Desde hace más de dos años se sabe que el Ejecutivo estudia y diseña la formación del futuro Ministerio de Cultura y Patrimonio, una discusión que ha estado marcada por la deliberada exclusión de actores vinculados directamente con la protección del patrimonio, tales como nuestra organización y la de los trabajadores del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). Junto a ello, el Consejo de Monumentos Nacionales se ve subsumido en una profunda crisis que hoy se visibiliza a través de la paralización de funciones de los trabajadores del CMN, quienes demandan mejoras mínimas en sus condiciones laborales y exigen revertir la precariedad con la que han venido trabajando durante los últimos años.
El Consejo de Monumentos Nacionales es un organismo técnico del Estado, creado en el año 1925 para “la protección y tuición del patrimonio de carácter monumental. Realiza su labor en el marco de la Ley N° 17.288 de Monumentos Nacionales del año 1970 y del Reglamento sobre Excavaciones y Prospecciones Arqueológicas, Antropológicas y Paleontológicas dictado en 1994”. El organismo depende del Ministerio de Educación y tiene como misión “Ejercer la protección y tuición del patrimonio cultural y natural de carácter monumental, velando por su identificación, protección oficial, supervisión, conservación y puesta en valor, potenciando su aporte a la identidad y al desarrollo humano.”
La evolución política y económica de nuestro país, ha impuesto nuevas exigencias para el aparato público del Estado y las normas legales vigentes, lo que ha obligado a un proceso de modernización e inyección de recursos para responder, entre otras demandas, a las derivadas de los Estudios de Impacto Ambiental. Sin embargo, esta modernización no se ha aplicado al CMN quedando desplazado, pese al importante rol que juega como organismo técnico del Estado y garante del resguardo del patrimonio de nuestro país. Su estructura orgánica sigue siendo la misma que hace 89 años, sus consejeros son personas que participan ad honorem, pese al alto nivel de responsabilidades que recaen en ellos, mientras que su presupuesto y dotación humana (altamente especializada), sigue siendo escasa e insuficiente para cumplir con la alta demanda que genera, por ejemplo, el Sistema de Evaluación Ambiental.
A la sobre exigencia laboral se suman las precarias condiciones de empleabilidad que enfrentan sus funcionarios, considerando que muchos de ellos trabaja “a contrata” o a honorarios, viendo sus derechos laborales socavados por el propio Estado. Pese a esto, los trabajadores del CMN han sostenido y enfrentado esta situación, motivados por el compromiso que tienen con la protección del patrimonio nacional. No obstante, toda tolerancia tiene un límite y hoy, a este problema histórico se agrega un futuro incierto. Según los análisis hechos por la Asamblea de Trabajadores del Consejo de Monumentos Nacionales, de implementarse hoy el proyecto de Ministerio de Cultura y Patrimonio, sólo se asegura que un 30% de la actual dotación seguiría en sus funciones, lo que resulta inaceptable.
Como organización gremial, el Colegio de Arqueólogos de Chile expresa su preocupación por los colegas que hoy enfrentan este incierto escenario y expresa su total solidaridad con todos los trabajadores del CMN, quienes no demandan nada más que sus derechos a través la regularización y cumplimiento de las normativas laborales vigentes, junto a condiciones instituciones adecuadas para el desarrollo de su invaluable quehacer en la protección del patrimonio cultural del país.
Esperamos que el Ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, priorice esta situación con la urgencia que se merece, en pro del bienestar de los trabajadores del CMN y por la protección de nuestro patrimonio.
Directorio Colegio de Arqueólogos de Chile AG