La violenta represión policial amenaza el Mundial en Brasil

La autorización dada a las fuerzas policiales y al ejército para ejercer violencia indiscriminada contra los manifestantes amenaza con romper el clima de paz, que por otro lado hace tiempo que no impera en el país.


Autor: CVN
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A una semana del comienzo del Mundial, Brasil se encuentra en una situación que dista mucho de la estabilidad. La autorización dada a las fuerzas policiales y al ejército para ejercer violencia indiscriminada contra los manifestantes amenaza con romper el clima de paz, que por otro lado hace tiempo que no impera en el país.

“El deficiente historial de Brasil en materia de mantenimiento del orden público, la dependencia del ejército para controlar las manifestaciones, la falta de formación y el clima de impunidad constituyen un peligroso cóctel en el que los únicos perdedores/as son los/as manifestantes/as pacíficos/as”, ha señalado Atila Roque, Director de Amnistía Internacional Brasil en comunicado de prensa.

“La Copa Mundial 2014 será una prueba decisiva para las autoridades de Brasil. Tienen que aprovechar la oportunidad e intensificar sus esfuerzos para garantizar que las fuerzas de seguridad encargadas de controlar las manifestaciones durante el campeonato no cometen ninguna violación más de derechos humanos”, ha añadido Roque.

En el informe “Usan una estrategia de miedo. Protección del derecho a la protesta en Brasil” , Amnistía Internacional analiza el catálogo de abusos que las fuerzas de seguridad cometieron el año pasado.
Entre la larga lista de abusos figura el uso indiscriminado de gas lacrimógeno y de balas de goma contra manifestantes pacíficos, detenciones arbitrarias y uso indebido de la ley para abordar y sancionar a quienes se echan a la calle.
Hasta el momento es de suponer que seguirán empleándose estas tácticas también durante la Copa.

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“El mundo está enviando a las autoridades un mensaje claro: manifestarse no es delito, es un derecho humano. En vez de recurrir a la violencia para reprimir las protestas, el gobierno y las fuerzas de seguridad tienen que cumplir con su obligación de garantizar que se puede decir lo que se piensa en condiciones de seguridad y sin temor a resultar herido o detenido”, ha explicado Atila Roque.

Las movilizaciones en Brasil comenzaron el pasado junio de 2013, cuando una subida de los precios en el transporte público hizo que finalmente tomara forma el descontento general del pueblo brasileño.

Pero los precios de los transportes quedan en algo anecdótico al lado de temas como el alto costo que supone la celebración del Mundial mientras la gente sigue muriendo de hambre en el país y la inversión en servicios públicos es insuficiente.

Lo cierto es que el historial represivo de Brasil en los últimos meses no deja muy buenas cifras. Centenares de personas han resultado heridas por el disparo de balas de goma pese a estar ejerciendo su derecho a manifestarse de forma pacífica.

El caso de Sérgio Silva, fotógrafo profesional de 32 años, es uno de los tantos causados por la violenta represión policial. En este caso perdió su ojo izquierdo tras recibir el impacto de una bala de goma durante una manifestación contra el alza del precio del billete de autobús en São Paulo el 13 de junio de 2013.
Después de aquello jamás ha recibido oficialmente una explicación, disculpa ni ofrecimiento de una indemnización por parte de las autoridades.

El uso de gas lacrimógeno también ha estado presente en las últimas manifestaciones, llegando incluso a lanzar un bote de humo dentro de un hospital en Río de Janeiro.

Tampoco han dejado de sucederse las detenciones indiscriminadas a cientos de personas, sin motivo y sin prueba suficiente para el arresto en la mayoría de casos.

Humberto Caporalli, de 24 años, fue detenido y acusado formalmente tras participar en una manifestación en favor de la educación en São Paulo el 7 de octubre de 2013.
En la comisaría de policía, fue presionado para revelar a los agentes la contraseña de su cuenta de Facebook a fin de que “pudieran comprobar lo que publicaba”. Lo tuvieron recluido durante dos días, hasta que un juez le concedió la libertad bajo fianza.

Nueva legislación contra la libertad de expresión

Pero la represión violenta parece no ser suficiente y los legisladores brasileños ya trabajan en una serie de propuestas de ley que restrinjan aún más el derecho de manifestación pacífica.

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En virtud de un proyecto de ley antiterrorista que se ha presentado al Congreso Nacional se podría adoptar una amplia definición del terrorismo que permite, por ejemplo, entender como tal los daños a bienes y a servicios esenciales.

“Con la atención mundial centrada en Brasil, las autoridades deben comprometerse públicamente a no hacer uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y a investigar los abusos. De lo contrario, darán carta blanca a las fuerzas de seguridad para que sigan cometiendo abusos contra los derechos humanos”, ha manifestado Atila Roque.

Los activistas de Amnistía Internacional están mundialmente movilizados para tratar de parar esta sangría de Derechos Humanos y se prevén manifestaciones en ciudades como Brasilia, así como en Santiago de Chile, donde se procederá a la entrega del informe “Usan una estrategia de miedo. Protección del derecho a la protesta en Brasil”, que puede ver aquí, en rechazo a la represión y uso excesivo de la fuerza en las protestas ocurridas en el contexto del Mundial de Fútbol.

El Ciudadano


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