En las próximas semanas se debe decidir el monto de la capitalización solicitada por Codelco, que fuese negada el año pasado con recursos frescos por la administración Piñera, que privilegió su endeudamiento en el exterior. Junto con ello debe determinarse cómo se financia. Hacerlo como en otras oportunidades con cargo a los excedentes generados el año anterior, que ascendieron a unos US$3.800 millones, no aparece viable por los compromisos que debe enfrentar la caja fiscal, incrementados por las obligaciones que le crean los desastres sufridos durante abril. El subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, mencionó entre las posibilidades el de recurrir a los fondos soberanos que el país mantiene en el exterior.
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Alternativa que fue impugnada por el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, sosteniendo que dichos recursos solo deben utilizarse para enfrentar desequilibrios financieros del país. Los fondos soberanos constituyen un ahorro generado básicamente en superávit fiscales generados por el cobre, y en un porcentaje importante por Codelco. Su utilización debe resolverse en función del interés nacional y, desde luego, es más conveniente utilizarlos para capitalizar la principal empresa estatal para llevar adelante su imprescindible plan de inversión, que tenerlos en activos financieros sometidos a la volatilidad de los mercados.
El subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, en declaraciones a la agencia Bloomberg afirmó que el gobierno “cree en un Codelco fuerte, que requiere más inversiones. Si no se quisiera ir al mercado a levantar fondos – agregó- podríamos hacerlo con nuestros fondos soberanos” (15/04/14). Capitalizar Codelco por el fisco es una necesidad y la decisión de hacerse con fondos soberanos contrastaría con la actitud de la administración Piñera que se negó durante el año pasado a aportarle recursos frescos. Su plan de financiamiento para el presente año considera una capitalización US$1.200 millones. Entre las dos variables de financiamiento indicados por el subsecretario es incuestionable que lo adecuado es recurrir a los fondos soberanos existentes en el exterior que, por lo demás, en un alto porcentajes se conformaron con superávits presupuestarios generados por cotizaciones del metal rojo superiores a los indicadores de tendencia considerados anualmente en la elaboración fiscal. Recurrir al mercado es seguir endeudándose en el exterior.
La empresa estatal cerró el año 2013 con una deuda de US$10.559 millones, al obligársele a contraer deudas para financiar sus planes de inversión. Los fondos soberanos son recursos que el país debe utilizarlos de acuerdo a sus necesidades. Ya se utilizaron en 2009 con este mismo propósito de capitalización, efectuándose un aporte de US$1.000 millones, en un momento en que caía la actividad económica. Ese año, que fue cuando se discutió el proyecto de ley del gobierno corporativo de Codelco se propuso que se estableciese –como es necesario- un mecanismo permanente de capitalización, reinvirtiendo un porcentaje de sus utilidades, como lo hacen la generalidad de las empresas, pero no fue posible por la oposición de Andrés Velasco, entonces ministro de Hacienda. La primera capitalización de Codelco con cargo a sus utilidades del año anterior, por US$713 millones, se aprobó en 2007 durante la administración anterior de Michelle Bachelet. En el ejercicio siguiente su monto fue de US$500 millones.
Las inversiones permitirán a Codelco mantener su participación a nivel global, como el mayor productor mundial. En 2014, de acuerdo a Cochilco la producción en el mundo llegaría a 19,3 millones de toneladas y en Chile alcanzaría a 6.07 millones, aumentando un 5% con relación al año anterior. Ello en un contexto en que la cotización del cobre en los mercados internacionales se encuentra en un nuevo nivel distinto al punto alto del superciclo en su precio. En Chile Codelco en el primer trimestre, incluyendo la participación en El Abra y AngloAmerican Sur (AAS), alcanzó un 30,8% de la producción en el país de cobre de mina. Desde luego, ese porcentaje sería superior de no haberse seguido en un caso una política privatizadora y en el otro de haberse aprovechado la posibilidad de incrementar más la opción de propiedad que se tenía.
Cochilco fundamentó en las modificaciones chinas de su estrategia de crecimiento la reducción en su estimación de precio del metal rojo para el año a US$3.05 la libra, diez centavos menos de la cifra proyectada tres meses antes y prácticamente al mismo nivel del indicador de tendencia de su cotización utilizado en el presupuesto 2014. La potencia asiática consume el 42% del cobre de mina producida a nivel mundial y es el destino de un 60% del metal rojo exportado desde el país. “(…) la economía de China hoy se está desacelerando -explicó Stephen Roach, destacado estudioso de la evolución seguida por la segunda potencia económica mundial-, pero no se llega a entender bien la importancia que tiene esto (…) lo que estamos presenciando es el efecto de un giro importante de un híper crecimiento liderado por las exportaciones y la inversión, gracias a un sector industrial pujante, hacia un modelo que es mucho más dependiente de una dinámica de crecimiento más lenta pero más estable basada en el gasto de consumo y en los servicios” (22/04/14). Realidad a tener en cuenta por sus repercusiones en el país, y en particular, en el sector del cobre.
El presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, en un seminario organizado por Asimet, rechazó tajantemente el empleo de fondos soberanos en la capitalización de Codelco. “Los fondos soberanos que tiene Chile –expresó- están ahí para hacer frente a períodos de vacas flacas. Se usaron en 2009 -explicitó-, bien que haya sido así, fue en período de menor crecimiento mundial desde la Gran Depresión, y hemos vuelto a acumular un monto importante, el que debemos usarlo en esas circunstancias y no en otras” (23/04/14). Es una visión extraordinariamente unilateral. Está bien disponer de ahorros y utilizarlos en emergencias financieras y económicas que afecten al país. Pero ello siempre se debe analizar teniendo en cuenta usos alternativos, más aún cuando hacerlo sería en una empresa estatal estratégica, que ha generado, y debe seguir haciéndolo, grandes recursos para el país.
En su intervención Rodrigo Vergara destacó que Chile es acreedor neto en cerca de un 5% del PIB, dando a entender que en toda circunstancia sería mejor ese saldo positivo que ser deudor neto. Desde luego que acontezca esto último mucho menos se puede tener per se como objetivo. Pero, debe a la vez considerarse que cuando se es acreedor neto se están utilizando recursos del país en el exterior, en este caso en un alto porcentaje generado en el sector cuprífero y particularmente por Codelco. En cambio, puede ser que el déficit neto se produzca por recursos que el país precisa para su desarrollo.
El Fondo de Estabilización Económico Social (FEES), que fue el empleado en 2009, cuenta con cerca de US$16.000 millones. Para graficar su significación su monto supera al financiamiento requerido para cumplir con el programa de gobierno propuesto por el Ejecutivo y duplica los recursos a generar estimados con la Reforma Tributaria en proceso de aprobación. En 2009 se utilizaron del FEES US$9.277 millones, que posteriormente se recuperaron. Por su parte, un segundo fondo, el de Reserva Previsional, que suma US$7.500 millones, tiene un objetivo específico, cumplir con las obligaciones fiscales en esta esfera, que son crecientes.
El diario La Tercera, del grupo Saieh, inmediatamente se sumó editorialmente a la campaña en contra de capitalizar Codelco con recursos provenientes de los fondos soberanos, calificándola de “una idea inconveniente”. “Sería saludable –demandó- que la autoridad no dejara espacios para la ambigüedad (…) y cerrara definitivamente esta opción como vía de financiamiento, pues existe –añadió- un riesgo evidente de que el marco que rige las finanzas públicas resulte debilitado con una medida de este tipo (..). Dichos fondos –argumentó- tienen una finalidad esencialmente contracíclica, por lo que destinar parte de ellos a financiar una empresa altamente expuesta a las variaciones de precio del cobre va en la dirección contraria de lo que se busca” (23/04/14). Es un argumento absolutamente inconsistente. Son los mercados financieros internacionales, donde se encuentran colocados estos recursos, los que tienen una fuerte fluctuación, como se comprueba fácilmente por todos quienes tienen fondos de pensiones en estos instrumentos. Al contrario, Codelco ha aportado decenas de millones de dólares al país y su capitalización contribuye a que pueda seguir desempeñando este papel. De acuerdo al presupuesto 2014 su aporte fiscal en el presente año se estimó en US$3.149 millones, un 30% superior al de todas las empresas privadas de la gran minería.
El editorial va aún más lejos propiciando que Codelco se endeude en los mercados internacionales tal como lo obligó a hacerlo al gobierno de Piñera al negar la capitalización fiscal solicitada por la empresa en 2013[1]. “Una forma más eficiente de mantener control sobre estas variables –señaló equivocadamente La Tercera – es precisamente mediante la colocación de bonos en el mercado exterior, pues ello permite someterse a una evaluación externa” (23/04/14).
El país no solo requiere la capitalización de Codelco, sino de una política nacional para el cobre que considere el papel a desempeñar por la empresa estatal. El proyecto de reforma tributaria no consideró, desafortunadamente, el tema del cobre sino que incluso proporcionó una medida muy favorable para la gran minería privada al establecer durante doce meses, luego de su promulgación, la depreciación instantánea para cualquier empresa. Por tanto, también para los consorcios mineros privados, que cargarían así totalmente a costos cualquier inversión que efectuasen en ese lapso. Al presidente del Consejo Minero, Joaquín Villarino, esta aberrante y antinacional medida –que en la gran minería privada del cobre favorece ante todo a capitales extranjeros- le parece insuficiente. Propiciando que el lapso de depreciación instantánea se prolongue a cuatro años y como si ello fuese aún poco demandó que se pudiese utilizar contra impuestos fiscales y específicos de la minería.
[1]Véase, Resumen Económico Trimestral Tercer Trimestre 2013, págs. 26-30