Acuerdo SQM-Codelco: modelo de enclave en la explotación del litio

Las cláusulas del acuerdo que entregó la explotación del Salar de Atacama a SQM hasta el año 2060 reproduce el modelo de enclave exportador, definido por los economistas latinoamericanos hace ya 60 años. Las ganancias del boom del litio quedarán para la familia Pinochet, no se avizora la concreción de una industria de bienes de capital en el territorio, se usa mano de obra de baja calificación, se destruye el medio ambiente y se capturan las organizaciones locales a través de proyectos.

Acuerdo SQM-Codelco: modelo de enclave en la explotación del litio

Autor: Mauricio Becerra

Revisamos en profundidad cómo el acuerdo SQM-Codelco perpetúa el modelo de enclave en la explotación del litio.

Por Mauricio Becerra

La extracción del litio del Salar de Atacama se hace sacando la salmuera de la cuenca acuífera, la que luego se lleva a unas piscinas de evaporación, en las cuales se evapora medio millón de litros de agua para producir una tonelada de carbonato de litio, según un estudio de la Universidad Nacional de Jujuy (2018); producto que luego es metido en sacos para ser exportados como materia prima para la fabricación de paneles solares o baterías.

Cuando los economistas latinoamericanos de la década de 1960 intentaban explicar las causas del subdesarrollo de nuestros países coincidieron en llamar modelo de enclave a las formas de explotación de recursos naturales, como hoy se hace con el carbonato de litio extraído del acuífero atacameño. Hoy, 65 años después, a juicio del doctor en Desarrollo de la Universidad Católica de Lovaina y académico de la Universidad de Antofagasta, Jan Cademartori, el concepto tiene plena vigencia para comprender la forma como en las últimas décadas se ha ido consolidando en la explotación de los recursos naturales y mineros chilenos.

Un consultor minero que conoce los procesos de la extracción de litio lo explica diciendo que “lo más tecnológico que usa SQM es traer ceniza desde Turquía, carbonato de sodio, que acá es calentado con la salmuera, lo que produce carbonato de litio. Tiene mucha más complejidad explotar una mina de cobre”.

Dicho modelo de explotación se estaría perpetuando de llevarse a cabo el acuerdo que renovó la participación de Julio Ponce Lerou en la explotación del Salar de Atacama hasta el año 2060 junto a Codelco. Dicho acuerdo coincide con una de las características del modelo de enclave, la que destaca la participación de conglomerados privados junto a actores políticos en los procesos extractivistas.

Esto se da a través de cuotas de participación para el Estado en el negocio, así como también para las élites locales en la explotación de los recursos, lo que aporta divisas en dólares al erario fiscal. A juicio del economista Cademartori así “el enclave no es solamente una estructura tecno-productiva, sino una estructura política y social. Se forma así una entidad cuyos socios mayoristas son los inversionistas extranjeros y los socios políticos menores son las élites locales y el poder central”.

SQM fue privatizada opacamente en dictadura y quedó en manos de Julio Ponce Lerou ex-yerno de Pinochet y padre de cuatro de los nietos del dictador.

Las inversiones privadas permiten a los gobiernos decir que tienen mejores cifras económicas, sobre todo en la fase de inversión inicial de los proyectos, agrega Cademartori, quien además recalca que “el grado de refinación del recurso es bajo, ya que se exporta principalmente bajo la forma de carbonato de litio y algo de hidróxido de litio. De esta forma, la cadena de valor agregado mundial comienza allí donde termina en Chile”.

El modelo de enclave exportador es parecido al desarrollado por la colonización portuguesa en África en su primera etapa colonizadora, a lo largo del siglo XV. Eran las feitorias, enclaves que se instalaban en espacios costeros contiguos a un puerto y destinados a la extracción de los recursos naturales. Esto era posible a través de la negociación con algunos agentes locales que mediaban para la obtención de los recursos naturales africanos. Pedimos a Cademartori que nos sistematizara como funciona una economía de enclave exportador y distinguió cinco características.

1) Ganancias obtenidas del recurso natural para dueños privados o extranjeros:

“Al entregar nuestros recursos naturales a empresas extranjeras las ganancias que generan estas actividades se exportan al extranjero, en donde están los dueños. En el caso del litio, si bien SQM es una empresa del litio nacional, para la región de Antofagasta viene a ser una empresa extranjera. No hay vinculación con la región, es sólo una plataforma de negocios para ellos, no invierten partes de ganancias en la región, lo que no crean nuevo desarrollo económico con estas utilidades. Tampoco ayudan a diversificar la economía, las inversiones que hacen son para continuar explotando los mismos recursos. Se crea así un círculo vicioso de dependencia de un recurso natural no renovable. Esto provoca que las materias primas que exportan tienen bajo valor agregado industrial, como ocurre con el carbonato de litio, que está en una fase primaria, y el hidróxido de litio, que tiene un poquito más de valor”.

2) No se produce una industria de bienes de capital en el territorio:

“La compra de bienes de capital también se hace en el extranjero. Es decir, estas empresas no generan oportunidades para el desarrollo de una industria de bienes de capital en el territorio en que están explotando los minerales. De esta forma generan bajos encadenamientos productivos con la región que los recibe”.

3) Mano de obra de baja calificación y escasa inversión en el territorio:

“La mano de obra que utilizan en el caso del litio es muy mal pagada, con muchas empresas subcontratistas. Entonces los salarios de estos trabajadores tampoco generan una gran demanda por bienes de consumo en el territorio en donde están trabajando. Muchos provienen de otras regiones del país, por lo que los sueldos no quedan en la región”.

4) Destrucción del medio ambiente:

“La destrucción del medio ambiente: como el poder económico que tienen es muy elevado, lo transforman en poder político. Entonces no hay una burguesía local que les pueda hacer frente y la que existe se transforma en un aliado de las elites extranjeras.

5) Captura de organizaciones locales a través de proyectos:

“Se trata de una característica nueva: la captura de muchas organizaciones sociales a través de los fondos que estas empresas entregan a estas organizaciones”.

Para el economista, “todas estas características explican por qué los inversionistas reproducen el subdesarrollo en sus regiones. Lo contrario sería transformar al inversionista en promotor del desarrollo local. El sector exportador es una forma de ayudar al desarrollo del resto de sectores de la economía, eso permitió industrializar la economía de los países desarrollados. Además, por ejemplo, cuando los bienes de capital eran comprados en el mismo país del inversionistas, se produce un impulso en el desarrollo de la industria de bienes de capital”.

Agrega que “la economía de enclave permite explicar por qué en los países capitalistas desarrollados, la minería fue un motor del crecimiento de la industria, en cambio en nuestros países solamente impulsa a los proveedores que prestan servicio pero con bajo valor tecnológico”.

Cademartori advierte que la economía de enclave minero “es un boom transitorio, como ya lo experimentamos cuando se agotó el salitre en el norte. El desarrollo de la actividad minera va a ser un proceso transitorio hasta que se vayan agotando los yacimientos. Y no nos va a dejar un proceso de desarrollo industrial, que habría sido la forma de poder generar la incorporación de tecnología a nuestra economía, la generación de empleos calificados. Esta economía transforma a las regiones anfitrionas de los inversionistas en economía yogurt. Es decir, con fecha de vencimiento”.

EL CAMINO DE LA EXPLOTACIÓN DEL LITIO EN CHILE

El aumento de la demanda de litio dada su capacidad de almacenamiento de energía en las baterías de aparatos electrónicos de uso cotidiano y en los motores de los vehículos eléctricos empujó que durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet se formara una Comisión Nacional del Litio (2014), cuyas conclusiones fueron mantener el carácter estratégico de dicho recurso, lo que en la práctica limita las concesiones posibles para su explotación.

La Ingeniera Química e investigadora de la Universidad de Antofagasta, Ingrid Garcés, comenta que dicha comisión acabó “planteando la necesidad de una gobernanza del mineral, detectando una institucionalidad débil y fragmentada”.

Al mismo tiempo se planteó la promoción del crecimiento de la oferta nacional para así desincentivar la entrada de nuevos actores al mercado, la incorporación de tecnología moderna en los procesos productivos, establecer mecanismos para que el Estado participara en los beneficios de su explotación, el desarrollo científico y técnico asociado para producir así mayor valor agregado y asegurar la sustentabilidad del Salar de Atacama.

Todo quedó en las buenas intenciones.

Casi una década después Australia superó a Chile como principal productor de litio; la oferta de litio sólo fue cumplida a través de la sobreexplotación del Salar de Atacama por parte de SQM; la empresa sigue usando tecnología de las primeras décadas del siglo XX para secar el mineral, con grandes cantidades de pérdida de agua; se entregó el 49,99% a costo cero a la empresa de la familia Pinochet (SQM) la explotación del acuífero atacameño hasta 2060; y no ha habido desarrollo científico asociado que de mayor agregado al carbonato de litio en el país.

Sin embargo, la Estrategia Nacional del Litio (ENL)presentada en 2023 por el gobierno de Boric en el texto apunta a entregarle un mayor rol del Estado, apostar por la conservación de apenas un 30% de todos los salares, la creación de un Instituto de Investigación en Salares y la inserción territorial de las comunidades.

Pese a tan alentadoras palabras la realidad es otra. La investigadora Garcés acusa una agonía socioambiental. Plantea en forma crítica que se sigue concibiendo a los salares como minas y no como acuíferos que albergan diversas formas de vida; también echa de menos un estatuto regulatorio de la explotación de salmuera, ya que la actual no la reconoce como agua; y que las figuras legales los actores legales para la protección no son completos, sino se conciben fragmentadamente.

La ENL fue seguida de un llamado para celebrar Contratos Especiales de Operación de Litio (CEOL) al capital extranjero. Ya a fines de septiembre se entregó un listado de seis salares que serán entregados a privados para su explotación: los acuíferos de Coipasa en la región de Tarapacá; Ollagüe y Ascotán en la región de Antofagasta; y Piedra Parada, Agua Amarga y Laguna Verde en Atacama. En tanto, la ministra Aurora Williams adelantó que antes de fin de año se entregará un segundo listado de salares con CEOL.

Por su parte, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, destacó que hay 12 proyectos potenciales, siendo 2 de Codelco, 4 de Enami y los 6 presentados. También adelantó que para el 2030 se espera aumentar en un 70% la producción de litio en Chile y duplicarla para las próximas décadas.

El problema de toda esta política de concesiones radica en que los salares chilenos no tienen modelos hidrogeológicos de funcionamiento. Si bien la ciencia siempre será finita en sus mediciones y estimaciones, un modelo que de cuenta del funcionamiento del agua que llega a los salares en su interacción con la geología, las napas subterráneas y los desagües de los acuíferos permitiría tener mayor certeza de los impactos de la minería en esos nichos ecológicos. Gran parte del conocimiento disponible es producido en los estudios de impacto que deben hacer las empresas para la obtención de una Resolución de Calificacion Ambiental (RCA). En otras palabras, el Estado y la comunidad científica están a ciegas respecto al real impacto de la minería de litio en los salares.

Garcés comenta que“la problemática con que partimos -que no sabemos el funcionamiento de esta cuenca. Cuando hablamos de proteger salares y este 30 por ciento es uno de los grandes problemas que hemos planteado los investigadores, no sabemos a ciencia cierta cuál es el comportamiento del salar. Esa base la dan los estudio hidrogeológicos, que no los tenemos”.

El Salar de Atacama es históricamente el que ha sido más explotado. Allí extraen litio y otras sales minerales SQM y Albemarle, Cuyos permisos de explotación vencen en 2060 y 2043, respectivamente.

SQM tiene una cantidad permitida de extracción de 165.000 ton. anuales, según el contrato firmado con Corfo en 2018. La cuota estaba pronto a ser superada, pero los negocios de la familia Pinochet fueron salvados por el polémico acuerdo entre Codelco y SQM que prolonga hasta 2060 la participación de SQM en la explotación del acuífero atacameño.

En el contrato también se ampliaron las cuotas de extracción de litio pasando de las 165 mil a 300 toneladas anuales de extracción de carbonato de litio, pese a que en 2016 SQM tuvo un proceso sancionatorio cuando se detectó la extracción de Salmuera por sobre lo autorizado.

Cristina Dorador, bióloga, doctora en Ciencias y académica de la Universidad de Antofagasta, comentó a El Ciudadano que en los últimos 20 años las operaciones mineras en el acuífero atacameño aumentaron de 20,54 a 80,53 km2, cuatro veces más que la escala de producción en 1997. La tasa de expansión promedio es de 7,07% al año.

Un estudio satelital divulgado recientemente da cuenta de la disminución del Salar de Atacama entre 1 a 2 centímetros producto de la actividad minera en los últimos cuatro años (1). Además en las comunidades atacameño lickanantay se han prendido las alarmas porque Albemarle informó a los organismos públicos de una importante baja en los niveles de agua de los pozos. Los lugareños creen que se modificó la cuña salina, que es la que separa el agua dulce de la salmuera.

Mauricio Becerra R.
El Ciudadano
Imagen: Govar

NOTA:
(1) Jose Francisco Muñoz-Pardo; Cristian Alberto Ortiz-Astete; Leonardo Mardones-Pérez; Pauline de Vidts-Sabelle. Funcionamiento hidrogeológico del acuífero del núcleo del salar de Atacama, Chile. Ingeniería Hidráulica en México. Vol. XIX, N.º 3, 2004. pp. 69-81.


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