Soy española y no quiero que españa gane el Mundial

No quiero que España gane el Mundial

Soy española y no quiero que españa gane el Mundial

Autor: CVN
CVN

1958165_10152038266202470_4170152288659630836_n

No quiero que España gane el Mundial.

No quiero aunque soy española.

Ojalá que la derrota ante Holanda preceda la derrota ante Chile y volvamos a nuestros quehaceres como pueblo soberano que queremos ser.

No quiero porque soy consciente de la amnesia y el tapado que respecto a temas sociales de importancia real genera en la sociedad la consecución de gestas deportivas de gran calado, especialmente si estas se logran en el deporte rey.

Durante los años de la dictadura franquista ya fue usada esta técnica para acallar las voces disonantes; ejemplos como la victoria de España ante Rusia en la Eurocopa de 1964 o los éxitos españoles en el Tour de Francia pusieron de manifiesto que la estrategia del pan y el circo seguía funcionando entonces.

Y en la supuesta democracia en la que vivimos hoy también.

Creo que las victorias deportivas nacionales, campañas publicitarias mediante financiadas por los gobiernos y las empresas que se lucran a costa de su celebración, se inoculan en las sociedades generando una parálisis en el pensamiento crítico de las personas.

En medio de la gran crisis que viven los españoles lo menos conveniente es que ganemos el Mundial. Porque entonces, obnubilados por las hazañas de los jugadores, que hoy día no son más que un producto del consumismo, nos olvidaríamos de los parados, de los referéndums que tenemos pendientes, de la corrupción y de los desahucios.

Más allá de las aberrantes primas que cobrarán los jugadores de la selección española si ganan el mundial-hasta 720.000 euros por jugador, lo que vendría a ser $542 millones-, el doble al menos de lo que recibirán los jugadores de otros países, y de las enormes cantidades monetarias que se embolsarán las marcas de cervezas y comida patrocinadoras, creo que ganar el Mundial, paradójicamente, solo nos traería pérdidas. En el terreno social, claro.

En la España donde a mi me ha tocado vivir, tan sobrada de corrupción y falta de democracia, tan monárquica y tan poco efectiva a la hora de hacer soberana la voluntad del pueblo, cuya última carcajada ha sido la sucesión pactada de Felipe VI y en consecuencia el mantenimiento de la herencia del dictador, tenemos cosas más importantes por las que luchar que para ser los reyes del fútbol.

No quiero que ganemos el Mundial por solidaridad con los más de 4,5 millones de desempleados que dan hoy forma a mi país, por compromiso con los que se siguen manifestando para que las leyes en España traten a los ciudadanos con más dignidad.

Por los recortes en educación, en sanidad, por la imposición obligada del nuevo Rey Felipe VI, que ha coincidido casualmente con las fechas en las que se celebra el Mundial.

No quiero porque hay que seguir luchando por los derechos robados a las mujeres, que se han enfrentado este año a un retroceso enorme en lo que a legislación de sus derechos se refiere.

Si la selección gana nos olvidaremos del drama social en el está sumido el país y solo se traducirá en un respiro para la casta que parece que por primera vez se siente acosada por los cambios que se vienen.

Aunque si bien es obvio que el uso del fútbol como cortina de humo es solo puntual, y que el Estado muchas otras herramientas para acallar a las masas, la televisión sin ir más lejos, es triste ver la unión del pueblo en pro de conseguir una victoria futbolística y la desunión del mismo en otros temas, que si afectarán a su calidad de vida y la de sus compatriotas, como el saqueo del estado de bienestar que está teniendo lugar en el país.

No quiero que gane España, pero ojalá que ningún país pierda derechos sociales mientras levanta la copa del Mundo.

Ojalá que el pueblo no caiga en la trampa del sistema y no sea anestesiado con la compra de unos ideales conformados por el consumismo y el capital.

Por A. Vallés

Viñeta: El Roto


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano