El tráfico de fentanilo es una amenaza silenciosa que podría causar una ciris de salud pública en Chile. Las incautaciones de esta “droga zombie”, 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más que la heroína, cada vez van en aumento.
Personal de la PDI detuvo este miércoles a 14 personas por los delitos de tráfico ilícito de drogas, lavado de activos, homicidio frustrado y disparos injustificados, en el marco de la denominada operación Búnker.
Durante el operativo policial se allanaron 17 domicilios en las comunas de Cerrillos, Estación Central, Lo Espejo y La Granja. Asimismo, se incautaron cerca de 32 kilos de drogas, entre ellas 44 ampollas de fentanilo.
Sobre la incautación, la fiscal regional (s), Paulina Díaz, señaló que “este fentanilo no era algo usual en Chile y últimamente ha resultado en incautaciones importantes, como nos ocurrió en este caso, lo que nos da cuenta de la introducción al país de este tipo de narcóticos”.
“(Hay) total preocupación para el Ministerio Público y prioridad definir los canales a través de los cuales se recibe este tipo de sustancia que resulta tan nociva para la salud de la población”, añadió, según consignó Emol.
Al operativo de este miércoles se suman dos incautaciones registradas durante las últimas semanas, lo que ha aumentado la preocupación por el tráfico de dicha sustancia en el país.
Organizaciones criminales fomantal el consumo de fentanilo en Chile
Por su parte, el informe del Ministerio Público sobre crimen organizado en Chile, en el periodo 2015-2023, advirtió sobre el posible interés de organizaciones criminales en introducir y fomentar el consumo de fentanilo en el país.
Esta droga sintética, reconocida por su alta letalidad y adictividad, ha generado graves crisis de salud pública en América del Norte, lo que ha generado de que este escenario se replique en nuestro país.
El informe planteó que el mercado de drogas sintéticas, liderado actualmente por sustancias como el MDMA y la ketamina, ha mostrado un aumento sostenido en los últimos años. Sin embargo, el surgimiento del fentanilo podría cambiar el panorama del crimen organizado en el país.
«En Chile las incautaciones de fentanilo reflejan cifras todavía reducidas, pero con una tendencia creciente que resulta por lo menos preocupante, pues podría estar escondiendo el interés de las organizaciones criminales de generar en Chile una demanda que luego pueda ser cubierta con la oferta de un fentanilo sólido», indicó el documento.
El estudio, elaborado por la Unidad especializada en crimen organizado y drogas de la Fiscalía, señaló que el riesgo de ingreso de fentanilo sólido es preocupante debido a «la crisis de salud pública que ha generado en otros países».
«Hasta el momento, las incautaciones han sido principalmente de origen farmacéutico y hospitalario, pero el 17 de junio de 2022 en la región Metropolitana, se decomisaron 1,9 gramos netos de un polvo compacto de color verde cuya composición consistía en fentanilo ilícito en estado sólido, mezclado con cafeína, morfina, etizolam, fenilpropanolamina, xilacina, acetilcodeina y monoacetilmorfina», indicó.
Esa fue la primera vez que en Chile se incautó fentanilo en estado sólido, lo que supone una manufactura en un emplazamiento ilegal, a diferencia de las demás incautaciones de la droga en estado líquido, que por lo general es envasado en ampollas y etiquetado legalmente para farmacéuticas u hospitales.
«Aunque no se ha registrado presencia de procesos de elaboración ilícita de esta droga en Chile, manteniéndonos en un contexto muy distinto al de los países del norte del continente, nos obliga a tener máxima atención al comportamiento de este fenómeno», agregó el informe, consignado por El Periodista.
“El fentanilo es 100 veces más potente que la morfina, y su impacto puede ser devastador si se establece en Chile”, advirtió por su parte el fiscal regional de Magallanes, Cristián Cristosto.
Señaló que aunque su tráfico aún es incipiente, la posibilidad de que grupos criminales generen una demanda deliberada para su comercialización plantea un riesgo significativo.
La “droga zombie”podría generar un crisis de salud
Aunque el uso legítimo del fentanilo en tratamientos médicos lo posiciona como un recurso valioso para el manejo del dolor severo, su irrupción en el mercado clandestino podría desencadenar una emergencia sanitaria sin precedentes en el país, con graves implicancias para la población y el sistema.
El profesor Ramón Sotomayor-Zárate, doctor en Farmacología, director del Centro de Neurobiología y Fisiopatología Integrativa de la Universidad de Valparaíso (CENFI UV), explicó que esta droga sintética actúa directamente en los receptores opioides del cerebro, especialmente en el circuito de la recompensa, una estructura clave en la regulación del placer y la motivación.
“El fentanilo hackea este sistema, estimulándolo de manera exagerada, lo que genera una dependencia extremadamente alta. Es una droga muy eficaz para tratar el dolor en pacientes oncológicos, pero su potencia también la convierte en altamente peligrosa fuera de este contexto”, señaló el especialista en drogas de abuso.
Ante la inquietud por la posible expansión ilegal del fentanilo en Chile, el doctor Ramón Sotomayor aclaró que esta droga ya está presente en el país como un medicamento aprobado por el Instituto de Salud Pública de Chile (ISPCH) para tratar dolores severos, especialmente en pacientes con cáncer.
“El fentanilo es un recurso invaluable en el contexto médico, particularmente para pacientes oncológicos. Si bien puede generar dependencia, su uso está plenamente justificado porque alivia dolores que de otro modo serán intolerables”, afirmó el investigador, quien además dirige el Programa de Magíster en Ciencias mención Neurociencias de la Universidad de Valparaíso.
Riesgos del fentanilo artesanal
Sin embargo, el académico advirtió que la situación cambia cuando esta droga sale del control clínico y se introduce al tráfico ilícito. Explicó que existen dos fuentes principales de fentanilo: la primera corresponde a productos farmacéuticos, como ocurrió en un caso reciente en que se detectó la venta de ampollas sustraídas de hospitales o clínicas. Este tipo de fentanilo es de grado farmacéutico, que se caracteriza por su alta pureza. La segunda fuente, mucho más peligrosa, es el fentanilo producido en laboratorios clandestinos.
“El fentanilo artesanal utiliza precursores químicos y se fabrica sin los estándares de calidad necesarios, lo que resulta en productos altamente contaminados”, enfatizó Sotomayor.
Destacó que estas sustancias suelen mezclarse con otras drogas, como cocaína o éxtasis, aumentando significativamente los riesgos de intoxicación. “Los contaminantes y la falta de control en su producción generan cuadros de intoxicación graves que no solo afectan al consumidor por el fentanilo, sino también por las sustancias adulterantes”, agregó.
El doctor Sotomayor advirtió que la proliferación de estas versiones sintéticas en las calles representaría una amenaza mucho más grave para la salud pública, especialmente entre adolescentes y jóvenes, quienes son los más vulnerables a estas sustancias.
“El acceso fácil al fentanilo clandestino podría incrementar significativamente los cuadros de adicción en este grupo. Es lo que ya vemos en el hemisferio norte, donde esta droga ha llegado a las calles de manera alarmante”, enfatizó.
Ante esta amenaza, el investigador se refirió a la importancia de estar alerta a las señales de consumo y sobredosis y señaló que los síntomas incluyen dificultad para respirar, pérdida de conciencia y pupilas contraídas.
En caso de emergencia, el doctor en Farmacología recomendó que se debe actuar rápidamente acudiendo a un centro de urgencias. “El uso de naloxona puede ser clave para revertir los efectos de una sobredosis, pero lo esencial es la prevención, sobre todo entre los más jóvenes”, dijo.
El fentanilo ya está en Chile como medicamento inyectable y parches transdérmicos, pero su posible irrupción en el mercado clandestino plantea un desafío para las autoridades y la sociedad.
“Evitar que esta droga se propague requiere un esfuerzo coordinado entre salud, educación y seguridad pública. La prevención y la educación son nuestras principales herramientas para frenar lo que podría convertirse en un grave problema de salud pública”, concluyó Sotomayor.