Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública de México, fue sentenciado a 38 años, tras ser encontrado culpable de colaborar con el Cártel de Sinaloa y de conspirar en la distribución internacional de cocaína. Además de la condena, García Luna deberá pagar una multa de al menos dos millones de dólares y cumplir con cinco años de libertad supervisada al finalizar su encarcelamiento.
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La audiencia, que tuvo lugar en una corte federal de Brooklyn, comenzó con una petición de su defensa para una sentencia más corta. Sin embargo, el tribunal decidió imponer una pena severa, que García Luna cumplirá en una prisión federal cercana a Washington, D.C.
El exfuncionario fue hallado culpable en febrero de 2023 de cinco cargos, incluyendo conspiración para la distribución de cocaína, participación en una organización delictiva continua y hacer declaraciones falsas. Durante su gestión como responsable de la seguridad en México, García Luna facilitó el tráfico de más de un millón de kilogramos de narcóticos a Estados Unidos.
“No voy a sentenciarlo de por vida, voy a dejarle un poco de luz al final del túnel”, afirmó el juez Brian Cogan antes de dictar una sentencia histórica de 460 meses de prisión. Cogan no concedió la cadena perpetua que exigía la Fiscalía ni los 20 años, la pena mínima, que pedía la defensa, pero fue implacable y no dudó. “Usted tiene la misma matonería que El Chapo, sólo que la manifiesta de forma diferente”, aseguró, mientras la mirada del acusado se nublaba y lucía completamente derrotado. El juez castigó la “doble vida” del exsecretario, que aprovechó sus cargos en lo más alto del Gobierno mexicano para favorecer y colaborar con el Cartel de Sinaloa durante más de dos décadas. Ese fue su argumento principal para dictar la pena. “Usted es culpable, señor”, terminó.
El fiscal federal Breon Peace subrayó la gravedad de los crímenes, afirmando que García Luna había traicionado la confianza pública y contribuido a la violencia en ambos lados de la frontera.
Durante la audiencia, la presencia de su esposa, Linda Cristina Pereyra, y su hija Luna García, no pasó desapercibida, ya que fueron recibidas con gritos de «justicia» por parte de manifestantes fuera del tribunal. Los asistentes también protestaron contra el expresidente mexicano Felipe Calderón, bajo cuyo mandato García Luna desempeñó un papel clave en la llamada «guerra contra el narcotráfico».
Los fiscales presentaron pruebas que detallan cómo García Luna aceptó millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa, dirigido entonces por Joaquín «El Chapo» Guzmán, a cambio de protección y favores, permitiendo al cártel operar con impunidad en México y Estados Unidos. El testimonio de antiguos miembros del cártel incluyó detalles de pagos directos y la creación de un fondo multimillonario para garantizar su protección.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, no tardó en reaccionar, calificando a García Luna como un “cínico” y desafiando al expresidente Calderón a pronunciarse sobre el caso. Sheinbaum ha sostenido que el juicio de García Luna es una prueba más de la corrupción durante los gobiernos pasados, y también criticó las acusaciones que el exfuncionario hizo en su última carta al juez, donde señaló que el actual gobierno mexicano había fabricado pruebas en su contra.
Este caso no marca el fin de los grandes juicios contra los líderes del narcotráfico mexicano en Estados Unidos. Ismael «El Mayo» Zambada, otro capo clave del Cártel de Sinaloa, será el próximo en enfrentarse a la justicia ante el mismo juez. Tras las condenas de Guzmán y García Luna, el proceso contra Zambada promete ser otro capítulo crucial en la lucha de EE.UU. contra los cárteles mexicanos.
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