De acuerdo a un informe de Reuters, durante el segundo mandato presidencial de George W. Bush, en el 2007, EEUU instauró presencia militar permanente en el país del Cuerno de África, tras un supuesto retiro oficial en 1993. Los más de 120 efectivos actuaron durante estos siete años en entrenamientos y operaciones particulares,en paralelo a los combates de las tropas dirigidas por la Uniòn Africana (UA).
En octubre del año pasado, el presidente Barack Obama reconoció que el Pentágono enviaría “asesores militares” y presentó la maniobra como el primer despliegue en dos décadas. No obstante, la agencia Reuters señaló que de acuerdo a declaraciones de funcionarios estadounidenses, las tropas del norte de América renovaron sus operaciones en 2007.
La información coincide con el anuncio de reanudación de relaciones diplomáticas, luego de que a principios de junio Wendy Sherman, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos diera a conocer que se nombraría al primer embajador estadounidense en Somalia luego de 20 años. En ese mismo discurso, la funcionaria reconoció públicamente que “un pequeño contingente de personal militar estadounidense”, incluyendo las fuerzas de operaciones especiales había estado presente en el país africano desde hace años.
{destacado-1}
“La lista de retos que Somalia debe afrontar es larga. El crimen y la corrupción son problemas graves, y también hay una necesidad urgente de transparencia”, argumentó Sherman en es oportunidad. Somalia posee importantes reservas de gas y petróleo, además de uranio, hierro, estaño y cobre. A ello se le suma una ubicación estratégica para el control de la navegación en el Golfo de Adén y el norte del Océano Índico.
El argumento de la Casa Blanca es el combate contra Al Shabaab. Tal como ratificó Obama en su discruso en West Point, el “terrorismo” sigue siendo “la amenaza más directa”, tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Frente a lo que calificó como una “amenaza difusa”, el líder de la Casa Blanca propuso la creación de un fondo contra el terrorismo, de 5 mil millones de dólares.
“Esos recursos nos darán la flexibilidad necesaria para cumplir con las diferentes misiones, incluido el apoyo a una fuerza multinacional para mantener la paz en Somalia”, explicó el mandatario. Según el informe, hasta el 2013, el Pentágono participó de modo oficial sólo en la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) que cuenta con alrededor de 18 mil soldados en el país del Cuerno de Africa.
El Gobierno de EEUU posee en Somalia Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE), integradas por unidades de elite Boinas Verdes y Delta Force del Ejército, Infantería, Armada y Fuerza Aérea y se financian desde el Departamento de Defensa. Cuando meses atrás se discutía el presupuesto que se destinaría a Defensa en EEUU, el Pentágono exigió aumento de financiamiento y de personal para las FOE, de 66 mil a 69.700 efectivos, bajo el argumento de que cumplían un papel clave en la “lucha contra el terrorismo”.
Las unidades de elite de intervención a nivel global actualmente están desplegadas en Somalia, Yemen, Libia y Afganistán –entre otros- y el objetivo del Gobierno estadounidense es que se extiendan a más de 70 países. “El ejército estadounidense utiliza tropas convencionales y especiales para entrenar ejércitos extranjeros en todo el mundo. Las tareas van desde la enseñanza de puntería básica a las tácticas de contraterrorismo más avanzados”, explicó Eric Schmitt en una publicación del New York Times.
En ese sentido, destacó una continuidad en las políticas de George Bush y Barack Obama respecto al continente africano, los cuales gestionaron para obtener el financiamiento del Congreso para esos programas especiales. Además del desarrollo del AFRICOM, Estados Unidos profundiza la guerra no declarada en el país con ataques de aviones no tripulados en pos de combatir las resistencias que impidan el avance sobre Oriente Próximo y África, masacres que incluyen a Afganistán, Pakistán y Yemen.
Fuente: PIA