13 de noviembre de 2024. Justin Welby, Arzobispo de Canterbury, y representante de la Iglesia Anglicana en Inglaterra, renunció ayer al liderazgo de la Iglesia Anglicana tras soportar varios días en su puesto un enrarecimiento cada vez más inhóspito.
Esto, tras la difusión mundial de una investigación independiente de la Fundación Iwerne (Iwerne Trust) sobre un prolífico abusador de menores, John Smyth a quien se atribuyen hasta el momento 130 casos de abuso violento contra menores. Más adelante, Smyth se trasladó a ministerios de Zimbawe y después Sudáfrica para continuar con su «labor ministerial» en torno a las juventudes.
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Según han afirmado encargados de estas parroquias africanas, es seguro que Welby tuvo conocimiento de este tipo de conductas consuetudinarias por parte de John Smyth, pero se abstuvo de dar parte a la policía o a los titulares de las parroquias a las que el anglicano sabía que planeaba mudarse el evangélico; de haber dado oportuno aviso, la mayor parte de las víctimas se habrían salvado, pues el depredador hubiera sido detenido a tiempo.
Tras filtrarse los resultados de la investigación de la Fundación Iwerne al Canal 4 de Inglaterra, el estudio televisivo dedicó una hora de su noticiero al caso, presentando diversas entrevistas, fotografías antiguas de las parroquias donde ha ejercido Smyth y conclusiones de los reporteros.
El programa también despliega recortes del reporte elaborado por la Fundación, que evidencia la opacidad y el desinterés de las autoridades religiosas ante los reportes de los ominosos tormentos de que eran objeto los menores obligados a asistir a las misiones y parroquias donde oficiaba Smyth, donde, una vez a solas, los sometía a latigazos y otras prácticas denigrantes y dolorosas cuando le son propinadas a una persona sin su consentimiento.
El reporte exhibido por Canal 4 no deja lugar a dudas sobre la total omisión de la Iglesia de Inglaterra ante estos actos de barbarie y depravación por parte del clérigo Smyth, sentenciando con claridad:
«Desde julio de 2013, la Iglesia de Inglaterra era conocedora, en sus más altos rangos, sobre el abuso que se desarrolló en los años 70′ y los años ’80. El capellán personal del Arzobispo de Canterbury y el obispo de Ely fueron notificados sobre dichos abusos, y Justin Welby estaba consciente de los abusos que se esgrimían contra John Smyth alrededor de agosto de 2013, en sus capacidades de Arzobispo de Canterbury. Es muy probable que el resto de quienes trabajaban en el lugar también hubieran sido notificados sobre los hechos en 2013.
Se apreciaba una evidente falta de curiosidad por parte de estas figuras eminentes y una tendencia a la minimización de asunto, demostradas por la ausencia de cualquier tipo de investigación o seguimiento a las denuncias, especialmente en lo tocante a la Iglesia reafirmándose a sí misma que el abusador ya no estaba en ella (a pesar de que estaba en un país distinto, pero esto no disminuye la responsabilidad de la gente.
Investigación externa difundida por el Canal 4 el 8 de Inglaterra en su programa especial «La Iglesia de Inglaterra fracasó en frenar al abusador más prolífico, encuentra exclusivo reporte»
El descenso final de un abusador infantil
Smyth se mudó con su esposa a Sudáfrica en 1984, tras el descubrimiento oficial de sus fechorías en la abadía de Canterbury. Ahí, estableció campamentos juveniles de orientación religiosa, donde continuó con su maltrato y acoso a los menores.
Tras ahogarse en 1996 una muchacha de 16 años en la piscina del centro juvenil, en circunstancias que fueron calificadas como «turbias», Zmyth fue procesado penalmente por homicidio culposo y abuso contra otros menores que asistían cotidianamente a su centro. Sin embargo, el caso colapsó y Zmyth no fue encarcelado, pero sí proscrito de Zimbaue, por lo que se mudó a Sudáfrica, donde vivió en Duburban, y después en Cape Town, donde también asumió iglesias. Tras emitirse el mencionado programa del Canal 4, el Consejo de Diáconos del Ministerio donde oficiaba Zmyth decidió cesarlo, además con el agravante de que ya habían empezado a recibir sus propias denuncias de maltrato físico y adolescente por parte del pastor inglés.
John Zmyth murió en 2018 en Sudáfrica, conjurado por sus correligionarios, acechado por los padres y familiares de los menores a quienes atormentó, y fermentado en el oprobio internacional, pero sin cumplir una sentencia acorde al impacto de sus abusos.
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