material    -desarrolló la industria, creando la Corfo, la agricultura y, muy particularmente la Educación-  sino también espiritual, potenciando igualmente la fraternidad y el amor por el trabajo eficiente y responsable. Y,

3-    Su profundo respeto por las opiniones contrarias, atributo del más genuino cuño liberal   -un verdadero liberal es aquel hombre capaz de dar su vida para que se respete el derecho a opinar de su contrario-   y, de este modo, no sectario. A tales extremos que, siendo miembro de la masonería sin embargo él gestiona y obtiene de la Santa Sede la designación del primer Cardenal de la República: José María Caro. Como asimismo, mantiene una estrecha y cordial relación   -apoyándola siempre-   con Gabriela Mistral. Vínculo tan significativo que, como se verá, le promete y cumple fundar la escuela rural, de enorme significación político-social, económica y cultural. Así como mantiene con todos los sectores del espectro político nacional, las mejores relaciones. Su militancia en el Partido Radical   -que nace del seno del Partido Liberal Reformista, cuyo liderazgo en el Norte lo ejerce Pedro León Gallo, insobornable regionalista-,   lo induce asimismo a incorporar en un nivel político-institucional hasta ahora desconocido a las capas medias en el Gobierno. Y, en esta misma perspectiva, en su primer Mensaje al Congreso Nacional, cuando asume la Presidencia, propugna explícitamente  -en vez de la lucha de clases-  la “compenetración” de las capas sociales. Filosofía de pensamiento político que lo asocia con la de los estoicos, cuando 5 siglos AC ya advertían sobre “la identidad esencial” de todos los seres humanos. Y que la ciencia   -la psicología-   en el último tiempo ya consagra y ratifica, refiriéndose al proceso de la autorealización.

Para dimensionar y mejor calificar el mérito de sus atributos como un gran Gobernante, es bueno esclarecer cuáles son las coordenadas de tiempo y espacio político de esa época. Sin ignorarse el gran desastre natural  que fue el terremoto de 1939.

Creo, sin exageración alguna, que jamás nunca en la historia política de Chile se produjo un mayor consenso en el apoyo y la admiración a la labor política de un Gobernante: respetado y aún querido por sus propios adversarios políticos.

En aquella época, efectivamente, no hacía más de 10 años, explosionaba la gran Crisis económica mundial del año 29, período en el cual y bajo la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo, él viajaba por el extranjero   -Europa y USA, especialmente-   tomando contacto con los más ilustres políticos y científicos de la época, como se evidencia absolutamente en sus escritos. Y se está pocos años después, muy cercanos al inicio de la II Guerra Mundial. Situaciones todas, que él advierte con extrema lucidez y que en buena medida explican sus sabias precauciones y advertencias.

Es posible, sin embargo, que en el momento presente   -más de medio siglo después de su muerte-  la situación actual del mundo no sea tan diferente. Pero en esta perspectiva es de la mayor importancia advertir que Pedro Aguirre Cerda fue capaz de anticipar fundada y previsoriamente los principales riesgos que se avisoraban para nuestro futuro. No sólo el de Chile sino también, el de las demás Naciones de América Latina.

Por estas sumarias consideraciones, su pensamiento político y también su accionar, revisten todavía para nosotros una significación mayor. Pudiendo constatarse sin embargo que, para desgracia de Chile, posteriores Gobernantes y políticos parecen haber ignorado esa prodigiosa labor de Gobierno y así también el pensamiento político y económico que estaba detrás. Y que, por sobre todo, nos inducía y aconsejaba prepararnos. Y, en los mejores términos posibles,  poseyendo una Educación de excelencia. Concediéndole al conocimiento científico y tecnológico, la mayor importancia. No tan sólo como prevención de futuros desastres sino también como necesaria protección ante los feroces enemigos que él ya barruntaba, entre lo que se ha dado en llamar las Grandes Potencias.

Efectivamente, pocas veces en la historia política de Chile como hoy, la ciudadanía ha sido víctima de una sensación de frustración y abandono más palmaria e insostenible. Cuando durante decenios es golpeada y provocada por una creciente desigualdad económico-social. Baste pensar que en nuestro país sólo un 1% de su población posee una riqueza equivalente al 30,1% del ingreso total del País ( fuente: ““La Parte del León” Nuevas estimaciones de la participación de los súper ricos en el Ingreso de Chile” de Ramón López, Eugenio Figueroa y Pablo Gutierrez, Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile). Así como también, por su innegable actualidad, en reciente libro editado por el profesor Luis Riveros   -“Pensando a Chile del año 2013”-, se reproduce texto –“Mi Visión del Chile futuro”-  del ex Ministro de Hacienda Andrés Velasco quien, lamentablemente aquí y ahora no logró sin embargo durante su gestión revertir este cuadro patético a que alude refiriéndose a “el problema de la desigualdad”.  Éste se refleja en otro dato de escandalosa importancia: “los ricos en Chile tienen cuatro veces más acceso al empleo que los pobres… y hay muchas familias en Chile que no tienen un ingreso”. Pero es mucho más grave todavía, y aquí radica principalmente la extraordinaria importancia de la Educación: se dificulta o priva insana e insensatamente a nuestra juventud del más preciado de los bienes en una sociedad civilizada. En un momento histórico crucial en que una gran Revolución Científico-Tecnológica toma cuenta del Universo. Y ella es de tanta magnitud, que precisamente gracias a su agencia se ha posibilitado agravar dolorosamente esa desigualdad: no tan sólo al interior de un país sino entre las propias Naciones. Al punto que en la actualidad, un muy escaso número de países llamados del Primer Mundo, no tan sólo acumulan las mayores riquezas de la Tierra sino además, asumen conductas políticas y económicas de cuño agresivamente imperialistas. Recordándonos las sabias advertencias de Balmaceda: nos convertiríamos en meras factorías extranjeras. Como explícitamente se consagra luego de la II Guerra Mundial, con los Acuerdos de Bretton Woods… Situación que ya se venía venir en tiempos de la guerra de USA y España en 1898. Y, a tales extremos, que de hecho y a través de la propia legislación y el comercio internacional, se apoderan de nuestros Recursos Naturales esenciales   -como el cobre, el litio o el agua-   atropellando flagrantemente expresas disposiciones de las Naciones Unidas. Como la Resolución 1803   -el 14 de diciembre de 1962-  en que perentoriamente se establece que los Recursos Naturales son “INHERENTES”  a la Soberanía Nacional. Y, de este modo, nuestra heroica Emancipación de España y Portugal  -en el caso de América Latina-  queda hecho trizas. Fundamentándose así los alcances de un Octavio Paz o un Joaquín Edwards Bello, acerca de que nuestros pueblos no estaban preparados para manejar su propia libertad.

Y lo que es peor: esas Naciones cuentan en nuestro propio territorio con sus mejores aliados o quintas columnas. Los que suelen ser hombres de negocios o políticos chilenos, que anteponen su codicia a su esencial condición de nacionales, atropellando asimismo, expresas disposiciones de la Constitución Política de Chile. Muy particularmente  su art. 22, en estrecha  relación con otros preceptos también de carácter constitucional:

Todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales.

Los chilenos tienen el deber fundamental de honrar a la Patria, de defender su Soberanía y de contribuir a preservar la Seguridad Nacional y los Valores esenciales de la tradición chilena”.

En estos términos, será absolutamente imposible el verdadero desarrollo   -con carácter integral-   de nuestro País. Como Rousseau lo sostuviera, los gobernados sólo son capaces de alcanzar lo que sus Gobernantes les posibilitan. Y, un mal ejemplo o una conducta descastada y anti- patriótica sólo lograrán pervertir y desquiciar la masa ciudadana.

Ante este cuadro, lamentablemente real e indesmentible y sin siquiera referirnos a la reciente Crisis económica mundial del 2008, aún no superada ni en el seno de USA o Europa, se torna imperiosa la necesidad de encontrar Caminos de Solución real a esta Crisis económica y moral. Que le devuelvan la energía y la fe a una ciudadanía que se ha alejado tanto de la vida política, llegándose al extremo de que en Chile nuestro actual Gobierno ha resultado electo por tan sólo un 25% de la ciudadanía. Lo que estaría justificando la afirmación que divulgáramos hace decenios con Julio Barrenechea: la caducidad de las viejas ortodoxias de izquierda y de derecha. Lo que Fernández de la Mora denuncia al escribir “El Crepúsculo de las Ideologías”.

Ciertamente, un análisis más específico del pensamiento y la obra de Pedro Aguirre Cerda, ocuparía un largo espacio. Baste pensar, que sólo el texto aludido sobre el problema agrario y el problema industrial se contiene en 566 páginas. Por lo cual, haciendo un máximo esfuerzo de síntesis, lo reduciré a sólo cuatro aspectos esenciales:

1-    La Educación

2-    La Política

3-    El problema Agrario

4-    El problema Industrial

1-La Educación.

En efecto, y a propósito de la Educación tan estrechamente vinculada con el desarrollo agrícola, se transcribe una breve carta    -página 14-   que Pedro Aguirre Cerda le envía a Gabriela mistral y que puede servir de marco introductorio para entender por qué pasó a constituir un lema de su Gobierno: “Gobernar es Educar”:

“Mi distinguida amiga:

Permítame dedicarle este trabajo que usted ha inspirado.

Al hablar de Chile sobre la forma de levantarnos espiritual y económicamente, estuvimos conformes en que había que empezar la tarea por la clase agrícola, que tan abnegadamente desempeña LA FUNCION MATRIZ en el desenvolvimiento colectivo, y fundar la escuela rural. Y me agregó usted que si reuníamos los recursos necesarios dirigiría usted misma una escuela campesina que llevara el nombre de ese noble argentino, Domingo Faustino Sarmiento, que pagó tan generosamente nuestra hospitalidad que llegó hasta regentar una escuela rural en mi pueblo natal (Los Andes) y a dirigir la primera Escuela Normal de Maestros que se fundó en Sud América (Santiago de Chile.

Para solicitar esos recursos a mi regreso al País y fundar el “Centro Agrícola Sarmiento”, he escrito esta obra cuyo íntegro beneficio se dedicará al mismo fin. Acepte, mi buena amiga, este recuerdo como el esfuerzo primero que hago para realizar sus aspiraciones.

La saluda con todo afecto su amigo y seguro servidor,

Pedro Aguirre Cerda

Paris, Abril de 1929”

En términos los más sumarios, podría sostenerse que el pensamiento educacional de Pedro Aguirre Cerda se debe insertar en la filosofía de Platón: según él, la Educación debía perseguir tres objetivos:

“Primero: formar hombres virtuosos,

Segundo: formar profesionales y,

Tercero: formar ciudadanos”.

De lo cual puede asimismo desprenderse por qué este insigne Gobernante acoge la expresión de Valentín Letelier, “Gobernar es educar”.

Es más: asocia estrechamente el proceso educacional a la agricultura. Teniendo muy en cuenta la experiencia de otros países tan destacados universalmente por su “desarrollo integral”, como el que marcha a la cabeza de todos en el mundo: Dinamarca.

Para que nadie pueda dudar acerca de la infinita importancia de la Educación, escribe: “la batalla de Waterloo se ganó en los terrenos de juego de Eton”.

“El vencedor en la guerra franco-alemana de 1870 fue el maestro de escuela”.

La propia  “nacionalidad, en el hecho, considerada como se debe, no es un concepto político sino educacional. Es una salvaguardia de respeto propio contra LOS INSIDIOSOS ASALTOS DEL COSMOPOLITISMO MATERIALISTA. Es la honda en las manos de los pueblos débiles, no desarrollados contra el Goliath del progreso material…

“No hay tarea más urgente entre los pueblos débiles y atrasados que un sabio aliento de nacionalidad y la mantención de las tradiciones nacionales y de una vida corporativa como escuela de carácter y de respeto propio” (cita de Zimnern en “Essays on nationalism”, páginas 248-249).

Agregando que, como cada pueblo tiene su idiosincrasia especial basada en su tendencia predominante, debe formarse el programa de acción gubernativa que permita sacar del conglomerado social el máximo de beneficios.

“Herederos de una raza   -la española-   instintivamente repulsora de todo espíritu de asociación, rebelde a una disciplina natural y consentida, desafecta a toda acción sostenida, SIN ESPIRITU UTILITARIO, nuestra tarea de defensa es más difícil que la de otros países”. Más todavía, si se considera la tradición cultural de nuestros pueblos originarios. Que de hecho posee también un carácter esencialmente espiritual. En que, la veneración y respeto por nuestra madre naturaleza llega a tal límite que, el principal se denomina Mapuche: de mapu = tierra y che = gente. Situación que se ve consagrada por el alto mestizaje, superior tal vez al 80% de nuestra población nacional. Mestizaje que se debe considerar como un valioso aporte para nuestra cohesión ciudadana y nuestro sentido de Patria. Circunstancia que entre otras, explica por qué Chile es la primera Nación que se organiza en forma en América Latina después de su Emancipación de la corona española.

Por lo cual formula    -posiblemente la más importante de todas sus sabias advertencias no tan sólo en el campo de la alta política nacional-    que él vincula con la Educación sino también alcanzando la esfera de nuestra Seguridad Nacional:

“Despertemos en la colectividad EL PELIGRO DE LA PATRIA AMENAZADA en esta cruzada de redención nacional. Demostremos al adulto, a la mujer y al niño, LA INMINENCIA DE LA ABSORCION, LA CERTEZA DE LA DOMINACION EXTRANJERA  si cada uno de nosotros no pone el máximo de sí en el progreso colectivo. Estimulemos el amor propio individual y sus posibilidades de detener la ola invasora que nos agobia:  CADA DIA DE INACCION NOS HACE PERDER UN GIRON DE NUESTRAS LIBERTADES”.

“Todos los órganos nacionales deben tener entre nosotros UN PROGRAMA DE ORIENTACION UNIFORME, que en cada uno de sus actos lleve impreso el sello de la defensa utilitaria de la colectividad en que vivimos y la justa ambición de formar una Patria más grande, generosa y progresista”. Debiendo saberse que el “progreso”, no raro pervierte o avasalla. Como cuando nos reduce a la simple condición de “homo faber”, es decir, esclavo del trabajo. O nos aliena ante el sortilegio de una tecnología que propicia el hedonismo o la superficialidad. Con lo cual consigue alejarnos de la familia y de la propia sociedad de que formamos parte, deshumanizándonos y empobreciéndonos mental y moralmente. Formula luego otra observación del más grande valor y confirmatoria de esa condición excepcional que le permitió a su Gobierno compatibilizar los ideales con el sentido práctico de la existencia. Escribe:

 “Y NO SE CRITIQUE EL UTILITARISMO, como suele hacerse confundiéndolo con el egoísmo. El primero exige a los actos un rendimiento positivo y el segundo, un provecho simplemente personal.”

Estos alcances sin duda ninguna, revisten la mayor significación en el momento presente y me conducen a otra consideración igualmente esclarecedora: es un error ya muy generalizado hablar de neo-liberalismo, visto que la doctrina liberal postula exactamente lo contrario que este criticado sistema en boga: postula como en la Revolución Francesa de cuño liberal, los Principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad. En circunstancias que, todos ellos, son atropellados o avasallados por este sistema. La expresión correcta es la de neo-utilitarismo. En cuanto se trata de una derivación impropia o injusta de esa doctrina; así como lo fue el neo-mercantilismo respecto del mercantilismo. Corresponde entonces hablar de neo-utilitarismo.

Y para esclarecer al máximo otro aspecto fundamental, refiriéndose a la “amplitud de la Educación” escribe y estos asertos son medulares:

“No se trata sólo de extender y facilitar la Educación Primaria, Secundaria, Especial y Universitaria. El concepto es más amplio. El Estado y todas las autoridades centrales y locales, la industria, el comercio, la agricultura, LA SOCIEDAD TODA está impregnada del sentimiento que pasa ya a ser UN MITO COLECTIVO QUE SIN LA EDUCACION, SIN LA COMPRENSION DE LOS PRINCIPIOS CIENTIFICOS O POR LO MENOS, SIN EL RESPETO POR LA CIENCIA Y SUS INVESTIGACIONES Y EXPERIMENTACIONES, AYUDADA DE LA PERSEVERANCIA Y LA APLICACIÓN PRACTICA DEL SABER, NO HAY POSIBILIDAD DE ALCANZAR ÉXITO EN ACTIVIDAD ALGUNA.” Justamente, poco antes de comenzar a funcionar en Chile la televisión, fueron pronunciados numerosos discursos en el Congreso Nacional, destacando la importancia que revestiría este medio para la Educación del pueblo chileno. En cabal coincidencia con las divulgadas afirmaciones de Marshall Mc Luhan destacando que existen ciertamente tres vías principales para educar: el seno de la familia, los colegios o establecimientos educacionales y los medios de difusión masiva en general.

Concluyendo: desde un Schröder que predica en Dinamarca la poesía del trabajo humano y del esfuerzo creador en forma de lograr… que un campesino desconfiado, ignorante y enemigo de la ciencia, admire hoy al mundo por su espíritu de cooperación, al cual se entrega con toda sinceridad… Y su adaptación a las nuevas exigencias científicas y económicas.

A  continuación destaca “la dignificación del trabajo aplicado y del espíritu creador en todas las actividades nacionales”.

Asimismo el “aprovechamiento de las cualidades individuales”… las que permiten el rendimiento máximo de eficiencia, las que facilitan el perfeccionamiento y LA FELICIDAD POR EL EJERCICIO DE UNA TAREA SIEMPRE COMPRENDIDA Y GRATA DE HACER”.

No menos importante es el “contacto permanente desde la escuela a la universidad con las realidades de la vida. Como es el caso de la industria o de la agricultura. Advirtiendo que:

“Hay exceso de abogados sin pleitos y de comerciantes al menudeo, muchos médicos sin clientela y abundancia de baratilleros. En cambio, al País le faltan creadores” (citando a Herriot, pág 11).

Para luego referirse a otra necesidad de la mayor importancia y que en la realidad actual se encuentra absolutamente desvirtuado, con el creciente imperio de una propaganda o publicidad esencialmente mercantil y hedonista, al referirse a: “utilización y difusión de todos los medios y oportunidades que la ciencia y la ocasión franquean para ilustrar al individuo.” Por ello:

“El libro, el cinema, la radio, el folleto, la conferencia en todas las formas y por todas las reparticiones públicas y privadas deben estar en constante actividad. Difusión máxima de todos los medios, procedimientos y sistemas que vulgaricen las nociones científicas aprovechables en las ciencias y en las artes, en la industria y el comercio.”

Claramente y hace ya más de medio siglo, Pedro Aguirre Cerda adelantaba en lo esencial los criterios político-institucionales y culturales que en los últimos años le han permitido a los países asiáticos ponerse a la cabeza del desarrollo económico mundial. Lo que sintetiza fundamentalmente en los siguientes términos:

“Ampliar al máximum, en coordinación centralizada la Educación sistemática (escuelas, institutos, universidades, etc.) COMBINANDO   -o entrelazando-   las actividades del Estado con las Municipalidades y de sociedades e instituciones públicas y privadas.”

Todo lo cual, “aparte de la supresión del derroche que importa la dispersión de energía…”, en el sentido de que suelen hacerse muchas cosas de modo inorgánico o disperso, sin tener claramente definido el objetivo esencial (pág 560)

Subraya en términos suficientemente explícitos, el significado de la Universidad:

“La universidad, tomando esta palabra en su sentido amplio, ES EL INSTRUMENTO SOCIAL MAS EFICIENTE QUE LA COLECTIVIDAD HA PUESTO EN MANOS DE LOS PODERES PUBLICOS PARA ORIENTAR Y UNIFORMAR EL SENTIMIENTO NACIONAL… ha de vivir en armonía y en constante cooperación para su propio desarrollo y el de la comunidad    –objetivando-   la formación de una conciencia pública.”

Para luego enfatizar certeramente que, por sobre todo y a través de ella “SE TRATA DE UNA VERDADERA DEFENSA NACIONAL:

“No cabría, por el momento, hacer distinciones y discutir sistemas que se basen en la libertad de enseñanza por la significación social o política que tales regímenes podrían tener en el desenvolvimiento del país y en la armonía internacional, porque SE TRATA DE UNA VERDADERA DEFENSA NACIONAL, TAN IMPORTANTE E IMPOSTERGABLE COMO LO SERIA

LA DEFENSA MILITAR, caso en que se posponen los intereses mediatos para atender sólo a LA SALVACION PUBLICA.”

Y, para fundamentar mejor esta impostergable necesidad, menciona el hecho de que “si revisamos las investigaciones ordenadas por la institución Carnegie sobre los libros escolares de la post guerra, podremos ver que el nacionalismo se mantiene agudo en la educación de la juventud. “Gloria a nuestra Patria inmortal” es la peroración obligada de todas las obras escolares escritas después de la guerra.”

““Right or wrong, it is my country” es la divisa del escolar inglés.

Mientras en Alemania en la Constitución del 11 de Agosto de 1929, se establece: “En todas las escuelas, la enseñanza debe tener por fin la formación del civismo y las capacidades que tienen por fin el trabajo personal y profesional, y ello dentro del espíritu de la nacionalidad alemana y de la reconciliación de los pueblos”.

Y, enriqueciendo estos alcances esclarece:

“El poderío material no es el fin, pero sí el medio, un medio indispensable a la expansión económica. Porque las relaciones entre los pueblos, derecho y fuerza son casi sinónimos, porque cada Estado necesariamente tiende a una expansión económica proporcionada a sus fuerzas. A ello se debe la extensión de nuestro poder y una política mundial como la que tenemos necesidad suponen un fuerte poder en el mar. (cita del manual de Thomas, pág 222)”. Por eso, “un alumno inglés podía recibir certificado y aún distinción en el Senior Local Examination en una prueba de pura memoria sin tener ningún conocimiento de la historia mundial, salvo en lo que se refiere a las batallas libradas por ella en países extranjeros”.

En otras palabras: Pedro Aguirre Cerda entendió cabalmente lo que otros Gobernantes de Chile no han sido capaces de ver ni de asumir en sus Mandatos: que de hecho estamos enfrentados hoy más que nunca, a una verdadera y brutal guerra extranjera que no sólo se procesa a través de las armas como ellos parecen creer, sino fundamentalmente, a través del comercio internacional y así también de los llamados créditos internacionales o de las propiciadas inversiones extranjeras. De este modo, Aguirre Cerda se adelantó en más de un cuarto de siglo a la Resolución 1803 precitada, de las Naciones Unidas. Y, si nosotros con mediana percepción y la más mínima inteligencia constatamos tan solamente que nuestro principal recurso natural, el cobre ya está en manos extranjeras. El 70% de esta riqueza, podremos colegir necesariamente, el infinito peligro que ello significa para nuestra propia Soberanía Nacional. Súmese, últimamente el litio. Haciendo presente que si juntos Bolivia, Chile y Argentina, formando lo que se conoce como “el triangulo del litio”, representan el 80% conocido de toda la reserva mundial. Esta es otra riqueza fantástica, que estaríamos desperdiciando una vez más, en la medida que seamos incapaces de explotarla racionalmente y de conformidad con los más avanzados principios de la tecnología moderna, y,  de unirnos las tres naciones hermanas

Es por esto que, muy acertadamente, la propia Constitución Política de Chile en actual vigencia ha consagrado explícitamente las nociones que aluden al amor patrio, pero que sin embargo no se divulgan, no se enseñan en los centros educacionales y mucho menos, se conocen y respetan.

Es precisamente en esta perspectiva que cuando ya hace más de 2500 años Platón consagrara para la posteridad los tres objetivos fundamentales de la Educación, estaba anticipando    -como lo hace Pedro Aguirre Cerda-  que la formación de un ciudadano implicaba necesariamente el amor y la defensa de su Patria.

Al concluir, cumple recordar una célebre definición acerca de lo que debiera concebirse como Universidad: es aquel lugar donde se enseña lo que no se puede aprender en ninguna otra parte.

2-La Política:

Ha quedado ya suficientemente establecida la relación tan íntima y también necesaria que existe justamente entre la Educación y la Política. Esta disciplina, como debe saberse es fuera de toda duda la más omnicomprensiva de todas las que se conocen. En efecto, existen tres acepciones fundamentales de la misma:

1-    La política como filosofía

2-    La política como ciencia y

3-    La política como arte.

Esta extraordinaria extensión de un término tan injustamente desprestigiado en los tiempos actuales y por culpa de quienes se pretenden sus gestores, merece sin embargo no tan sólo el mayor respeto ciudadano sino que igualmente, una comprensión más cabal y certera respecto de lo que verdaderamente significa. Por eso mismo cuando le preguntaran al más grande de los genios del siglo pasado, Albert Einstein, cuál era a su juicio la disciplina más importante, replicó sin titubeos: la Política.

Cumple por ello aunque sumariamente por la naturaleza de esta intervención, tratar de explicar el hecho tan profundamente lamentable de que los ciudadanos suelen confundir el desprestigio o la inmoralidad de quienes se dicen políticos, con el concepto mismo de la política. Y para ilustrarlo de modo contundente y gráfico creo que un episodio de la célebre obra de Bocaccio   -“El Decamerón”-   es suficientemente esclarecedor:

Un personaje no sabe qué decidir, acaso hacerse o no católico. Y un amigo le aconseja que para decidir fundadamente visite Roma y vea qué es lo que allí acontece. Así lo hace. Y de regreso cuando se reencuentran el amigo le pregunta ¿y cómo te fue?. El le replica que había constatado la existencia de una enorme corrupción… El amigo comenta: entonces, no te harás católico. Y él le duplica:  todo lo contrario, decidí hacerme católico, porque una Religión debe ser muy sabia y poderosa como para que aún sobreviva a pesar de tantos corruptos que dicen ser católicos…

Creo que esto mismo sucede con la Política.

Cabe sin embargo, dar un paso más en el esclarecimiento de tan anómala situación y cuya influencia nefasta en el desarrollo integral de los pueblos se hace sentir cada día con mayor intensidad. Me refiero al hecho de que hace ya algunas décadas se ha entronizado en el acontecer político de modo cada vez más gravitante y luciferiana la acción del dinero. Motivo por el cual ya advertía Nietzche que: “El mayor desafío de la política, es que los hombres de negocios no asuman el poder”.

Efectivamente, si quienes poseen un gran capital suman a ese poder el poder político, ello da como resultado el ejercicio de una verdadera dictadura. La más feroz de cuantas se pudieran concebir.

Esta circunstancia es claramente observable y constatable entre Naciones del llamado Primer Mundo. Baste recordar la alarmante advertencia que formulara el Presidente  Dwight Eisenhower pocos días antes de abandonar el Poder, refiriéndose a la brutal influencia ejercida por lo que se conoce como la “Alianza Industrial-Castrense”. Materia que más específicamente aborda en un célebre texto, Fred Cook: allí aparecen escandalosas cifras demostrativas del inmenso poder económico    -y también político-   que ejercen grandes empresas en el área de la producción y venta de armamentos. Son cifras siderales. Y, nadie tiene derecho a ignorar que esos lucrativos negocios se facilitan en la medida que se logren exacerbar los sentimientos nacionalistas, especialmente, cuando se trataría de defenderse del llamado “Terrorismo Internacional”. Casos en los cuales    -como entre otros lo explicita Galbraith:  “El Nuevo Estado Industrial”-   cada vez que se invoca el peligro de ese terrorismo real o imaginario, la población nacional como el Congreso, se inclinan a apoyar la destinación de nuevos recursos para fabricar más armas o para la mantención de grandes contingentes militares dentro y fuera del país. Lo que ciertamente gravita de manera colosal en las últimas Crisis económicas y también morales, que nos afectan a nivel planetario. Esta situación en América Latina, si bien no irroga cantidades tan fabulosas de dinero, sin embargo implica de hecho un peligro mucho mayor. Porque en nuestras latitudes    -como bien destaca el autor de “Parasitismo y Subversión en América Latina”-  nuestra institucionalidad de acuerdo con la legislación vigente, facilita mucho más que en otras Regiones del planeta hacer los más grandes negocios a través los mecanismos del Estado. Motivo por el cual, como nadie tiene derecho a ignorar, en las últimas décadas entra a participar en las esferas políticas una creciente ola de hombres de negocios. Hecho que ha sido destacado en numerosos textos, entre los cuales ciertamente sobresale “El Saqueo de Chile”, cuya autora María Olivia Monckeberg, realizara una exhaustiva y responsable pesquisa para denunciar este desastre. Y nadie tampoco ignora que por esta misma razón principal, la llamada clase política chilena padece un escandaloso desprestigio. En rigor, los verdaderos culpables, serían esos hombres de negocios y no los verdaderos políticos. Hombres de negocios que en esta perspectiva, estarían en una situación que va mucho más allá de la reciente denuncia que afecta a los llamados “cómplices pasivos”.

En estos términos, Pedro Aguirre Cerda no tan sólo ha constituído un ejemplo señero tan aleccionador y auspicioso como el que recientemente personaliza el Presidente de Uruguay.  El Gobernante chileno y aunque por desgracia este es un hecho poco conocido y menos aún divulgado, dio inclusive una prueba mucho más palmaria de su vocación auténticamente democrática y humana. En efecto, en su primer Discurso ante el Congreso Nacional, al asumir el mando, propugna lo que él califica como un proceso evolutivo enderezado hacia LA “COMPENETRACION” DE LAS CAPAS SOCIALES. Concepto y postulado que va de encuentro al de la lucha de clases que por esa época, se ostentaba como bandera de la concepción ideológico-política del marxismo-leninismo. Y con ello, Aguirre Cerda, de hecho estaba rescatando el pensamiento que los estoicos acuñaran hace más de 2500 años, al referirse a “la identidad esencial de los hombres”, que es bueno reiterar.

La importancia infinita que reviste este predicamento se refiere a dos hechos fundamentales: primero y antes que nada, a la circunstancia indiscutible de que esta compenetración de las capas sociales constituye el camino más fecundo y auspicioso para consolidar una verdadera Unidad Nacional. Superando así los traumáticos complejos sociales que suelen estar por detrás de la lucha política y, logrando de este modo, que los ciudadanos vivencien una auténtica igualdad. Profundizando el tema, cumple recordar que Chile es un país esencialmente mestizo, a causa de que los españoles   -llamados conquistadores-   se mezclaron desde su llegada al País con las mujeres indígenas. Venían sin mujer, con la excepción de Pedro de Valdivia, acompañado de Inés de Suárez. Debiendo saberse   -lo que generalmente se ignora-  que a consecuencia de ello se produce lo que científicamente se conoce como “vigor híbrido”. Aumenta la energía de los descendientes, lo que representa un hecho venturoso a favor de nuestras futuras generaciones. Y, si bien como científicamente se ha constatado,  paralelamente se produce aquello que se conoce como vacío antropológico   -las dudas que se originan en los hijos para decidir si prefieren la cultura del padre o de la madre-   no es menos cierto que, precisamente mediante una Educación común y adecuada, así como por la influencia del territorio o medio ambiente, es posible asegurar la cohesión nacional y de este modo, una VERDADERA CONCIENCIA DE PATRIA. Un término que sugestivamente el extraordinario actor Mario Moreno  -Cantinflas-  actualiza en una de sus películas, diciendo: “Ciudadanos de la Patria: ¿sabéis lo que esa palabra significa?. Porque si no lo sabeis, no seré yo quien os lo diga….”. Porque sin duda alguna más que un concepto meramente racional y que pueda “explicarse”, se trata de un sentimiento: “el sentimiento  patrio”. Y por eso también es que puede legítimamente hablarse de la “Madre Patria”, por cuya defensa se puede o se debe dar la propia vida.

Refiriéndonos más específicamente, al campo político-electoral, cabría preguntarse si acaso en el día de hoy sería posible el triunfo en las urnas de un hombre tan lúcido, tan preparado y de tan extraordinaria ejecutoria como Pedro Aguirre Cerda. Y me atrevo a sostener que en la hora presente los chilenos no elegirían mayoritariamente a un personaje con esas extraordinarias cualidades. ¿Y por qué?:  a lo menos por dos razones principales. La primera, porque en la medida que él representaba esencialmente las capas medias del País, carecía por ello de los grandes recursos económicos que son necesarios hoy en día para triunfar electoralmente en Chile. Y lo segundo, porque sin duda alguna el opositor que tendría,  contaría con el apoyo de los sectores con mayores recursos en nuestra sociedad y asimismo de poderosas multinacionales interesadas en la derrota de un hombre tan digno y consecuente en la defensa de los Recursos Naturales como Pedro Aguirre Cerda. La propaganda o publicidad que es sumamente cara, les permitiría fabricar mañosamente la imagen mesiánica de un opositor que, cuanto más mediocre, más débil de carácter y menos chileno o patriota, les diera garantía de fiel vasallaje.

A todo lo cual, podría sumarse la circunstancia de que esa enorme masa del campesinado que comenzó a emigrar a las grandes ciudades hace algunas décadas, muy en breve  han dejado de conservar su sana idiosincrasia de campesinos verdaderos. Y, de este modo serían presa más fácil para ser engatusada o atrapada por el ingenioso y cautivante marketing político. Y hoy en Chile los electores en alto porcentaje, además, no votan por el mejor sino que como en las carreras de caballos, juegan a ganador…

3-El problema agrario:

Ya se ha puesto de relieve la importancia extraordinaria que Pedro Aguirre Cerda le concede al desarrollo de la agricultura. La cual según escribe desempeña la “FUNCION MATRIZ”.

Esta convicción del estadista, tiene su arraigo histórico más elocuente  y de mayor trascendencia en el hecho excepcional que constituyó el descubrimiento de la agricultura. Que motivara el tránsito de la era paleolítica a la era neolítica, hace ya miles de años. Cuando el hombre deja de ser nómade y recolector y pasa a constituirse en sedentario. Dando así, origen a la familia. Y de este modo, concediéndose una importancia cada vez mayor al papel de la mujer. (pág 199).

Escribe, “hemos considerado indispensable la existencia de un régimen de propiedad individual y la subdivisión de la propiedad   -precisamente-   para que se despliegue por los particulares el máximo de esfuerzo y se aprovechen las capacidades del mayor número en el desenvolvimiento de la economía nacional”.

A continuación, enfatiza un hecho fundamental:

“Pero esto no es sino dar al individuo la materia prima y disponerle con voluntad decidida al progreso. Desgraciadamente, no es esto todo ni mucho menos.

“Es creencia común que una persona con voluntad y pudiendo disponer de tierra llega a convertirse en agricultor. Reproduciendo un texto citado por Encina de Vicente Pérez Rosales en “Recuerdos del Pasado” reitera: “creí como creen en el día muchos jóvenes pobres pero enamorados, que con sólo tomar un fundo rústico en arriendo sin más recursos que dineros prestados a corto plazo, con tal que abundase el deseo de trabajar, bastaba para meter en casa, juntamente con la esposa, la dicha y la riqueza”.

Estos sabios y responsables alcances fueron por desgracia ignorados por quienes entusiastamente años más tarde propiciaron una “Reforma Agraria” con tan poco éxito que en breves años, los campesinos adjudicatarios de tierras    -más de un 80%-   las perdieron.

Abundando en esta idea capital, agrega:

“Cada vez que se pretende restringir el número de funcionarios públicos… se dice con la mayor inocencia que pueden dedicarse a la agricultura…”

“Recordamos con justificado amor propio nacional los héroes formadores de algunas provincias del Sur que con poco más que una hacha al hombro emprendieron la conquista de la montaña. También se puede recordar a los araucanos que a pecho descubierto, con los jinetes acorazados españoles primero y los ejércitos regulares chilenos después, lucharon durante siglos, pero cayeron al fin aplastados por la ciencia y la maquinaria bélica. Cómo se abatirá nuestra agricultura ante la competencia de la extranjera, armada de todos los elementos necesarios: Educación, hogar, crédito, cooperación, servicios administrativos (caminos, policía, higiene, correos), maquinaria, útiles, animales y semillas seleccionadas, etc”.

Para luego reiterar la importancia de asumir conductas de Gobierno e institucionales responsables para que una “Reforma Agraria” no fracase:

Por eso todas las leyes que han dado facilidades en los distintos países para la formación de la propiedad agrícola han exigido siempre en los optantes la calidad de agricultor. Y las oficinas técnicas encargadas de entregar los terrenos, LOS PREPARAN PREVIAMENTE con un plan de desarrollo y mejoras. Y en todo caso, CONTINUAN SUPERVIGILANDO AL ADQUIRENTE PARA QUE EMPLEE LOS METODOS MAS MODERNOS DE CULTIVO. Y rodean a todos los cultivadores de una variada educación.”

Esclareciendo: “Y si esto se hace en pueblo en que la tradición y las necesidades   -ya-   han impuesto una práctica muy desarrollada, se comprende cuán más intenso debe ser nuestro esfuerzo si se considera nuestra historia.”

Cabe entonces fundadamente recordar y reflexionar acerca de los improvisados y fallidos intentos de Reforma Agraria en nuestro País. Con la agravante inconcebible de que un alto número de esas tierras, fueron adquiridas ni siquiera por chilenos sino por grandes empresas extranjeras.

Estos alcances deben asociarse además con ese vergonzoso espíritu demagógico que suele caracterizar a nuestros políticos y sus pseudo líderes. Y a este respecto, Aguirre Cerda se pronuncia:

por un error de concepto muy sensible, hemos creído en Chile que era democrático dar oportunidad al mayor número para llegar al más alto grado de la cultura nuestra que estaba casi circunscrita a las llamadas profesiones liberales   -abogacía, medicina, dentística, ingeniería-   a las cuales por lo demás, concurría el ambiente social rodeándolas de consideraciones especiales. Y   -en cambio-  NO HEMOS EXALTADO NI DIGNIFICADO LA AGRICULTURA Y LA INDUSTRIA A SU MAS ALTO PERFECCIONAMIENTO Y RESPETO. Hemos aristocratizado aquellas carreras dejando en la modestia a las productoras, acaso las más científicas y, en todo caso, las que más directamente habrían podido llevarnos a un progreso económico rápido. Con las consecuencias correspondientes de –verdadera-   independencia personal que trae la independencia económica. La agricultura y la industria”.

En los últimos decenios escritores y Educadores chilenos, han profundizado este certero análisis, aunque sin conseguir el apoyo necesario entre nuestros legisladores ni Gobernantes. Destaca el ensayo de Mario Osses Sáenz, “Preludio al Tecno-Humanismo”. Sugestivamente, Pedro Aguirre Cerda bajo su Administración, le ofreció el cargo de Ministro de Educación.

Preguntándose luego: “¿Acaso no se requiere tanta o más ciencia para el cultivo del campo que para el ejercicio de la abogacía? ¿Qué diferencia hay entre el punto de vista científico entre el médico y el agrónomo?… ¿No sirvió tanto Pasteur sin ser lo uno ni lo otro, a la ciencia médica como a la agronómica?”

Por ello, fundadamente expresa:

Si observamos al agricultor y su agricultura y consideramos el significado que esta tiene en la vida nacional, no podemos sin hacernos responsables de inferioridad permanente dejar de imprimir UN IMPULSO A LA EDUCACION AGRICOLA EN TODAS SUS FORMAS”. Agregando más adelante: “La agricultura moderna no puede prescindir de la ayuda de la ciencia y sólo con ella se obtendrá que la tierra produzca al máximum, que los animales den grandes rendimientos y no sean diezmados por las enfermedades y, por lo tanto, que los costes de producción sean bajos”.

Complementando estos alcances advierte que: “Las plantas se adaptan al medio en que han sido formadas y desarrolladas, y si se llevan a otros climas, sus características cambian… y los resultados… no son tan favorables… Es pues de la mayor importancia que hagamos nuestras variedades criollas, si es posible para cada zona para obtener el máximum de rendimiento.”

Insiste por ello en la necesidad de “despertar en el campesino   -como en Dinamarca y en Checoeslovaquia-  la conciencia de su función y el porvenir que… está llamado a desempeñar en el desenvolvimiento del País. Haciendo nacer en él la ambición de mejorar el medio ambiente campesino,  estimular su interés por conocer las leyes de todo orden que pueden servirle a su bienestar económico y social, todo esto y mucho más.”

En su alusión a la agricultura en otros países más avanzados, pone el acento   -entre otros-  en Dinamarca. Tal vez la Nación con más alto standard de vida en el mundo en la cual se ha consolidado una verdadera democracia, existiendo ciertamente un alto nivel de cultura media.

Citando a Joseph y Henri Hitier constata que «  todo el mundo está de acuerdo en ese País en reconocer que el desarrollo de la agricultura danesa se debe ante todo, al movimiento   -carácter-   científico impreso a la explotación del suelo, a la preparación de la población rural… y a los estímulos incesantes dados a las investigaciones y experiencias científicas”.

“Como principal factor de la maravillosa transformación del campesino danés se cita la “Alta Escuela Popular”.”

Un grupo de hombres de talento y espíritu patriótico emprendieron esa obra de transformación… accesible a la juventud en todo el País, …, en la que reciba una orientación de todos los deberes cívicos y sociales para que pueda conocer las verdaderas necesidades del país. Su AMOR A LA TIERRA deben proporcionárselo   -especialmente-   la lengua materna, la historia nacional y el canto danés.”

Más todavía: “El maestro debía convivir y trabajar con sus discípulos”.

“La nueva escuela   -pues-   tenía por objeto despertar en la población campesina un concepto más elevado de la vida… formando en ellas un idealismo que con fe las llevara a más altos destinos. Y, en efecto, despertó en hombres y mujeres la ambición de saber, el deseo de trabajar y el sentimiento de solidaridad.”

“Los fines de la Alta Escuela Popular   -que nos recuerda el pensamiento de Platón-   son: primero formar ciudadanos de moralidad y amplio espíritu, dos inculcar un profundo amor a la tierra y al suelo nativo, tres dar una visión correcta de la vida agrícola, cuatro, libertar al pueblo del dominio de clases   -más bien capas sociales-  y mostrarle el mejor modo de utilizar su creciente poder político, quinto sentar una amplia base cultural para las materias técnicas que hayan de seguirse en las escuelas agrícolas locales, sexto preparar a los jóvenes para arrostrar    -enfrentar-    inteligentemente la gran lucha por la vida, tan dura en los viejos países europeos.”

Sobresale además otra circunstancia:

No se requieren exámenes ni certificados de admisión, ni se les somete a prueba durante o al fin de sus estudios”. Precisamente, porque “las Altas Escuelas Populares…NO SON EL PRODUCTO DE UNA DOCTRINA CIENTIFICA EN EDUCACION NI SE RELACIONAN CON NINGUNO DE LOS SISTEMAS NACIONALES CLASIFICADOS. Sus fines y métodos estaban determinados por la vida del pueblo que deseaban servir… EL LIBRO NO PODIA DESPERTAR A UN PUEBLO DORMIDO. SOLO LA CONFERENCIA Y LA ESCUELA    -es decir, la convivencia y el ejemplo-   podían hacerlo en sus comienzos”…

Tanto fue el éxito, que a los pocos años    -1920-1921-   el 57% de los estudiantes eran campesinos. “El nuevo elemento facilitó la división de la propiedad hasta alcanzar hoy a 90% el número de tenedores de tierras que son propietarios. En las cooperativas fue un elemento constructivo, abierto al progreso y deseoso de aplicarlo.” Así, “en la segunda mitad del siglo XIX se comenzaron a fundar ESCUELAS AGRICOLAS PROPIAMENTE DICHAS… Y, prácticamente todas fueron fundadas por egresados de las Altas Escuelas Populares”.

En estos términos, podría sostenerse que, el que “era el campesino desconfiado ignorante y enemigo de la ciencia, hoy   -en cambio-   admira al mundo por su espíritu de cooperación, al cual se entrega con toda sinceridad, es esencialmente progresista y se adapta hábilmente a las nuevas exigencias científicas y económicas“ (pág 213)

4-El problema industrial:

En certeras palabras, el ex-Senador Jonás Gómez Gallo, en la presentación del libro “El problema Agrario y el Problema Industrial”, advierte que en él se “contienen las ideas , principios y proyectos que dieron origen a la gran transformación y desarrollo industrial, social y económico que experimentó nuestra nación en las décadas 40 y 50 del siglo pasado”.

Recordándonos que también “sufrió el Gobierno de Pedro Aguirre Cerda los estragos de un terremoto: el de 1939, que DESTRUYO POR COMPLETO LA CIUDAD DE CHILLAN Y AFECTO A VASTOS TERRITORIOS AL NORTE Y AL SUR HASTA CONCEPCION. Es de destacar cómo se procedió sin demora y con qué eficacia a la pronta reconstrucción. Mas eso no es todo. Al mismo tiempo, durante los tres años de Gobierno de Pedro Aguirre Cerda   -reducido por su fallecimiento prematuro-  SE ELECTRIFICA EL PAIS SIN RECURRIR A FINANCIAMIENTO EXTERIOR Y SE ECHAN LAS BASES DEL DESARROLLO INDUSTRIAL.”

“La Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) es el organismo de que se vale el Gobierno de “don Tinto”   -como cariñosamente apodaba el pueblo a Aguirre Cerda-  para impulsar el gran desarrollo del País. El instrumento legal de su creación lo obtuvo del Parlamento   -durante los debates sobre la reconstrucción de la zona devastada por el terremoto-   su joven Ministro de Hacienda, Roberto Wachholtz, quien fuese además el encargado de organizar la nueva institución. Esta, con sólo un gerente y 150 funcionarios, NO SOLO IMPULSA LA CREACION DE MANUFACTURAS DE TODAS CLASES SINO QUE PROCEDE TAMBIEN, A LA ELECTRIFICACION DEL TERRITORIO Y ECHA LAS BASES QUE CONDUCEN AL ACERO, EL PETROLEO, EL COBRE DE PAIPOTE…”

“Cabe preguntarse cómo se produce toda esta eclosión de progreso que significó el Gobierno de Pedro Aguirre Cerda. No cabe duda que influyó en ello la incorporación de la clase media a las funciones de Gobierno y la Administración del Estado.”

“De 40.000 funcionarios se componía entonces toda la administración pública… Acompañaron al Presidente en la conducción de su Gobierno LOS TRABAJADORES DE TODAS CLASES QUE COMPONIAN ENTONCES SU PARTIDO (el histórico Partido Radical fundado en Copiapó por Pedro León Gallo y otros muchos integrantes del Frente Popular   -que apoyó a su Gobierno-   como Salvador Allende, su Ministro de Salud.”

“Detrás de todo el desarrollo industrial y económico, del gran salto delante de los Gobiernos iniciados por Pedro Aguirre Cerda, están “el problema agrario y el problema industrial”… Ideas de Aguirre Cerda forjadas en sus modestos orígenes en el agro de Pocuro y Calle Larga, en la modesta sala de clases, en sus actividades empresariales (participó en Viña Conchalí), en el desempeño de funciones públicas ( fue Ministro del Interior de Arturo Alessandri Palma), en sus largos viajes por el Mundo… Es útil   -y debemos enfatizarlo-   que los dirigentes de hoy repasen estas obras.”

Y concluye Jonás Gómez:

“!Sí!, detrás del problema industrial están la Endesa, Enap, Huachipato,  la fundición de Paipote… la Serena, Paipote, los fondos del cobre… fondos que, incrementados por Ibáñez, entre otros grandes progresos vertebraron a Chile con su ruta Panamericana de Arica a Quellón y que desaparecieron silenciosamente   -con un silencio que aún perdura-   una noche de 1976…”

Sugestivamente también, al inicio de su análisis sobre “el problema industrial”, Pedro Aguirre Cerda invoca y transcribe lo siguiente:

Os conjuro a creerme, compatriotas: contra los insidiosos ardides de la influencia extranjera debe vigilar constantemente la desconfianza de un pueblo libre, ya que la historia y la experiencia demuestran que LA INFLUENCIA EXTRANJERA ES UNO DE LOS MAS PERNICIOSOS ENEMIGOS DEL GOBIERNO REPUBLICANO.” (Jorge Washington)

“Ser fuertes: de esto se trata desde que el mundo es mundo” (Clemenceau).

“Se observó a Franklin en Europa la deficiente calidad de la tela de su traje y el gran patriota respondió: “todavía no se hacen mejores en mi País.”

Estas tres referencias pueden servir de marco a la filosofía política de desarrollo industrial, desarrollo económico o mejor aún, desarrollo integral, que postula Pedro Aguirre Cerda, los que enriquece en su introducción al decir que “eficiencia es la expresión más universal que traduce la aspiración colectiva de los gobernados de todos los países y que tiene especial significado en las naciones de cultura incipiente. Porque, si el sentimiento es unánime su realización requiere la cooperación nacional que   -lamentablemente-  está en razón inversa de la cultura ciudadana. La eficiencia   –efectivamente-  nace de factores múltiples, de responsabilidad gubernativa los unos, de deberes populares los otros. Y la dificultad del problema se intensifica con los nuevos elementos que a diario aparecen como necesarios en la apreciación y la realización de los programas de Gobierno. El progreso científico, imposible de infundir en la masa ciudadana   -en que la Educación desempeña un papel fundamental-  y la compleja política internacional de las grandes potencias que acrecientan sus recursos de acción ofensiva y defensiva con relación a las colectividades nacionales inferiores   -mejor dicho, más débiles–  dificultan las soluciones que el pueblo presiente… Estamos en un círculo vicioso:  dentro del espíritu democrático moderno y de la cooperación que se requiere, los problemas son nacionales, pero el concurso social es deficiente, lo que ha llevado a decir a Romier: “de lo que las masas son incapaces es, por una parte, de salvaguardar las fuentes intelectuales y morales que alimentan la energía humana y a la vez, de prever a largo plazo las necesidades del Estado. La tradición, la previsión, en otros términos LA ALTA POLITICA ESCAPARA SIEMPRE A LA COMPETENCIA DE LAS MASAS en cuanto tales. No quiere decir esto… que un individuo en las masas no pueda ser culto y previsor, sino que éstas en sus aspiraciones colectivas, se inclinan al provecho concreto e inmediato.” Lo cual, ciertamente explica por qué la publicidad o marketing político pueden ser tan “eficaces”. Como asimismo la oportunidad de aquella célebre expresión: “es muy fácil engañar a la masa   -con la demagogia-   pero es muy difícil después, convencerla de que ha sido engañada.”

De todo lo cual se desprende en lo más sustantivo y como lo reitera Aguirre Cerda,  que “hay que poner la ciencia al servicio máximo de la colectividad y extender sus enseñanzas al mayor número de ciudadanos para capacitarlos… y como principio espiritual nuestro deber es despertar la solidaridad nacional en todas sus manifestaciones. Ambas bases son las fundamentales que permiten en la cruenta lucha en que en el hecho vivimos en la colectividad internacional, poner la honda en manos del enano para defenderse del Goliath invasor”. Teniendo presente que “el nacionalismo extremista es el sentimiento y la política que dominan en las grandes potencias.”

A estos respectos, insiste en que “la ciencia económica se hace cada día más objetiva y realista y nos obliga a abandonar las doctrinas basadas en supuestas concepciones que no podemos experimentar a voluntad para atenernos a los hechos susceptibles de examen, con variación de sus componentes.”

“Se comprende pues, que las investigaciones científicas, los laboratorios, LA EDUCACION INDUSTRIAL hayan pasado a ocupar un lugar preponderante en el desarrollo económico de la Nación. Y que la universidad misma, se haya puesto en contacto con la industria, la agricultura y el comercio…”

Sin duda alguna “hoy, el hombre debe vivir en un mundo en vía de transformación incesante, en que las leyes y reglas de principio son más o menos las mismas de un país a otro, pero en que la competencia por el progreso técnico y las rivalidades económicas ponen en lucha como nunca  las fuerzas profundas de los pueblos… El hombre de nuestro tiempo tiene necesidad de una cultura dinámica”, citando a Lucien Romier. Lo que “empuja a la juventud actual a luchar por ganarse la vida    -cada vez más dura y fieramente-  es el sentido que tiene de la inestabilidad de las fortunas adquiridas, como que ninguna está protegida contra riesgos más o menos numerosos.” Razón por la cual, el mismo autor Romier, formula un aserto de la mayor importancia: “ la fortuna   -o riqueza-   del hombre contemporáneo no reside fuera de sí mismo en un patrimonio heredado, en un bien adquirido o en una situación garantida; LA FORTUNA DE CADA CUAL ESTÁ EN SI MISMO, EN SUS CAPACIDADES DE TRABAJO Y DE EMPRESA, EN SUS DOTES, EN EL OFICIO QUE POSEE Y EN EL ARTE O LA ENERGIA QUE EL PONE.” Postulados que, como debe saberse, también sostuviera el ex-Ministro de Hitler, que levantó a  Alemania.

Cumple en todo caso, dejar establecido que si bien la ciencia y la tecnología modernas están en la base de lo que conocemos como una gran Revolución Científico-Tecnológica, ésta sin embargo debe estar siempre al servicio de los seres humanos, evitándose el riesgo de que a la postre los termine convirtiendo en vasallos, atrapados en sus propias redes. Avisorándose el peligro de que en un mañana tal vez próximo, los propios robots creados y fabricados por el hombre pudieren transformarse en nuestros enemigos y organizarse de tal modo que nos transformen en sus vasallos. Ya a estas alturas, dichos avances científico-tecnológicos deben causarnos suficiente preocupación. Según irónica y sugestivamente se puede deducir de la pregunta que una persona le hace a otra y de la respuesta consiguiente:

¿Qué es la vida. Le contesta: aquello que pasa mientras nosotros jugamos con el celular.” Tan sólo con esta aseveración muy cercana a la realidad que hoy nos circunda, se pueden deducir los peligros y los daños que para nuestra salud física y mental esta tecnología avanzada nos puede provocar. Así también, en el caso de los juegos electrónicos que suelen ensimismar a los niños y adolescentes   -autismos-  que los alejan de una normal convivencia en sociedad, del deporte y de la lectura. Lo que significa, como ya está demostrado científicamente también, que cada vez pensamos menos y cuando lo hacemos, fácilmente cometemos errores. Estas fallas en nuestra racionalidad preocupan hoy en lo que se conoce como la sociología del conocimiento. Karl Manheim sintetiza esta tragedia en un ejemplo clásico (contar). Y Baudrillard va todavía más lejos (contar). Motivos por los cuales hoy tal vez más que nunca en toda la historia socio cultural de la Humanidad se torna conveniente y aún imperativo que nos preocupemos al conocimiento de la filosofía. Disciplina de carácter eminentemente integrador y que puede servirnos para disciplinar y jerarquizar nuestros valores que en el presente de modo cotidiano, solemos atropellar.

Al concluir, podemos justificadamente afirmar que Pedro Aguirre Cerda abordó en profundidad, con lucidez y clara visión de futuro, todos los temas o desafíos de mayor importancia política, social, económica y cultural  de nuestra realidad. Anticipándose en más de medio siglo a dar respuestas y soluciones confiables así como también concretas. Todas las cuales hasta el día de hoy y proyectándose hacia el futuro, conservan asombrosa vigencia.

Es más: si no se hubiera destruído o debilitado gran parte de la magna obra que realizó   -CORFO, ESCUELA NORMAL DE PROFESORES, educación gratuita-   sin duda ninguna, Chile sería en la actualidad una Nación excepcionalmente destacada en América Latina y ante el resto de la Comunidad Internacional.

Se debe resaltar asimismo, la permanente disposición que tuvo para analizar la situación de otros países en los aspectos que más los distinguían. Y para obtener de ellos siempre lo mejor. Pero no simplemente para copiarlos en forma inocente o improvisada,  sino para adaptarlos sabia y adecuadamente a la idiosincrasia de los chilenos, a nuestra historia etno-cultural y a su territorio. Por lo cual su vigilante interés respecto de la economía, le concede un sello de sensatez pragmática que los propios economistas profesionales suelen ignorar. Fue pues, además, el primer decano de la Escuela de Economía.

En esta perspectiva,  Aguirre Cerda trascendió en mucho en su pensamiento y acción de Gobernante, los ideologismos de izquierda y de derecha en boga, tanto del ayer como el presente, siempre exento de todo anacronismo o demagogia. Estos excepcionales rasgos, sólo es posible alcanzarlos cuando se han desarrollado responsables estudios en todas las ramas del saber y además, se ha vivido una excepcional experiencia dentro y fuera de nuestro territorio nacional. En el exterior, tomando contacto directo con otras realidades y con los hombres más destacados de su época. Es en esa medida precisamente que,  de hecho,  no tan sólo pudo realizar una obra gubernamental extraordinaria a favor de su pueblo   -cumpliéndose la sabia admonición rousseauniana-  sino además,  pudo ofrendar como la prenda más preciosa su acrisolada honestidad. Si acaso al concluir fuere imperativo sintetizar en dos palabras  el carácter esencial de su pensamiento y acción política, diría que Pedro Aguirre Cerda supo siempre otorgarle al conocimiento verdadero   -la ciencia-   toda la importancia que se merece, con un criterio selectivo de Valores; pero a la vez, también fue capaz de imprimirle a esos conocimientos adquiridos merced a la educación y a su experiencia de vida, un sello del más sano y auspicioso pragmatismo y siempre, con clara visión de futuro.

El día de su muerte, en la noche y embargado de profunda emoción, como todo el País, mi padre  escribió un poema-elegía que en la mañana siguiente publicó el diario “El Sur”  de Concepción y, en sus primeros versos escribía:

“!Silencio!

Que una espuma de sangre fructifica

Y un estremecimiento de dolor

Se anuda en la garganta…”

HE DICHO

 

 

                   


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