Nacen ocho ratones sanos a partir del tejido congelado de testículos de recién nacido

Un equipo de investigadores japoneses ha utilizado tejido de testículo criopreservado de roedores recién nacidos para obtener descendencia por primera vez. Los autores creen que esta técnica será útil para que los niños supervivientes de cáncer, sometidos a terapias antitumorales que provocan infertilidad, puedan ser padres en el futuro.

Nacen ocho ratones sanos a partir del tejido congelado de testículos de recién nacido

Autor: Ramiro Rodriguez

Pups from iPS-oocyte

El método ha permitido obtener descendencia con esperma cultivado in vitro procedente de tejidos testiculares criopreservados de ratrones recién nacidos. Científicos de varias instituciones japonesas han conseguido obtener una descendencia de ocho crías de ratón concebidos con un esperma muy especial.

La infertilidad es uno de los efectos adversos de ciertos tratamientos contra el cáncer. La congelación del semen es solo aplicable para los pacientes que ya han pasado la pubertad, por ello, como explican los científicos en el artículo, son necesarias medidas alternativas para preservar la futura fertilidad de los niños que sobreviven a un proceso tumoral.

Takehiko Ogawa, autor principal del trabajo e investigador del Laboratorio de Proteómica de la Universidad de Yokohama, ha indicado a Sinc que harán falta “al menos dos años de investigación adicional antes de que esta nueva técnica pueda ser aplicada en humanos”.

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En este estudio, que se publica hoy en la revista Nature Communications, Ogawa y sus colegas desarrollaron primero un sistema de cultivo para inducir una espermatogénesis completa, es decir, el proceso por el cual los testículos producen esperma. Después, crioperservaron tejido testicular de ratones recién nacidos, bien mediante una lenta congelación o por vitrificación, que es una técnica más rápida y especializada. “Tras descongelarlos, los tejidos se cultivaron y mostraron una espermatogénesis tan eficiente como en la de tejidos no criopreservados”, dice Ogawa.

Para terminar, efectuaron una microinseminación directa en ovocitos de ratonas a partir de tejidos criopreservados durante más de cuatro meses. En este proceso se lograron un total de ocho crías. La descendencia creció sana y fue capaz de reproducirse de forma natural. Los investigadores creen que el método presenta un gran potencial para la preservación de la fertilidad.“Esta técnica nos dará a los investigadores las posibilidad de poder realizar experimentos con tejidos testiculares humanos, lo cual es fundamental para avanzar en la comprensión de la espermatogénesis y la infertilidad masculina”, concluye el experto.


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