¿QUÉ HAY DETRÁS DE “AMOR CON AMOR SE PAGA”, UNA DE LAS FRASES MÁS SOCORRIDAS POR AMLO?

El proverbio da nombre a una de las primeras obras teatrales de José Martí, así como a una canción de Jorge Negrete

Daniel Carpinteyro

13/09/2024 11:50pm

En una de sus célebres conferencias, Andrés Manuel López Obrador hizo referencia a las nacionalidades con que se identificaban los colombianos según su clase social.

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Según explicó entonces el mandatario, “los colombianos de la oligarquía se sentían ingleses, los colombianos de la intelectualidad se sentían franceses. Pero el pueblo de Colombia siempre se ha sentido mexicano.”

En esta declaración se escucharon ecos de la fórmula inmortalizada por el cómico y letrado colombiano Jaime Garzón, asesinado por la contrainsurgencia: “los ricos se creen ingleses, la clase media se cree gringa y los pobres se creen mexicanos. En Colombia no hay colombianos”.

Pero no fue a Jaime Garzón a quien citó explícitamente AMLO, sino a José Martí, uno de los grandes ideólogos latinoamericanistas que nos heredó el siglo XIX.

“Y aquí me enteré lo que decía Martí”, rememoró el presidente Obrador tras una de sus tradicionales pausas. “Amor con amor se paga”.

AMOR CON AMOR SE PAGA: LO QUE SUBYACE A LA EXPRESIÓN

En 1875, siendo apenas un joven de 22 años y en una abismal circunstancia de vida, el futuro polígrafo José Martí escribe por encargo la obra teatral «Amor con amor se paga». La obra consiste en un diálogo en el que un hombre y una mujer, amigos con latencias no consumadas (y acaso no consumables) improvisan la construcción de una comedia entre dos personajes, quienes guardan un parecido más que evidente con sus autores. La premisa para construir dicha comedia es partir de un proverbio, y a partir de la exploración de varias posibilidades, se deciden por titularla «Amor con amor se paga«, del que desprenden un diálogo con matices filosóficos y amorosos.

La obra fue estrenada en el Teatro Principal de la ciudad de México el 19 de diciembre de 1875, y consiguió una recepción favorable tanto del público como de la crítica, logro nada desdeñable para una obra que culmina con el personaje masculino rompiendo la cuarta pared y, dirigiéndose al público, reconoce que acaban de presenciar una «piececilla baladí» compuesta con algún desgano, por encargo, entre la tristeza del exilio, sin mayor pretensión que «dar algo agradable que ver». El sincero y humilde reconocimiento del artista que, apremiado por el yugo de la necesidad orgánica, dispone su talento a la triste encomienda del cumplimiento de un contrato.

Mucho tiempo después, el proverbio daría para una de las más célebres canciones de Jorge Negrete, balada de despecho que lamenta la traición del ser amado, y utiliza el proverbio «Amor con amor se paga» para desear o augurar a quien se amaba que a su vez experimente en carne propia la espina de una traición o afrenta similar a la que ha infligido a la despechada voz lírica.

«Amor con amor se paga» ha sido uno de los proverbios más socorridos por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se distingue como una marca retórica recurrente durante sus matutinas y también funcionó como eslogan durante la Consulta de Revocación de Mandato, llevada a cabo en abril de 2022.

En el ideario de la 4T, el significado de este proverbio se encuadra en el paradigma del amor como una ética de gobierno; y el amor como una respuesta ciudadana natural ante una administración cuya mística es el bien del pueblo, el bien de las mayorías. Un amor que fluye en ambas direcciones, de quien manda al que obedece y después, una vez más, del que obedece hacia quien manda. Un amor que va y que viene, como las cálidas mareas que bañan las costas del Pacífico. Un amor, sí, que compromete un esfuerzo y un trabajo, pues como explicaba Erich Fromm en “El arte de amar”, si hemos de considerar un arte al amor, entonces el amor exigirá lo mismo que el dominio de un arte: paciencia, constancia, esfuerzo e imaginación. ¿No son estos cuatro atributos también ideales para una democracia en transformación?

Fue este el tipo de amor que se manifestó en las urnas las pasadas elecciones, y tal vez sea este amor el que tanto le pese a quienes desean, mediante la desinformación y en resguardo de oligárquicos intereses, promover el odio.

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