Como “una decisión grave destinada a privilegiar la rentabilidad de las empresas por sobre la salud pública”, calificó la organización internacional de conservación marina Oceana que no se incorporaran medidas drásticas para reducir el uso de antibióticos en la salmonicultura, en el proyecto de ley que reforma la Ley de Pesca en materia acuícola.
Ayer, la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado acordó con el Gobierno no aprobar las indicaciones presentadas para prohibir los antibióticos considerados críticos para la salud humana, así como tampoco obligó a la definición de metas de reducción en el uso de estos fármacos. En cambio, solo aprobó una norma general que obliga a que el uso de antibióticos no sea perjudicial para la salud humana, lo que no representa ninguna cortapisa al actual uso abusivo que se hace de ellas.
“El uso excesivo de antibióticos es el problema que más alarma ha causado en los mercados internacionales del salmón chileno. El mismo Gobierno que calificó hace menos de un mes como irresponsable a esta industria y que llamó a adoptar regulaciones más estrictas, ahora se opuso en la Comisión de Pesca del Senado a aquellas propuestas que habrían permitido tener una ley que protegiera la salud pública y el medioambiente. Esperamos que la Sala del Senado revierta de una vez esta reiterada omisión y reponga estas indicaciones basadas en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud”, señaló Alex Muñoz, director ejecutivo de Oceana.
En julio, Oceana, amparándose en la Ley de Acceso a Información Pública, solicitó al Ministro de Economía información sobre el total de antibióticos usados por la industria salmonera, desagregados por tipo o familia de antibióticos. Según el informe entregado por el Gobierno, Chile usó 385.635 kilos de antibióticos el 2007, año de mayor producción del sector, y 325.616 kilos el 2008. Alrededor de un tercio corresponde a antibióticos del tipo quinolonas, cuyo uso no está permitido en países que son importantes destinos del salmón chileno, como Estados Unidos. A modo de comparación, en Noruega el año 2007 se usó cerca de 600 kilos de antibióticos para producir una cantidad de salmón similar a la que logró Chile ese año.
Oceana, no obstante, valoró que la Comisión de Pesca del Senado aprobara una serie de indicaciones para prevenir y sancionar los escapes de salmones desde los centros de cultivo. Dicha instancia votó a favor de la incorporación de dos delitos, uno para sancionar la liberación de especies sin autorización, y otro, para penalizar su escape por el incumplimiento de medidas de cuidado y mantención de las balsas jaula. Asimismo, aprobó un artículo transitorio que obligará al Gobierno a elaborar dentro de un año un reglamento para prevenir los escapes de peces cultivados y mitigar sus impactos.
“Las nuevas normas sobre escapes de salmones representan el mayor avance en materia ambiental en el presente proyecto de ley. Luego que el Congreso las ratifique, esperamos que el Gobierno dicte un reglamento con obligaciones estrictas para prevenir los escapes, tanto masivos como aquellos que se producen diariamente y en menor escala en distintos momentos del ciclo productivo”, agregó Muñoz.
Cabe destacar que los salmones son especies introducidas en nuestro país y que, al estar libres en el ecosistema marino, generan varios impactos en el medio ambiente. Diversos estudios científicos han documentado casos de depredación de especies nativas o de organismos que les sirven de alimento y la transmisión de enfermedades a peces silvestres y a otros salmones. También, muchas de las especies nativas afectadas por los salmones escapados son recursos pesqueros para pescadores artesanales, lo cual genera pérdidas económicas en ese sector.
El proyecto de ley pasará la Comisión de Hacienda del Senado, para luego ser discutido y votado en la Sala.
Por Annelore Hoffens