El doctor Marcos Vergara publicó recientemente el libro “New Wave: vueltas de la vida en 45 rpm” (Economías de Guerra, 2024), donde recuerda las anécdotas que vivió en Concepción y Santiago junto a músicos, fotógrafos y pintores que formaron parte de la contracultura que se organizó contra el tedio y la falta de opciones durante la dictadura de Pinochet. Sus páginas recuerdan las aventuras que vivió junto a integrantes de bandas como Los Prisioneros, Emociones Clandestinas y Electrodomésticos, a quienes guió en la dirección de artistas desconocidos en esos días en Chile como The Police, The Stranglers y XTC.
En conversación con Lejos De La Multitud, una plataforma dedicada al rescate de música, cine y literatura que acaba de estrenar su episodio 30, Miguel Conejeros (Pinochet Boys, Parkinson, Fiat 600) destaca el rol de su tío Marcos como catalizador en distintas formas artísticas en un país que vivía bajo Estado de Sitio. “Creo que es importante darle el valor a su figura porque no solo influyó a Los Prisioneros mostrándoles música nueva sino también a toda una generación con su programa de radio Nueva Dimensión, que realizaba en Concepción con Felipe Raurich, porque en aquella época no se escuchaba más música que el rock progresivo, que ya se nos hacía añejo a todos”.
Miguel aún recuerda la epifanía que significó para él escuchar en 1981 los sonidos de The Clash, Gang Of Four y Wire en los cassettes que el cirujano les enviaba a la ciudad de La Unión, donde vivía con su hermano Iván. Ya radicados en Santiago estas sesiones melómanas dieron paso a encuentros sociales que el doctor auspició en un departamento de la calle Manuel Montt, donde compartían personajes de la incipiente vanguardia y el underground de esos años. “Esas fiestas fueron claves para generar un nuevo tipo de sonido y de estética a través de las influencias musicales que nos presentaba el gentil doctor Vergara. Lo interesante es que este libro, con una pluma muy ágil, muy entretenida, trasunta el espíritu de esa época a través de historias muy divertidas que están plasmadas ahí”.
La narración también detalla historias como la participación improvisada del doctor en el videoclip de Los Prisioneros “Maldito Sudaca” (1988), grabado la mañana de un domingo en el barrio de Recoleta, y donde el médico interpreta al dueño de un automóvil que increpa a los artistas por haber instalado una radio sobre su vehículo. Consultados sobre el contraste entre el impacto masivo que alcanzaron Los Prisioneros frente a la influencia que tuvo Pinochet Boys en el underground local, Miguel cree que la banda de San Miguel demostró una mayor astucia y talento comercial reforzada por el ingenio de su vocalista, Jorge Gonzáles, un juicio que Marcos comparte.
“Siempre fue posible detectar la genialidad y el resentimiento que Jorge tenía dentro del alma, un deseo tremendo de golpear y creo que a ellos se les presentó como anillo al dedo esto del post punk o del new wave, porque encontraron esa misma energía en las cosas que escuchábamos. ¿Cuánto influyó eso en que terminaran siendo tan populares como lo fueron? Creo que hubo una mezcla de factores y un encuentro virtuoso entre la energía y la creatividad de Jorge y la conducción de Fonseca. Creo que Fonseca fue un buen manager que los llevó por buen camino. Aunque le costó decidirse, al final se animó y supo hacer la pega”.
Revisa una conversación en video con Marcos Vergara y Miguel Conejeros y escucha el episodio 30 de Lejos De La Multitud en https://lejosdelamultitud.cl/