La académica de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la USACh y matrona Verónica Flandes Vargas, activista de Miles , estuvo presente en el foro sobre aborto celebrado en la citada universidad la pasada semana, y después pasó a darnos su visión como profesional de las necesidades de Chile y los agujeros a nivel sanitario que presenta el país para afrontar la despenalización y posterior legalización del aborto.
{destacado-1}
Cuando se habla de estimaciones al número de abortos inducidos en Chile, hay que tener en cuenta que las leyes punitivas respeto a la interrupción del embarazo impiden conocer la cifra exacta de estos, ya que los profesionales que no quieren denunciar a las mujeres que llegan a la consulta con síntomas de aborto inducido ponen en el informe que este ha sido espontáneo y evitan ser cuestionados, explica Verónica.
Con respecto a la legalización del aborto terapéutico la académica señala que hay “que despenalizar y legalizar; La despenalización no garantiza que el Estado se haga cargo de la atención de la mujer: ahí viene el tema de legalizar”, señala la matrona, que asegura que no solo se trata de que la mujer no vaya presa, si no de entregar acciones y medidas para que haya un acompañamiento posterior.
{destacado-2}
Sobre la necesidad del aborto libre y gratuito, la académica señala que el verdadero éxito seria conseguir un aborto seguro: “Estamos muy lejos, porque la palabra aborto no tiene una carga fácil. Entiendo a las personas que dice que hay que trabajar por el aborto libre, pero no podemos avanzar si no quitamos el estigma del término aborto”.
Por dónde pasa la ruptura del estigma concerniente al «aborto»
La matrona apunta que en primer lugar la despenalización va a permitir conocer cifras reales y no hablar solo en base a estimaciones: “Cuando sepamos que la gente no va a ir a la cárcel, podremos tener cifras”.
Además, Verónica alude a los problemas existentes en torno a la educación sexual; “Cuando hablamos de embarazo adolescente es porque ya hemos llegado tarde; no hemos logrado trabajar antes con los chicos la sexualidad, la afectividad y cuáles son sus opciones.”
{destacado-3}
La matrona señala que también es necesario un cambio en el sistema sanitario:
En Chile “todavía no somos capaces de dejar que las mujeres puedan tomar decisiones libres e informadas.; El sistema de salud pública chileno siempre ha sido muy paternalista”.
“Hay que entregar toda la información, entregarla no está penado”, señala la académica. “Si la mujer tomó la decisión de abortar lo va a hacer igual aunque yo no le de toda la información, pero de manera más insegura”.
A pesar de todo los pasos hacia adelante que faltan por dar, la profesora celebra que el proceso haya logrado instaurar el debate después de períodos de silencio, “en ocasiones se habló pero siempre hay cosas más importantes”.
Tres ponencias, una conclusión
Gema Ortega, Doctoranda en Estudios Americanos, defendió durante el pasado lunes, el aborto libre, gratuito y seguro “desde el punto de vista del cuerpo de la mujer como factor de existencia y como fuente de placer”.
Convirtió su ponencia en “un llamado contra el poder hegemónico que ha impuesto un carácter valórico a ciertas cuestiones “, lo que ha favorecido la conversión en hegemónicas de las posturas contra el aborto, imposibilitando que se genere un debate en torno a ellas.
Además, Gema hizo alusión a la concepción filosófica que niega la existencia de “una naturaleza humana previa al quehacer del ser humano”, en rebate a los argumentos contra el aborto que critican que se está acometiendo el “asesinato” de un ser humano.
Rodrigo Cepeda Johnson, estudiante de Medicina de la USACh, por su parte,señaló la utilización de técnicas biopolíticas por las estructuras gubernamentales y económicas –La biopolítica fue bautizada por Foucault y se refiere al control y regulación de los procesos biológicos de los ciudadanos en pro de controlar aspectos relativos a la vida y a las concepciones que sobre esta imperan en un s
sociedad-“El útero ha sido mercantilizado; Las ricas abortan, las pobres mueren”.
Javiera Márquez, estudiante de Periodismo e integrante del colectivo feminista Pan y Rosas, aseveró: “Las mujeres no somos tierra fértil, nuestro cuerpo nos sirve para desarrollar nuestros proyectos de vida”.