A pesar de que el acceso al recurso agua es un derecho humano básico, el modelo de gestión del agua en Chile está regido por el mercado, con una legislación que ha favorecido la concentración de su propiedad en el sector eléctrico, minero y agrícola exportador. Tanto en nuestro país, como en otros del mundo, la escasez del vital elemento se está volviendo un tema preocupante que ya moviliza a diversos sectores de la sociedad, donde factores como el crecimiento demográfico, la contaminación y las consecuencias del cambio climático, han influido en que la disponibilidad del vital elemento vaya en un permanente decrecimiento.
El creciente despojo de campesinos, agricultores y pueblos originarios en el acceso al agua, genera día a día conflictos locales en aumento que en distintos niveles afecta a la calidad de vida de la población rural. Estos en su gran mayoría están invisibilizados bajo otras problemáticas que acaparan la atención del Gobierno, legisladores y de la sociedad civil en general. Sin embargo, poco a poco han comenzado a alzarse las voces que desde la ciudadanía exigen con urgencia, medidas que protejan el recurso en particular y con ello, la vida de sus habitantes, acompañados de estrategias de reforzamiento de capacidades de diálogo entre la sociedad civil, el Gobierno y el Poder Legislativo.
En este sentido, la iniciativa «Agua que has de beber», que busca generar propuestas validadas por diferentes actores y territorios del Norte, Centro y Sur de Chile para incidir en la modificación legal relacionada con el uso del agua, y la implementación de políticas públicas respecto a su abastecimiento y consumo humano, generó en su página web un mapa interactivo, a través del que se puede enviar y obtener información región por región, de norte a sur, respecto a los conflictos con el agua.
Según el director de la iniciativa y socio de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), Cristian Frene, la finalidad del mapa es «entregar a todo tipo de público, de manera simple y dinámica, información de los conflictos por el agua en Chile, pero que se expresen desde los mismos territorios. Busca además, dar a entender que el problema del agua en Chile es sistémico y, por lo tanto, los distintos actores deben actuar coordinados para generar un cambio profundo en la forma de entender y utilizar el agua». Agrega que para la construcción de estos mapas participativos se estrecharán los vínculos entre Academia, ONG ́s, Comités y cooperativas de Agua Potable Rural (APR), municipios; y comunidades rurales y urbanas.
A la fecha se contabilizan en este mapa más de 40 casos a lo largo de Chile, los que se han ido actualizando y sumando nuevos hitos, a medida que se da a conocer la iniciativa. Y es en este mismo punto, donde Frene hace un llamado abierto a las comunidades que se enfrentan a un conflicto hídrico a participar, denunciando, enviando información y activando redes.
«La idea es que este mapa sea una construcción colectiva, por lo que cualquier persona puede entregar información sobre algún conflicto por el agua en su localidad, la que después de ser validada es publicada en el mapa. De esta forma, intentamos establecer una plataforma virtual que sistematice los conflictos por el agua en Chile y los ponga a disposición de la ciudadanía”, explicó.
AGUA QUE HAS DE BEBER
Tras esta iniciativa hay un gran equipo que busca movilizar fuerzas en favor del agua, tanto para consumo humano como para preservar las diferentes especies que subsisten en los territorios. Siguiendo la premisa de “reforzar la capacidad de actuación e interlocución de las organizaciones de la sociedad civil y de las autoridades locales de Chile para su participación en la definición y aplicación de estrategias de reducción de la pobreza y de desarrollo sostenible”, está impulsada por la AIFBN, la Corporación El Canelo de Nos, Fundación Senda Darwin y el Instituto de Ecología y Biodiversidad, con el financiamiento y apoyo de la Unión Europea.
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Su propósito específico es favorecer la colaboración y el diálogo entre la ciudadanía y los tomadores de decisiones públicas en asuntos que afectan la cohesión social y la calidad de vida en Chile, mediante una intervención de tres niveles: el local, articulando actores locales e incidiendo en los municipios; el inter-territorial, generando redes entre los distintos territorios que abarca la acción y con otros territorios del centro y norte de Chile; y el nacional, a través de la incidencia en el Poder Legislativo y autoridades, con propuestas de modificación al Código de Aguas y al Proyecto de Ley de Servicios Sanitarios Rurales.
Actualmente, “Agua que has de beber” está presente mediante coordinadores territoriales las comunas de Valdivia, Ancud, Malleco, Secano y Ovalle, donde participa activamente con las comunidades. A través de coordinadores territoriales se promueve la adhesión y compromiso de comunidades rurales y urbanas a través de la difusión en medios de comunicación para sensibilizar en torno a las problemáticas identificadas, a través de reuniones, seminarios y medios de comunicación.
En este contexto, cabe destacar el trabajo iniciado en diciembre en la Región de Aysén, con un coloquio ciudadano y dos jornadas en terreno. El trabajo encabezado por la AIFBN y el Centro de Investigaciones de Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) busca mejorar la gestión de intervención en los cursos hídricos de Coyhaique y colaborar para el manejo integrado de cuencas en la región.
CANALES Y REDES
“Agua que has de beber” también busca concientizar a la población, independiente de su ubicación geográfica, es por esto que un rol fundamental lo han jugado las redes sociales. En conjunto al mapa virtual de los conflictos, la iniciativa mantiene una fuerte presencia en Facebook, Twitter, Flickr y Youtube.
Las diferentes instancias de participación han permitido que no sólo especialistas tengan la posibilidad de informarse y participar de las discusiones en relación al recurso hídrico, sino a través de canales de comunicación digitales llegar a un grupo mayor de la población, incluso traspasando fronteras nacionales.
Contar con estos canales de comunicación, ha sido la base para generar redes con otras entidades que actualmente trabajan en defensa del agua en territorios en los que la iniciativa no tiene cobertura. Y es que tal como lo destaca Cristian Frene, “Agua que has de beber” busca ser un puente y punto de encuentro al que todos y todas están convocados a participar.
Por Constanza Martínez y Pedro M. Andrade
El Ciudadano Nº150, verano 2014