Desde este martes 3 de diciembre, el sitio de memoria Casa José Domingo Cañas, ubicado en Ñuñoa, dejará de recibir visitantes debido a la insuficiencia de recursos económicos. Este lugar, que durante la dictadura de Augusto Pinochet funcionó como centro de detención y tortura de la DINA, cesa sus actividades tras años de funcionamiento ininterrumpido.
En un comunicado oficial difundido en redes sociales, la Fundación Casa Memoria lamentó profundamente la medida:
“Por primera vez en nuestra historia debemos recurrir a esta acción. Exigimos al Estado que cumpla con su deber. ¡Por el derecho a la memoria!”
Reacciones y contexto
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) expresó su pesar por el cierre, subrayando la relevancia de los sitios de memoria en la promoción de una educación basada en los derechos humanos y la reflexión histórica:
“Estos espacios son cruciales para la enseñanza y para garantizar que nunca más ocurran violaciones a los derechos humanos”, indicó el organismo en un mensaje publicado en X.
El INDH advirtió que la clausura de la Casa José Domingo Cañas es un reflejo de la falta de políticas públicas que aseguren la sostenibilidad de estos lugares. En su Informe Anual 2023, el instituto recomendó al gobierno implementar un financiamiento estable para los sitios de memoria, destacando su importancia para preservar la historia y evitar la repetición de los horrores del pasado.
La situación deja en evidencia una deuda pendiente en el compromiso estatal con la memoria histórica y la dignidad de las víctimas de la dictadura.