$360.134 millones de pesos será el valor que tendrá la construcción del puente sobre el Canal de Chacao, que busca unir la isla de Chiloé con el continente, según informó el ministerio de Obras Públicas.
En Diciembre de 2013 el Gobierno Sebastián Piñera anunció la aprobación de la propuesta para su construcción por parte de un consorcio internacional de capitales brasileños, coreanos, franceses y noruegos, OAS, Hyundai, Systra y Aas-Jakobsen.
El proyecto fue ratificado por Bachelet el pasado mes y desde entonces diferentes sectores de la sociedad han hecho oír su voz oponiéndose al proyecto.
Las voces disonantes apuntan que hay prioridades sociales más importantes que la construcción del puente, que supondrá un desembolso de aproximadamente 700 millones de dólares, y que el desarrollo de Chiloé no pasa por una conexión con el continente, si no por el acrecentamiento de la conectividad interna y el desarrollo de proyectos sociales relativos a, por ejemplo, el acceso a la salud pública.
Desde el Centro de Estudios Sociales de Chiloé, Álvaro Montaña, geógrafo, ha publicado un ensayo donde expone los motivos de la negación al proyecto; El geógrafo asevera que la construcción del puente “responde a un anhelo continental y no insular”.
Chiloé no ha sido el único lugar de protesta, en diciembre la Asamblea Coordinadora de Chilotes en Santiago convocó a decenas de personas en la Plaza de Armas para reprobar el proyecto.
“Como Asamblea Coordinadora de Chilotes en Santiago, no pretendemos aceptar un pseudo-progreso que va de la mano con la depredación de todo aquello que forma nuestra identidad, que nos hace hijos del viento de Chiloe”, aseveraron en comunicado de prensa.
“No queremos un puente que nos conecte con el continente ,al contrario queremos puentes que unan todas nuestras islas del interior, queremos puentes en nuestros pueblos y comunidades rurales, queremos puentes que unan a nuestros hijos con la identidad de nuestra tierra”.
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El Consejo de Huilliches de Chiloé, por su parte, interpuso en Abril un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, que busca paralizar el proyecto del Puente Chacao.
Según explicó el asesor jurídico del organismo, José Luis Mancilla, el recurso busca restablecer “el imperio del derecho pisoteado por el MOP”, ya que no se habría consultado a la mayoría de las comunidades del archipiélago en la generación del proyecto.
El pasado mes de mayo, los chilotes protagonizaron otra protesta en las afueras de la sede de la ONU en Ginebra, Suiza, recogida por el diario La Estrella de Chiloe.
El ingeniero en RRHH Héctor Bahamonde señaló: «La principal motivación es manifestar nuestro desacuerdo con la manera en la que se pretende imponer un supuesto proyecto de desarrollo para Chiloé. El desacuerdo no se limita simplemente a oponerse a que se haga un puente, sino que tiene que ver con lo que entendemos como verdadero desarrollo para todo el Archipiélago».
Armando Bahamonde, presidente de la Red de Cultura de Chiloé, señaló: «Vengo a expresar ante la opinión pública, mi más profunda preocupación e indignación, ante la reiterada oleada de proyectos inconsultos, impuestos desde el nivel central, faltando así el respeto y la necesaria opinión de los habitantes de Chiloé».
Las verdaderas necesidades del Archipiélago
Álvaro Montaña, desde el Centro de Estudios Sociales de Chiloé, señala que “las necesidades urgentes del archipiélago apuntan a generar una conectividad interna donde se refuercen la frecuencia, rapidez y calidad de los servicios de transporte marítimo, terrestre y aéreo a las 40 islas del mar interior, fortaleciendo los servicios de rondas médicas con más embarcaciones dotadas para estos fines o con la dotación permanente de más profesionales de salud en dichas islas, el aumento en la inversión e incentivos a los profesionales de la salud con especialización médica para fomentar su llegada y/o retención en el archipiélago, la construcción de un hospital base como el de Puerto Montt (cuyo costo asciende a los 180 millones de dólares , es decir, un cuarto del costo del puente de Chacao), las mejoras de las rampas (cada una cuesta aproximadamente un millón de dólares) y la preservación de la naturaleza mediante la ampliación del Parque Nacional Chiloé (el Parque Tantauco costó 6 millones de dólares)”
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El geógrafo también hace referencia a la necesidad de refuerzo del sistema educativo, desde el que se debe abordar la mantención del patrimonio cultural, con la implantación de una universidad pública de calidad, “pública, laica y gratuita”.
El desarrollo del archipiélago pasa por el impulso de los rubros productivos que conforman la economía básica de Chiloé; la pesca artesanal, la ganadería y la agricultura, así como el desarrollo del turismo y el manejo sustentable de recursos naturales, afirma el geógrafo.
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Con el dinero que supondrá al estado la construcción del puente se podrían llevar a cabo la mayor parte de las propuestas que presenta Álvaro Montaña. “Por ejemplo, con una inversión de 200 millones de dólares en un parque eólico, localizado en un área de baja sensibilidad ambiental, el archipiélago podría generar su propia energía (autonomía energética) y no exportarla masivamente (recordemos que ya hay tres proyectos eólicos aprobados y 2 más en calificación), como se ha optado hasta ahora, localizando estos gigantescos proyectos en áreas de alta sensibilidad ambiental”, asevera.
«Un puente incrementa nuestra dependencia, no resuelve ni fortalece nuestras posibilidades de desarrollo territorial local, por cuanto no garantiza la concreción de iniciativas que favorezcan el desarrollo humano en el archipiélago y el progreso sirve si es aquí, no para ir a otro lugar a buscar las oportunidades que no están en nuestro terruño», manifiesta el geógrafo.
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