Lula visita Chile en tenso escenario por reconocimiento de elecciones en Venezuela

La visita del presidente brasileño a Chile está tensionada por el respeto que ha manifestado al proceso electoral venezolano, junto a sus pares de Colombia y México. En cambio Chile se ha alineado con la derecha regional en deslegitimar al gobierno de Nicolás Maduro. No es la primera discrepancia entre Lula y Boric por el tema, por lo que se esperan días agitados en Santiago.

Lula visita Chile en tenso escenario por reconocimiento de elecciones en Venezuela

Autor: Mauricio Becerra

Este domingo de noche el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva arribó a Santiago para realizar una visita de dos días. Si bien su presencia estaba programada hace meses y contempla la firma de acuerdos bilaterales y reuniones con empresarios, las recientes elecciones venezolanas pese a no estar en la agenda serán el tema de fondo en la cita programada para este lunes que sostendrá el líder brasileño con el mandatario chileno, Gabriel Boric.

Con una comitiva compuesta por 14 ministros y una apretada agenda que contempla la firma de una veintena de acuerdos bilaterales y una reunión con empresarios, el presidente Lula viene a reforzar lazos con Chile.

La agenda se inicia este lunes cuando tras depositar flores al monumento a O’higgins, Lula visitará el Palacio de gobierno, en donde recibirá honores y efectuará un recorrido guiado por Boric, para luego sostener una reunión privada, oportunidad que tienen para conversar sobre las elecciones venezolanas. Posteriormente Lula saludará a las autoridades del Poder Judicial y del parlamento. Durante la tarde asistirá a un evento organizado por la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) y la Embajada de Brasil en Chile, en donde asistirán medio millar de empresarios de ambos países. Para el martes se espera la firma de un convenio de Cooperación Espacial a realizarse en el Museo Aeronáutico de la Fuerza Aérea de Chile.

También Lula contempla reunirse con el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el costarricense José Manuel Salazar-Xirinachs; con la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler y el expresidente Ricardo Lagos.

Los acuerdos de cooperación incluyen temas de comercio, seguridad, salud, cultura, ciencias y turismo.

“Queremos ampliar la agenda bilateral para trabajar por una amistad sin límites, es decir, que vaya más allá de las cuestiones económicas y comerciales y avance hacia temas como la ciencia y la tecnología, la defensa de la democracia y los derechos humanos, la innovación, la educación y la salud. Tenemos una agenda densa que abarca varios aspectos y eso es importante”- sostuvo en un comunicado la embajadora Gisela Padovan, secretaria para América Latina y el Caribe de Itamaraty, la cancillería brasileña.

El intercambio comercial entre Chile y Brasil alcanzó los 12 mil millones de dólares el año 2023, exportando el país andino cobre, salmones, vino, metanol y yodo, entre otros productos. Al tiempo que Brasil exporta para Chile carne, carrocerías de vehículos y manufacturas de hierro.

DESCONGELAR EL DISTANCIAMIENTO

La visita de Lula persigue descongelar el distanciamiento de hace dos años, luego de que el presidente Boric protagonizara un inesperado incidente diplomático en su primera visita a Brasil como mandatario.

La razón de fondo también fue Venezuela.

Ocurrió cuando el presidente Lula convocó en mayo de 2023 a los presidentes de todos los países latinoamericanos, incluyendo al presidente venezolano, Nicolás Maduro, para superar años de distanciamiento entre los mandatarios de la región provocado por la oleada de gobiernos de derecha que se afanaron en desmantelar instancias que avanzaban en la integración regional, como Unasur.

Para Brasil también es importante que Venezuela supere la crisis económica, ya que comparten 2.199 kilómetros de frontera en una estratégica zona que alberga las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco.

Ante tal dispersión, recién iniciado su gobierno el presidente Lula quiso retomar el rol articulador de Brasil en la política regional, convidando a todos sus pares sin distinción con el fin de volver con la agenda de integración. Sin embargo, la presencia del presidente Maduro fue el tema destacado por los grandes conglomerados mediáticos -que en Brasil fomentaron el golpe de estado contra Dilma Rousseff en 2016 y la prisión de Lula en un juicio sin pruebas en 2018- para minar los esfuerzos de cooperación regional.

Como se fabricó un golpe de Estado en Brasil

Consultado respecto de la invitación a la ‘dictadura’ de Venezuela, Lula respondió de manera tajante que era un prejuicio y una narrativa de los grandes medios. Aprovechando la cuña, los periodistas de medios hegemónicos fueron donde el presidente Boric, quien en un punto de prensa ni se inmutó en contradecir las palabras del anfitrión.

Los grandes conglomerados mediáticos tuvieron la cuña buscada: el joven presidente representante de la izquierda chilena venía a discutir con el viejo Lula sobre la democracia venezolana. El punto estaba instalado, la ruptura hecha y la narrativa legitimada. Boric -quien guardó silencio durante más de un mes luego del golpe de estado contra el presidente Castillo en Perú que dejó un saldo de unas 70 personas muertas- sonrió satisfecho. Fue su estreno en política internacional, aplaudido por los grandes conglomerados mediáticos y visto con aprobación por parte de los gobernantes de Estados Unidos y la Unión Europea, los mismos que aún reconocen como presidente designado de Venezuela a Juan Guaidó.

Alejandro Baeza, columnista de Resumen de Concepción, comentó que “en su incontinencia por hablar de Venezuela, como se diría en el lenguaje coloquial chileno, Boric le «meó el asado» a Lula y su jugada geopolítica de suma importancia para soberanía continental” (1).

La respuesta de Brasil no se dejó esperar. A través de voces en off comentaron a la periodista Mônica Bergamo, de Folha de São Paulo, que consideraban al gobierno de Boric “como un rehén de la derecha, un mal ejemplo para la izquierda en América Latina”, cuya ruta debe ser “evitada a toda costa”.

Boric para Planalto “se convirtió en lo que Lula tiene que evitar a cualquier costo: un líder que no entendió el contexto de su victoria, las limitaciones de su fuerza y que terminó permitiendo que la derecha, en poco tiempo, dominara nuevamente las pautas del país”(2).

Un segundo desencuentro tuvieron Lula y Boric en la III Cumbre de la CELAC con la Unión Europea, celebrado en julio de 2023 en Bruselas, ocasión en la que el presidente chileno criticó que los mandatarios latinoamericanos no coincidieran con su dura condena contra Rusia por la invasión de Ucrania. Pese a que en la declaración en conjunto de los mandatarios latinoamericanos y europeos se expresó una “profunda preocupación con la guerra en Ucrania», Boric reclamó que se discutiera durante dos días los términos de la declaración y exigió que se condenara explícitamente a Rusia y que se consignara era una “guerra de agresión imperial inaceptable”.

El misil era dirigido directamente a sus pares latinoamericanos, Lula de Brasil y Gustavo Petro de Colombia. Consultado el primero respecto de las declaraciones de Boric, el mandatario brasileño dijo que “todos nosotros sabemos lo que piensa Europa, todos sabemos lo que está pasando entre Ucrania y Rusia. Todos sabemos lo que piensa América Latina. Yo no tengo por qué estar de acuerdo con Boric, es una visión de él”.

También el mandatario brasileño aclaró que no se pasaron discutiendo dos días sobre Ucrania, habiendo temas más importantes en la negociación. Finalizó diciendo que “encuentro que la reunión fue extraordinaria. Posiblemente la falta de costumbre de participar en estas reuniones haga con que un joven sea más ansioso, más apresurado”.

“Yo ya tuve la prisa de Boric. Posiblemente haya sido la primera reunión de Boric entre la Unión Europea y América Latina y él tiene un poco más de ansiedad que los otros”- remató Lula en la ocasión.

Según periodistas de La Tercera, «en la delegación interpretaron el desmarque de Lula como una manifestación de un objetivo cumplido para Chile. Esto, porque en la antesala de la Celac-UE en La Moneda señalaban que el Mandatario tenía como objetivo aprovechar el espacio que otros liderazgos de la región no copan, por ejemplo, relativo al respeto de los derechos humanos y sobre la situación de Ucrania en Rusia. “El Presidente destaca como un líder de la región y eso puede incomodar a algunos”, dicen en la comitiva presidencial” (3).

La incomodidad en diplomacia se comunica a través de sutiles gestos. Fue con ocasión de los 50 años del golpe contra la Unidad Popular, cuando Boric quería realizar un acto para proyectar su legado e invitó a los mandatarios de la región. La gran ausencia fue Lula da Silva.

LA ARREMETIDA DE LA OEA Y UNA POSTURA REGIONAL

Tras las elecciones en Venezuela varios países gobernados por la derecha salieron a desconocer los resultados argumentando la falta de datos entregados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), instancia que acusó un hackeo masivo al proceso digitado desde Macedonia del Norte.

En los días siguientes todos los mandatarios de derecha de la región deslegitimaron el proceso venezolano. Se sumaron los gobiernos de Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay.

A mediados de la semana entró al juego el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luís Almagro, quien convocó a una sesión especial para tratar las elecciones venezolanas y sacar una declaración conjunta para exigir a las autoridades venezolanas publicar “de inmediato” las actas de las elecciones. No tuvo el quorum necesario, siendo respaldada su moción por 17 votos. Faltó un voto, en circunstancias que 11 países se abstuvieron y México no asistió.

Chile y los países de derecha de la región votaron alineados a Almagro.

La OEA está absolutamente desprestigiada en los procesos electorales de América latina. En noviembre de 2019 avaló las denuncias de fraude de la oposición ante el triunfo de Evo Morales en las presidenciales de Bolivia, quien como abanderado del Movimiento al Socialismo (MAS) obtuvo un 47,08% de la votación. En las horas de más expectación Almagro presentó una auditoria hecha por la OEA que acusó irregularidades en el proceso, lo que fue refrendado en las horas siguientes por los embajadores de la Unión Europea, Estados Unidos y la prensa corporativa regional. La declaración de la OEA inclinó la balanza de poder interna de Bolivia, facultando a los militares a desconocer el triunfo del MAS y promovió la llegada de Jeanine Añez al Palacio Murillo, quien se autoproclamó con la Biblia en la mano presidente de Bolivia.

Un año después se celebraron nuevas elecciones presidenciales y volvió a ganar el MAS. En las mesas que la OEA había acusado irregularidades, el candidato del MAS, Luís Arce, obtuvo la misma alta votación de Evo.

El presidente mexicano, Andrés López Obrador, salió al paso de las intenciones de Almagro por deslegitimar las elecciones venezolanas. Sostuvo que se debe respetar la soberanía de Venezuela y que la OEA es “un apéndice de gobiernos hegemónicos o gobiernos conservadores, de derecha, autoritarios, en realidad antidemocráticos”.

En alusión al injerencismo de Almagro, el presidente mexicano preguntó “¿Con qué facultad se erige como juez electoral? Eso en vez de ayudar a resolver diferencias, las agrava”.

López Obrador también insistió en el respeto a la soberanía venezolana y que se “puede resolver en Venezuela con la participación de los órganos electorales de conformidad de las leyes de ese país”.

La arremetida de la OEA generó llamados entre los presidentes de México, Brasil y Colombia, quienes acordaron rechazar todo tipo de injerencias en las elecciones venezolanas y esperar sin llamados a la violencia los resultados oficiales del consejo electoral.

Ya el martes 30 de Julio, un día antes de la votación de la OEA, el presidente brasileño había hablado por teléfono con su par norteamericano, Joe Biden. Pese a que Lula había obtenido las garantías de que Estados Unidos respetaría la democracia venezolana, al finalizar la conversación la Casa Blanca se apresuró en emitir un comunicado intimando a “que las autoridades electorales venezolanas divulguen de forma inmediata la información electoral completa, transparente y detallada de cada centro de votación».

Lula se había comprometido ante Estados Unidos en supervisar de cerca el proceso electoral, por lo que mandató a Celso Amorin, ex canciller de Lula y gestor clave de la política internacional brasileña a reunirse antes de las elecciones con los contendientes en Venezuela para asegurarles que estarían atentos a cualquier intento de fraude.

El mismo martes Lula había señalado que “es normal que haya una disputa. ¿Cómo se resuelve? Presenten las actas. Si el acta genera dudas (…) la oposición entra con un recurso y espera al proceso en la Justicia”.

El jueves las cancillerías de Brasil, Colombia y México salieron a poner freno a las narrativas sobre fraude en Venezuela emitiendo un comunicado en el que expresan “nuestra solidaridad con el pueblo venezolano que acudió masivamente a las urnas el 28 de julio para definir su propio futuro”.

Luego comentan que “seguimos con mucha atención el proceso de escrutinio de los votos y hacemos un llamado a las autoridades electorales de Venezuela para que avancen de forma expedita y den a conocer públicamente los datos desglosados por mesa de votación”.

En un clara advertencia al injerencionismo promovido por Almagro y la derecha latinoamericana, Lula, Petro y López Obrador hicieron ver que “las controversias sobre el proceso electoral deben ser dirimidas por la vía institucional. El principio fundamental de la soberanía popular debe ser respetado mediante la verificación imparcial de los resultados”.

También advirtieron sobre las olas de violencia que en otras ocasiones han sido desencadenadas en Venezuela por sectores opositores. Dijeron que “en ese contexto, hacemos un llamado a los actores políticos y sociales a ejercer la máxima cautela y contención en sus manifestaciones y eventos públicos con el fin de evitar una escalada de episodios violentos. Mantener la paz social y proteger las vidas humanas deben ser las preocupaciones prioritarias en este momento”.

Finalmente remataron el texto insistiendo en el respeto de la soberanía de los países. Así señalaron que “sea esta la oportunidad para expresar, nuevamente, nuestro absoluto respeto por la soberanía de la voluntad del pueblo de Venezuela. Reiteramos nuestra disposición para apoyar los esfuerzos de diálogo y búsqueda de acuerdos que beneficien al pueblo venezolano”.

Los días posteriores Almagro subió la apuesta. Como no consiguió el respaldo del pleno por cuenta propia solicitó que la Corte Penal Internacional (CPI) emitiera una orden de captura contra el electo presidente venezolano.

A la ofensiva se sumó el secretario de estado de Estados Unidos, Antony Blinken -él mismo que defiende que no hay evidencia que Israel esté realizando un genocidio en la Franja de Gaza; quien el 1 de Agosto aseguró que “Edmundo González Urrutia ganó la mayor cantidad de votos en las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio”.

La postura de tres países más grandes de la región da cuenta de que la estrategia injerencionista promovida por los grandes medios, Estados Unidos y la OEA está articulando resistencias en los gobiernos progresistas del continente, postura que se afianza tras divulgarse el fin de semana los resultados finales de las actas electorales, resultados que obviamente la prensa no dio cobertura y los gobiernos de derecha desconocen.

Boric, por su parte, está convencido de que hubo fraude en las elecciones venezolanas. Lo está desde las pocas horas de divulgarse los primeros resultados. Actas exigidas de por medio y respaldo de los presidentes progresistas de la región no valen para sus convicciones. La idea la tiene en la cabeza y nadie se la va a sacar. El presidente chileno ha construido su carrera política desmarcándose de las posiciones tradicionales de la izquierda frente al imperialismo norteamericano y, desde su etapa de diputado, atacar al gobierno venezolano ha sido uno de sus ejes discursivos. Dicha postura es la única que lo hace relucir ante los grandes conglomerados mediáticos en un sur global que planea en el corto plazo dejar de comerciar con dólares, usar las monedas locales, producir un nuevo sistema de pagos bancarios y fortalecer la integración regional. De hecho, Maduro recibió un nuevo respaldo en la última semana, cuando el presidente ruso, Valdimir Putin, lo invitó a unirse a la alianza de los BRICS+.

Mauricio Becerra R.
El Ciudadano

CITAS:

(1) Alejandro Baeza. Medio brasileño filtra opinión del gobierno de Lula respecto a Boric: Un ejemplo de lo que no hay que hacer. Resumen, 2 de Junio de 2023.
https://resumen.cl/articulos/medio-brasileno-filtra-opinion-del-gobierno-de-lula-respecto-a-boric-un-ejemplo-de-lo-que-no-hay-que-hacer

(2) Mônica Bergamo. Governo Lula vê Boric refém da direita e Chile como exemplo a ser evitado. Folha de São Paulo, 30 de mayo de 2023.
https://www1.folha.uol.com.br/colunas/monicabergamo/2023/05/governo-lula-ve-boric-refem-da-direita-e-chile-como-exemplo-a-ser-evitado.shtml

(3) Isabel Caro; Fernando Fuentes. Boric versus Lula: el diseño del Presidente para posicionarse en la región que tensiona las relaciones con Brasil. La Tercera, 19 de Julio de 2023.
https://www.latercera.com/la-tercera-pm/noticia/boric-versus-lula-el-diseno-del-presidente-para-posicionarse-en-la-region-que-tensiona-las-relaciones-con-brasil/FXYCKONLCJCNFHOR4HX2SWABQE/


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