En un nuevo capítulo de su campaña presidencial, Donald Trump lanzó una advertencia contundente a México, declarando que si resulta electo presidente en 2024, impondrá un arancel del 25% a las importaciones mexicanas si no se detiene el flujo de migrantes y drogas hacia Estados Unidos. Durante un mitin en Raleigh, Carolina del Norte, Trump afirmó que desde el primer día de su mandato, se lo comunicará a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, a quien advirtió sobre las consecuencias comerciales si no se controla la situación fronteriza.
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«Si no detienen este embate de criminales y drogas que vienen a nuestro país, voy a imponer inmediatamente un arancel de 25% a todo lo que envíen a Estados Unidos», aseguró el expresidente, intensificando su retórica antiinmigrante que ha marcado su campaña. A pesar de no haber conocido personalmente a Sheinbaum, Trump la describió como una «mujer amable», en contraste con la fuerte postura que manifestó ante la falta de acción en materia migratoria.
Trump recordó con frecuencia su relación con el exmandatario Andrés Manuel López Obrador, con quien implementó la política de «Quédate en México» durante su administración. Este programa obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras sus casos eran procesados en Estados Unidos, una política que fue revertida por el actual presidente Joe Biden.
Sheinbaum mantiene prudencia ante las elecciones en EE.UU.
La presidenta Claudia Sheinbaum reiteró que no emitirá ningún pronunciamiento oficial sobre las elecciones estadounidenses hasta que los órganos electorales declaren a un vencedor. Agregando que México buscará mantener una relación de respeto y colaboración con quien resulte electo.
La mandataria mexicana destacó que la relación bilateral seguirá centrada en temas prioritarios como la migración, el combate al tráfico de fentanilo y armas, y la relación comercial entre ambos países, sin importar quién asuma la presidencia en Estados Unidos.
Traspié de Trump con Puerto Rico
En medio de estos anuncios, Trump también intentó mitigar el impacto de un comentario ofensivo realizado por el comediante Tony Hinchcliffe, quien en un evento reciente se refirió a Puerto Rico como «una isla flotante de basura». Durante su discurso en Raleigh, Trump elogió a Puerto Rico, afirmando: “Ayudamos a Puerto Rico más que nadie”. Sin embargo, el incidente ha generado críticas, ya que los puertorriqueños no pueden votar en las elecciones presidenciales de EE.UU., aunque hay una significativa población de descendientes puertorriqueños en estados clave como Pensilvania.
Este desliz llega en un momento en el que Trump busca atraer el apoyo latino en estados decisivos para su campaña, como Pensilvania, donde la comunidad puertorriqueña tiene un peso electoral considerable.
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