Proceso constituyente con libertad constituyente

Durante estos últimos meses nos hemos informado de convocar a un Plebiscito para encontrar el mecanismo que cambia la Constitución. A la que por sorpresa se asoman Parlamentarios que forman parte de lo ya “Constituido”. Frente a estas voces, me permito desarrollar algunas ideas sobre el Proceso Constituyente y la Libertad Constituyente.

Proceso constituyente con libertad constituyente

Autor: Sebastian Saá

IMG_3784En Chile no hay Proceso Constituyente ni menos Libertad Constituyente. Para comenzar estas reflexiones vamos a señalar que el Proceso Constituyente comprende un conjunto de fuerzas unidas unas con otras para llegar a Constituir algo nuevo.

La importancia de este Proceso es cambiar lo viejo por lo nuevo. Pues si no se cambia lo viejo no será Constituyente, por tanto, desde el punto natural y obvio puedo sostener que no es posible buscar alternativas en lo viejo para desatar el Proceso. De nada sirve ir a buscar dentro de lo viejo recetas para un Proceso Constituyente, pues en lo viejo radican las prácticas políticas, económicas, culturales y sociales a transformar, erradicar, enfrentarlas a lo nuevo.

En este sentido cuando las organizaciones buscan salida alternativa desde lo viejo, y presionan a lo viejo, este reacciona intentando acercarse lo que más se pueda a la presión nueva ejercida. Es allí al grupo de Parlamentarios que fueron a buscarlos a su viejo Congreso para sumarse a la idea ciudadana de convocar a un plebiscito para constituir algo nuevo. Es buscar en ellos una salida: Modificar Artículos de la Constitución impuesta y el Presidente tenga la potestad de convocar a un Plebiscito.

La respuesta de los Parlamentarios y de los que se les sumen, sera tan sólo un acto reaccionario, es decir reacciona para dejar todo tal cual, todo volverá a quedar igual, y mientras más observemos desde nuestras pantallas la intervención de estos viejos congresistas, más y más la ciudadanía se aleja de la necesidad para una Asamblea Constituyente. Pues ya no se les cree.

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El Proceso Constituyente no viene desatado desde lo viejo, de lo ya constituido. Es acá donde incorporamos la necesidad de que el Proceso tenga como base o principio de acción la Libertad Constituyente. Pues sin la capacidad de Libertad Constituyente lo nuevo no puede expresarse ni desatarse. La Asamblea Constituyente es para innovar, crear, construir artesalmente, dejar que las ideas se desarrollen, que la libertad de expresión y de pensamiento estén desatadas, sin los frenos de lo viejo, sin los Partidos Políticos de la Democracia Protegida o Tutelada, sin los actos reaccionarios de los aprovechadores del Proceso Constituyente.

Con lo anterior, cada vez que estemos en las calles, en las asambleas, en los espacios de deliberación en los que participamos debemos insistir en la Libertad Constituyente, pues si tan sólo promovemos y articulamos un Proceso estaríamos entregando a los poderes fácticos la posibilidad de acomodarse con el concepto, engañarnos a que son los representantes del viejo Congreso los llamados a este Proceso, a que sin ellos no hay alternativa de lo nuevo, pues bien, estos se re-inventarían, se pondrán el traje de revolucionarios democráticos.

En definitiva el Proceso Constituyente es libertario, no necesita de ellos, necesita de nuestras reflexiones libres, de una nueva fuerza popular y ciudadana. Es en el Pueblo que radica la soberanía y, el Pueblo es anterior al Estado. La Asamblea sera Asamblea con el conjunto de nosotros y nosotras libres y soberanos, sin salidas “cuchufletiadas” del Parlamento y sus alianzas espurias. Será Constituyente cuando prime la horizontalidad y la democracia.

Que nos nos engañen, que no nos usurpen lo Constituyente, la Asamblea Constituyente aunque nos cueste, con la fortaleza del despertar estudiantil, se debe imponer desde abajo, con la re-educación de nosotros y nosotras, con nuevas metodologías, retomando el arte, la cultura, el teatro, la literatura. Con acciones concretas, subirnos a las micros, ir a los “puerta a puerta”, etc., pues desde acá surge lo nuevo, dejemos que los otros se entretengan invitando Parlamentarios del Viejo Congreso. No queremos más alianzas, No queremos más traición.

Por Sergio Chamorro A.


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