¿Qué es el arte? Todos somos arte

El concepto del arte es tan abstracto y complicado de definir como el de la divinidad misma; no pretendo meterme en debates

¿Qué es el arte? Todos somos arte

Autor: Arlette Orozco (Cultura)

¡Todos somos arte! Quise comenzar con esta frase porque mi intención en esta columna es reconocer en cada persona su capacidad creadora; para descubrir si realmente todos somos arte, en primer lugar, pensé ¿Qué es el arte? Y claro que, para no tener una respuesta errónea busqué en diccionarios, internet, algunos artículos y me he percatado que en todas partes hay una serie de significados que no son bastos para la magnitud de la pregunta.

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León Tolstoi en su libro ¿Qué es el arte? Nos dice que cualquier persona, sea cual sea su origen, si es artista o no, puede responder que el arte es la arquitectura, la escultura, la pintura, la música, danza, literatura y cine, disciplinas con una gran historia y proceso evolutivo. Claro que son arte, pero ¿Qué hay detrás de cada una de ellas? ¿Qué son en esencia? Peor aún ¿Dónde queda el talento del perfumista, del sastre, del mecánico, del peluquero, del panadero?

Estos oficios están catalogados en otras ramas y no son estudiados o puestos en práctica como artes, supongo que es porque en muchas ocasiones el arte ha sido definido como manifestación de la belleza que puede ser contemplada, presentada y admirada frente a grandes audiencias y con técnicas específicas, pero en todo caso podríamos decir que la belleza tampoco es un concepto absoluto, es tan difícil de conceptualizar que es mejor asumir que sabemos lo que es la belleza y como creemos que todos lo saben y lo entienden, no se habla más de ello.

El concepto del arte es tan abstracto y complicado de definir como el de la divinidad misma; no pretendo meterme en debates, pero tomando en cuenta la complejidad de ambos conceptos y unificándolos de manera profana e incluso hereje, diré que si Dios es un ente creador y la cualidad del arte es la creación, Dios es arte y cada uno de nosotros somos hechos a su semejanza, es decir, tenemos la capacidad de crear.

Desde muy pequeños nos vamos formando, imitando a nuestro primer círculo social; conforme nos desarrollamos adquirimos conciencia, nuevas formas de ver el mundo, sacamos conclusiones y adquirimos habilidades; a todos los niños les gusta pintar, colorear, dibujar ¿En qué momento decidimos dejar de hacerlo? Claro que hablo por los que en algún punto dijimos que dibujamos feo y que preferíamos no hacerlo más. Conforme crecemos la sociedad nos dicta qué debemos y qué no debemos hacer acorde a nuestra edad.

Se nos aleja de nuestras capacidades creadoras, se erradica esa fuerza natural que nos invita a crear; considero que todos, sin distinción de género, preferencias y condiciones socioculturales nacemos con dones artísticos, podemos perfeccionarlos y llevarlos a los límites de la imaginación.

Platón de hecho hacía mención que los jóvenes debían seguir la huella de los artesanos y artistas, para encontrar la belleza y la gracia de su ser; transportándonos a nuestro contexto, no pretendo que seamos fieles seguidores de artistas famosos contemporáneos o de otras épocas que han sido enaltecidos como una marca comercial, sino a observar con detenimiento, admirar y dar valor a todas las obras de arte que nos rodean.

Pocos pueden admirar la belleza que hay en la creación de un pan, en la técnica de un corte de cabello, en un pantalón bien hecho; admiramos a Van Gogh y no volteamos a ver a nuestra abuelita adiestrada en el arte del bordado en manta o terciopelo, a nuestro hermanito que acaba de inventar un cuento, a nuestra madre que ha cocinado un platillo especial para la cena o nuestro padre que construyó un marco para tu fotografía.

Si así de simple y bello es el arte, entonces todos podemos crearlo; aquel que produce algún tipo de arte, aprende a apreciar la vida de una forma distinta a los que no lo hacen, aprende a descartar banalidades e idealmente el mundo del consumismo comienza a ser menos importante. Aquel que estudia algún arte (y no me refiero a una carrera universitaria) se nutre de ellas hasta convertirse en una mujer u hombre de bien.

Todos somos artistas, somos energía creadora, nuestra existencia se trata de eso, de crear, mejorarnos y mejorar lo que nos rodea, te invito a reflexionar un poco acerca de qué es lo que quieres crear, ¿Cuál será tu gran obra de arte? Trabaja en eso que deseas, porque las obras de arte bellas producen almas bellas.

Arlette Guadalupe Orozco Avendaño
Es Licenciada en Pedagogía y en Arte Dramático, egresada de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y el Instituto de Estudios Superiores Grupo ISIMA. Ha formado parte del ámbito educativo y cultural, fungiendo como docente en contextos rurales y urbanos, estuvo a cargo de la Dirección de Cultura en el Ayuntamiento de Santa Isabel Cholula, Puebla además de participar como Miembro jurado del programa Nacional PACMyC de la Secretaría de Cultura Federal.

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