La Policía Federal de Brasil detuvo este martes a un general retirado y ex alto funcionario del gobierno de Jair Bolsonaro, junto a otros cuatro militares, acusados de planificar el asesinato de Luiz Inácio Lula da Silva y su vicepresidente, Geraldo Alckmin, en 2022, antes de la toma de posesión de Lula. Entre los detenidos se encuentran tres tenientes coroneles y un policía militar, según informó la policía.
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El plan, que formaba parte de un intento de golpe de Estado para impedir el regreso de Lula al poder, también incluía la detención y posterior asesinato del juez Alexandre de Moraes, entonces presidente del Tribunal Electoral y miembro del Tribunal Supremo de Brasil. Estos detalles han salido a la luz en pleno desarrollo de la cumbre del G-20, que se celebra en Río de Janeiro, con la participación de líderes globales como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente de China, Xi Jinping.
Las detenciones ocurrieron en distintas ciudades de Brasil, incluida Río, donde las autoridades mantienen un fuerte despliegue de seguridad debido a la cumbre. Los sospechosos pertenecen a un grupo extremista de militares bolsonaristas conocido como «kids pretos«, entrenados en las fuerzas especiales.
La investigación policial revela que los arrestados habrían planeado el asesinato de Lula tras una reunión en diciembre de 2022 en la casa del general retirado Walter Braga Netto, exministro de Defensa bajo el mandato de Bolsonaro, quien también es investigado por su implicación en la trama golpista. Los planes incluían el envenenamiento de Lula, aprovechando su vulnerabilidad de salud y sus visitas frecuentes a hospitales.
Estos hechos se suman a las investigaciones sobre el intento fallido de golpe de Estado que siguió a la derrota electoral de Bolsonaro en octubre de 2022. En enero de 2023, una semana después de que Lula asumiera la presidencia, extremistas bolsonaristas invadieron violentamente la Presidencia, el Congreso y el Tribunal Supremo en Brasilia.
Los arrestos coinciden con la cumbre del G-20, donde Lula es anfitrión de los líderes de las principales economías del mundo, quienes están reunidos en Río bajo estrictas medidas de seguridad.
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