La incapacidad demostrada de la coalición gobernante para posicionar un candidato competitivo que suceda al presidente Boric, provoca una búsqueda desesperada de nombres que terminan por distorsionar los criterios y canales de selección de los nuevos liderazgos políticos en una democracia.
En esta frenética búsqueda, ahora el elegido es Tomás Vodanovic, —antes fue Atria, Siches, Marcel, entre otros—, quien es ungido como el nuevo liderazgo del frenteamplismo, luego de su victoria en Maipú.
El problema no es del alcalde que, a todas luces, recibió un importante apoyo de la ciudadanía en su comuna. El problema es de los seleccionadores. De quienes, rápidamente, suman votos y lo consideran como el salvador de un proyecto que, con un gran elenco inicial, demuestran que se van quedando sin nombres para las próximas presidenciales.
El alcalde de Maipú, con distinguida velocidad, reacciona y envía un mensaje claro y contundente: no quiere ser candidato a la presidencia. Las vecinas y vecinos de su comuna no lo eligieron para que ocupe el cargo como un trampolín y ha definido no hacer caso a los cantos de sirenas.
Lo que llama la atención de quienes querían renovar la política, para hacerla con la ciudadanía desde sus territorios, hoy se comportan como aprendices de operadores políticos de la Concertación, al ver en el mandato popular que entregaron los electores de la comuna de Maipú una herramienta para reciclarse en el poder. Oportunismo cálculo electoral. Aprendieron rápido.
El alcalde Vodanovic no quiere. Sus votantes lo mandataron a dirigir su comuna. Ese es el mensaje. De forma contraria, primero, Vodanovic tendría que borrar con el codo lo que escribió con su puño. Tendría que desdecirse de varias entrevistas y traicionar el voto de sus vecinas y vecinos que creyeron en él. Ahí la tarea se pone cuesta arriba, sumándose a la larga lista de nuevas generaciones que terminaron engordando la vieja política.
Es mejor que los aprendices de operadores del frenteamplismo asuman su fracaso en la búsqueda de un candidato a cualquier precio, ya que no es lo mismo postular a un ex parlamentario como Boric, que a un alcalde recientemente electo por una comuna donde los delitos aumentaron en un 42% entre 2020 y 2023.
Lo que está en juego hoy no es la sobrevencida política de un partido en particular, sino tienen un liderazgo preparado para gobernar, es mejor apostar a la solidaridad y construir una gran la política de alianzas, mirando más allá de sus fronteras, para disputar la elección del 2025 con la peor derecha imaginable en el ámbito nacional e internacional.
Cristian Jamett Pizarro
Sociólogo y Doctor en Estudios Latinoamericanos.