Señor director:
Durante los últimos años, he notado un importante cambio en cuanto al comportamiento de los niños y adolescentes que no me ha dejado indiferente. Evidentemente la tecnología ha avanzado y ahora nos puede llegar a sorprender la accesibilidad que tiene un niño en la actualidad a información que, a opinión de muchos, aún no son aptas para su comprensión, torciendo así su formación educativa. Con esto, no sólo me refiero al acceso a internet, sino que a algo mucho más cotidiano y global: la televisión. Por lo tanto, es válido cuestionarse: ¿Es la televisión nociva para los niños?
La vida de Chile va progresivamente haciéndose cada vez más acelerada, la inserción de la mujer en el ámbito laboral es “pan de cada día”, en consecuencia, el niño actual se somete a horas frente a la televisión a forma de reemplazo ante la ausencia de los padres. Agregando a esto, si comparamos los diferentes medios de comunicación, la televisión es el que requiere menos habilidades para su comprensión, a diferencia de, por ejemplo, la lectura. ¿En qué perjudica al menor este hecho? La televisión ha ido creando paulatinamente una juventud sedentaria, en donde los juegos didácticos donde se desarrollaban habilidades motrices, de razonamiento y sociales han quedado en el pasado, llegando a ser cada vez más preocupante el incremento de la obesidad y sobrepeso en menores. Según los resultados del SIMCE de Educación Física 2012 aplicado a alumnos de octavo básico, se muestra que la obesidad pasó de 41% en 2011, a un 44% en 2012. Lo que nos deja en evidencia que el rendimiento de los menores durante estos años no ha sido de los más alentadores.
Otro aspecto a discutir en torno a lo nociva que puede llegar a ser la televisión para los menores se encuentra en el contenido y mensajes que entrega esta misma. Enfocándonos en el potencial educativo que presenta la programación de la televisión abierta en chile, existe un déficit en cuanto a programas educativos infantiles. En enero de este año, según el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) se aprobaron 25 de 32 programas que cumplirían con las exigencias que establece la normativa para ser considerados “programas culturales”, entre los cuales TVN lidera con un total de 1186 minutos en las cinco semanas de enero, pero por otra parte, canales como Megavisión o Chilevisión no cuentan con un alto porcentaje de programas culturales y menos de programas educativos dirigidos a los menores. Además, si especificamos en programas infantiles, la mayoría de los que presentan en los canales abiertos emiten caricaturas sin gran potencial educativo.
Por lo tanto, si no se cuenta con una programación cultural infantil sólida en los canales abiertos, los niños se sumergen en programas sin relevancia o aporte a su integridad intelectual, en donde se les exponen actos de violencia, modelos estereotipados, agregándole a estos que también se les promueve al consumismo por medio de la publicidad, que a fin de cuentas sólo distorsionan la formación del menor, enseñándoles a algunos jóvenes a solucionar problemas por medio de la violencia, o a seguir cánones que alimentan al prejuicio y la intolerancia.
Por naturaleza siempre estaremos inmersos a cambios, pero es nuestra responsabilidad hacer de las nuevas generaciones mejores seres humanos y la televisión queramos o no es un importante factor para la formación cultural de cada individuo. Por lo que, como sociedad, es necesario que nos reflexionemos ¿cómo pretendemos un futuro más culto y sano si como país carecemos de una cultura televisiva?
IIIºA Colegio Alberto Pérez, Santiago, Maipú.