En Estados Unidos, la mayor potencia capitalista, en 2013 murieron 18 madres por cada 100.000 nacimientos, explica Juan Torres. Además, las mujeres negras estadounidenses tienen tres veces más probabilidad de morir en embarazo y parto que las blancas. En 1990 morían 12 mujeres estadounidenses por cada 100.000 nacidos, cuando en Islandia, por ejemplo, las mujeres que mueren por cada 100.000 nacidos son 2.
De 1990 o 2003 aumentó solo en ocho países el número de mujeres que mueren en el parto o embarazo: Afganistán, El Salvador, Belize, Sudán, Mali, Somalia, Haití… y Estados Unidos. ¿Por qué en el país más rico del mundo mueren de parto tantas mujeres como en los más empobrecidos?
Porque el país más rico del mundo aplica un capitalismo implacable donde la atención a la salud no es derecho sino un poderoso negocio privado. Y porque el sistema capitalista conlleva una imparable y progresiva desigualdad hasta la desigualdad extrema que hoy sufrimos.
Paul Krugman ha recordado que la última lista de ricos del Institutional Investor incluye 25 gestores de fondos de inversión excelentemente bien pagados. Son 25 hombres que se han embolsado 21.000 millones de dólares en 2013; 840 millones de dólares anuales cada uno. O dos millones y cuarto diarios. El año pasado, esos 25 especuladores ganaron más del doble que todos los maestros y maestras de educación infantil de Estados Unidos juntos.
Según Capgemini y RBC, empresas que elaboran un informe anual sobre la riqueza de los ricos, gran fortuna o gran patrimonio es quien posee activos por un millón de dólares o más, sin contar primera vivienda, cuadros y otros objetos coleccionables, consumibles y bienes de consumo duraderos. Según Capgemini y RBC, ricos de millón de dólares o más hay 12 millones en el mundo. Y en España, 144.600. Doce millones es la población de Bélgica o Guinea. Parecen muchos, pero son 12 millones entre 7.200 millones de habitantes de la Tierra. Y, en España, esos ciento cuarenta y tantos miles de ricos lo son en una población de 46 millones.
Esos ciento cuarenta y tantos miles de ricos lo son en plena crisis, mientras tres cuartas partes de la población con empleo vive con salarios insuficientes. De los parados ni hablamos. Cabe recordar también que los consejeros ejecutivos mejor pagados de empresas del Ibex 35, en 2013 ganaron 75 veces más que sus plantillas de media, según datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Por ejemplo, el ingreso medio de un empleado de Inditex (propiedad de Amancio Ortega), fue 21.763 euros brutos; 366 veces menos que los 8 millones de euros que percibió el consejero delegado de esa empresa. Una desigualdad indecente que se comprueba en los ingresos de los asalariados de esas empresas comparados con los de sus consejeros y ejecutivos.
Como recuerda Paul Krugman, el dogma neoliberal pretende que esos enormes beneficios de los ricos se deben a que son innovadores, emprendedores, crean empresas y empleo. Paparruchas. Los citados gestores de fondos de inversión de los 21.000 millones de dólares no crean riqueza ni emprenden nada, especulan. Además, la mayor parte de riqueza de los muy ricos es heredada, no fruto del trabajo. Ni por invertir en economía real productiva, sino por especular y por rentas obtenidas por acumulación de capital. Pronto las herencias serán la mayor fuente de riqueza de la minoría.
¿Por qué todo eso es importante? Por los impuestos. Mejor dicho, por los impuestos que no pagan o pagan poco. Desde los ochenta de siglo XX, cuando Reagan y Thatcher iniciaron la bajada de impuestos a los ricos, todo un sistema mediático pretende que bajar esos impuestos activa la economía. Pero está demostrado que rebajar impuestos sobre la renta, sociedades y cotizaciones sociales empresariales no propicia el crecimiento económico. Lo frena. La reducción o supresión de impuestos solo beneficia a la minoría. A esos ciento cuarenta mil de rentas altas y grandes capitales en España y unos pocos millones en el mundo.
En España amenaza ahora una reforma fiscal del Gobierno. La ciudadanía hará bien en oponerse frontalmente para frenarla o desactivarla. O será más pobre y el país más desigual.