La cena de El Mercurio y Copesa con ministros, jueces y militares

Los altos personeros de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), entidad empresarial de los medios de comunicación privados y de corte derechista, agasajaron al poder político en uno de los espacios reservados para la elite chilena.

La cena de El Mercurio y Copesa con ministros, jueces y militares

Autor: Sebastian Saá

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Fue una cena en Casa Piedra. Ministros, jueces y militares junto a dueños y directivos de medios conservadores del país.

A Casa Piedra llegaron Ministros y Ministras del gobierno de Michelle Bachelet, jueces de la Corte Suprema y altos mandos de las Fuerzas Armadas, a parte de funcionarios de medio filo. La razón era la presentación de la nueva directiva de la ANP.

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Personeros del Estado, reunidos con los propietarios y directores de los medios de prensa hegemónicos del país que, entre otras cosas, tienen la característica de oponerse a las políticas de gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.

Así las cosas, Ximena Rincón, Ministra Secretaria de la Presidencia, compartió amenamente con Cristián Zegers, director de El Mercurio y los hermanos Edwards, hijos del dueño de ese diario conservador. Helia Molina, Ministra de Salud, Alberto Undurraga, Ministro de de Obras Públicas, Máximo Pacheco, Ministro de Energía, compartieron animadamente con Víctor Carvajal, director de La Segunda, Luz Márquez de la Plata, Vicerectora de Comunicaciones de la Universidad Católica, Felipe y Cristián Edwards, Ricardo Hepp, presidente de la ANP, entre otros.

En la cena también estuvieron el Comandante en Jefe del Ejército, Humberto Oviedo, el Nuncio Apostólico, Ivo Scapolo, el senador Andrés Zaldívar, el Intendente, Claudio Orrego, Catalina Saieh, vicepresidenta de COPESA (dueña de La Tercera, entre otros diarios), Patricio Valdés, de la Corte Suprema de Justicia, junto a otros parlamentarios, políticos y empresarios. Había varios ex funcionarios del diario La Nación, cerrado por el gobierno de Sebastián Piñera.

Más allá de lo formal, claramente la ANP quería dar una señal de poder e influencia política y tener bajo su techo a lo más granado de la clase política y altos representantes de las Fuerzas Armadas y del Poder Judicial.

Por lo demás, el gobierno y los militares, por ejemplo, son abastecedores de financiamiento de esos medios a través del avisaje y de compra, en muchas ocasiones, de suplementos o páginas enteras para promoverse. Sin contar que, pese a incontables episodios negativos, los personeros políticos, judiciales y militares, esperan tener la mejor de las disposiciones de los medios conservadores en manos de poderosos grupos económicos.

La ANP, por cierto, es la representante de propietarios de medios, es la punta de lanza gremial del sector comunicacional privado, lo que la llevó a respaldar el Golpe de Estado contra el Presidente Salvador Allende, simpatizar con la dictadura, no emitir juicio alguno por las acciones en contra de medios periodísticos y la libertad de expresión y constantemente, como hasta hoy, convertirse en recia opositora de las políticas de gobiernos progresistas o de izquierda, como los de Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia y Cuba, planteando que allí se vulneran derechos de expresión e información.

La ANP ha estado siempre bajo la hegemonía de grupos empresariales como El Mercurio, precisamente cuyo director, Agustín Edwards, fue denunciado desde Estados Unidos por haber recibido a lo menos dos millones de dólares de manos de un agente de la CIA, para financiar el diario y la campaña en contra del gobierno de Allende.

La ANP ha sostenido históricamente una pugna contra medios alternativos, sociales y regionales, promoviendo el oligopolio y el monopolio instalado a nivel de medios en Chile. Incluso oponiéndose a que el Estado subsidie o entregue avisaje a esos medios, pese a que la prensa conservadora ha sido salvada de la quiebra con aportes estales, los mismos que siguen llegando con un sistema no pluralista de entrega de avisajes.

Una cena con ese tipo de anfitriones a la cual, al parecer, los personeros del gobierno se sintieron u obligados o motivados a asistir.

Que autoridades de un gobierno progresista, de centro izquierda, en un momento que la política y sus representantes resienten el rechazo de la ciudadanía, se sienten en un festejo con esos representantes de un poder fáctico que ha jugado un papel tan oscuro en la historia del país, parece un riesgo.

El caso pone sobre la mesa de nueva cuenta si lo conveniente es que el poder político, como ocurre en otros países, esté lejos de propietarios y directivos de la prensa, como una medida sana y elocuente de transparencia y evitar confusiones de intereses.

A menos que haya intereses inconfesados o necesidades ocultas de tener a Ministros, parlamentarios, jefes de las FF.AA., y jueces de la Corte Suprema, aceptando la invitación de los dueños y directores de los medios de prensa conservadora, privada y hegemónica.

Por Gonzalo Magueda

Reporte.cl


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