¿A la gente mala todo le sale bien?

No es que a los malos todo les sale bien, es que no son mis valores morales los que tienen éxito en tal o cual empresa

Héctor Vivanco

15/08/2024 1:56pm

Inicialmente, esta pregunta fue uno de los cuestionamientos que tuve al estudiar la maestría en Ciencias Políticas, sobre todo en términos políticos, ya que a mi parecer las personas con los peores valores accedían al poder, tienen buenos puestos, tienen seguidores, tienen mujeres, riqueza, etc. Parecía que todo les salía bien. Sin embargo, es el entendimiento de la “moral” lo que me daría una respuesta ilustradora.

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En ese tiempo cursaba el primer semestre de la maestría y tomaba clases con el maestro Miguel Ángel Rodríguez, con su peculiar forma de enseñar nos enamoraba de la filosofía del poder, un movimiento de emociones, la intensidad de las palabras, Nietzsche, Foucault, Heidegger, Agambem, Sloterdijk, Hobbes, Maquiavelo, Lowy y CHul-Han. Los más importantes, todos inmersos en análisis sobre el estado, el gobierno, pero sobre todo “el poder”. Las motivaciones para obtenerlo.

Para mí era un nuevo lenguaje, ya que en economía todo era Marx, Keynes y Hayek, la pregunta fue ¿por qué personas malas son las que acceden al poder? ¿Por qué parece ser una característica del poder, tener una persona que cumpla con todos los peores valores morales de la sociedad, los corruptos, los controladores, los mentirosos, los mezquinos, etc? Son los que acceden a las esferas más sublimes de la política. Y la razón era simple y muy compleja a su vez.

Regresando a la pregunta, ¿a la gente mala todo le sale bien? Para quien contesta un diálogo la pregunta es; ¿mala para quién?, ¿mala por qué? Si asumimos que los valores morales que se contraponen a los que consideramos como malos son honesto, liberal, veraz, generoso son precisamente los valores que deberían tener más fácil el acceso a la esfera del poder y no es así, entonces lo importante es entender que esos son nuestros valores y no los de ellos.

Me refiero a que consideramos malos ciertos valores morales que no comprendemos, pero los consideramos así porque no son los nuestros, no son los que nos ayudaron a tener éxito, algo muy entendido en política, pero no desde un punto de vista diferente, por ejemplo el académico, que reconoce casi siempre dos o tres posturas distintas.

Sucede también porque se han romantizado los valores morales de la sociedad, su deber ser, la forma en la que todos nos debemos conducir, y se nos olvida que tod@s somos actores, tod@s tenemos un papel, tod@s tenemos nuestro propio guion o tenemos el poder de cambiar el guion de la sociedad del espectáculo.

No sirve de nada que “el bueno” se paralice, representa un cierto desahogo el no hacer lo que hizo tal o cual “malo” para acceder al poder, para que te salgan las cosas bien, el ganar a toda costa y todos esos valores que se han implantado en diversos modelos competitivos y egoístas son parte de esa oscuridad de las que muchas veces se intenta escapar, sin embargo, lo que se debe entender es que es algo con lo que hay que convivir.

Nada humano me es ajeno, es justo esa manera disputar la instauración de nuestros valores morales en la sociedad, sin dejarse sumergir en el abismo, es navegar por aguas turbias, sin ensuciarse el plumaje y es accionar tus valores morales sin frustrarse porque no son los mejor recompensados.

No es que a los malos todo les sale bien, es que no son mis valores morales los que tienen éxito en tal o cual empresa, no es que mis valores morales no están siendo valorados como deberían, es que uno debe disputar la instauración de nuevos valores morales. Una concepción equivocada que fui a entender hasta la maestría. No es que los malos gobiernan, es que no son mis valores morales los que lo hacen, los que prevalecen y por eso pienso que están mal.