De los ocho candidatos que aspiran a la alcaldía de San Miguel, la mitad se declara independiente, un fenómeno que se repite en diversas comunas del país y que ha encendido las alarmas de los partidos políticos de cara a los comicios. Los candidatos no abanderados, con arraigo local y aprovechando un clima de profunda desconfianza hacia las instituciones, han capturado la atención de los votantes a pocas semanas de las elecciones municipales.
El próximo 26 y 27 de octubre, Chile vivirá su primera elección con voto obligatorio en una doble jornada histórica para escoger a gobernadores, consejeros regionales, alcaldes y concejales. Esta elección se celebra en medio de un ambiente de desconfianza generalizada hacia la política, exacerbada por recientes escándalos de corrupción y tráfico de influencias. Según la encuesta CEP de agosto-septiembre de 2024, solo un 4% de los chilenos confía en los partidos políticos, un dato que preocupa a muchos alcaldes que buscan la reelección.
En este escenario, San Miguel emerge como una de las comunas clave, debido a la irrupción de Matías Freire, un independiente que en la última elección logró el 22,93% de los votos, quedando muy cerca de la actual alcaldesa del Frente Amplio, Erika Martínez, quien obtuvo el 25,48%.
La contienda en San Miguel está centrada en tres nombres: Carol Bown, de Chile Vamos, Erika Martínez, quien busca su reelección a pesar de los cuestionamientos a su gestión, y Matías Freire, exconcejal, profesor y abogado de 44 años, que ha consolidado su apoyo gracias a su fuerte conexión con la comunidad. Freire cuenta con un amplio grupo de voluntarios y vecinos que valoran su trayectoria de 15 años en iniciativas locales y solidarias, lo que lo posiciona como un fuerte contendiente en la intención de voto.