En Río de Janeiro, la policía militar lanzó gases lacrimógenos y pimienta para impedir a alrededor de 200 manifestantes acercarse al estadio Maracaná, donde se disputaba el primer partido del grupo F Argentina -Bosnia-Herzegovina. Los manifestantes, entre ellos varios integrantes del Black Bloc enmascarados, gritaban “¡Hey FIFA, regresa a Suiza!” e intentaban burlar la barrera de seguridad formada por la policía y reforzada por agentes montados.
Otros manifestantes protagonizaron una protesta anti-Mundial en Porto Alegre, a gran distancia del estadio Beira Rio, donde Francia se enfrentaba a Honduras. Asimismo, durante el encuentro Suiza-Ecuador, alrededor de 300 manifestantes se reunieron en la estación de autobuses próxima al estadio Mané Garrincha, en la ciudad capitalina de Brasilia, para mostrar su rechazo contra los astronómicos gastos del erario público en el evento. “Renuncio a la Copa, quiero más dinero para la salud y la educación”, coreaban los descontentos, quienes lograron acercarse a un kilómetro del estadio.
Desde el inicio del Mundial, el pasado 12 de junio, los brasileños no han dejado de protestar contra el inmenso gasto ocasionado por las competencias de fútbol. De acuerdo con los críticos, 11.000 millones de dólares del presupuesto público se han destinado a estos mundiales que, en su opinión, se deberían haber invertido en la mejora de la salud, servicios de educación, el transporte y la vivienda para los brasileños.
Fuente: Librered.net