Neurotransmisores, hormonas y feromonas; todo vale en la neurobiología del amor. Numerosos procesos se activan y la concentración de hormonas aumenta cuando estamos con alguien a quien amamos. La historia, la cultura y la evolución ha girado en gran parte en torno al amor.
Podría interesarte: Pita Amor revive en danza con la obra «Amor, la Undécima Musa»
Pero, ¿qué le ocurre exactamente a nuestro cerebro cuando nos enamoramos? ¿Dónde reside el amor? ¿Cómo se desencadenan los procesos neurológicos que nos llevan al amor romántico? ¿Existe el amor a primera vista? Con estas verdades y mitos, la ciencia desmiente los mitos del amor romántico.
¿Qué es el amor?
Según la ciencia, el «juego del amor» es un proceso neurológico que se produce en el cerebro e implica a diferentes partes: el hipotálamo, la corteza prefrontal, la amígdala, el núcleo accumbens y el área tegmental frontal.
Fisher define un segundo momento en el proceso de enamoramiento desde el punto de vista neurobiológico: la atracción, donde entra en juego la dopamina. En el año 2000, un estudio de Arthur Aron (de la Universidad Stony Brook de Nueva York) reveló mediante escáneres que las personas que se encuentran en esta fase inicial del enamoramiento tienen una intensa actividad en el área ventral tegmental, una especie de «fábrica» de dopamina.
Un estudio del año 2017 llevado a cabo por neurólogos recopiló datos que sugieren que estar enamorado no solo tiene un efecto sobre nuestras emociones, sino también sobre las transmisiones cognitivas de alto nivel.
“Eso significa que es posible que el amor tenga una función real: no solo poderse conectar emocionalmente con las personas, sino mejorar nuestro comportamiento”, dijo la autora del estudio, Stephanie Cacioppo, en declaraciones al New York Times.
Texto sacado de la revista de divulgación científica: National Geographic
Amor en los tiempos actuales
Sin importar cuantas definiciones encontremos en los diccionarios o en los propios estudios científicos, sin ninguna duda el amor que siento por ti es único.
Alguna vez te prometí que cuando fuera mi último día en el trabajo te escribiría una nota, la misma que me has pedido por mucho tiempo. Bueno, por fin llegó el día, esta es la última nota que redacto para El Ciudadano y quiero dedicártela a ti, sí, a ti, licenciada Mónica Lizbeth Paredes Ramírez.
Gracias a ti volví a sentir cosas que había perdido hace mucho tiempo, gracias a ti descubrí fronteras y nuevos caminos que me abrieron la mente, gracias a ti hoy soy un hombre nuevo, que lucha día con día para alcanzar sus metas, nuestras metas.
Debo decir que no hay mujer en este mundo que se te compare, que equiparé tu gran carisma, inteligencia y sobre todo belleza, misma que me cautiva todo el tiempo.
No hay más que escribir que lo que ya sabes, te amo, te amo con toda mi alma, y si al principio de la nota un artículo científico nos trata de explicar que es el amor, el amor que siento por ti no tienen explicación.
Te amo cielo, siempre juntos mi aguacatito. Atentamente, Leopoldo Mendoza.
Foto: Polo
Recuerda suscribirte a nuestro boletín
📲 https://bit.ly/3tgVlS0
💬 https://t.me/ciudadanomx
📰 elciudadano.com