La Federación Nacional de Sindicatos de Enel denunció que la nueva administración de la empresa, inició una ola de despidos y además desconoce beneficios históricos conquistados por los trabajadores.
Desde la Federación señalaron que se ha experimentado un grave deterioro del clima laboral y un trato hostil hacia los trabajadores.
Esta situación habría comenzado desde que la empresa, en manos italianas, se trasladó al nuevo Edificio Corporativo en Las Condes.
Tras esto, el sindicato solicitó la fiscalización de permisos de funcionamiento a distintos organismos, detectando una serie de incumplimientos que derivaron en multas y mejoras para cumplir con las normas vigentes, e instaurando un clima «de temor interno entre los trabajadores, temiendo ser despedidos en cualquier momento».
A través de un comunicado denunciaron que debido a esta «política de terror» se han visto afectados por numerosos y constantes despidos unilaterales y manifiestaron su preocupación por la forma en que serán indemnizados.
«La nueva administración anunció que los futuros despidos se ajustarían a lo establecido en la ley, dejando de lado la tradición que caracterizó a la empresa cuando era propiedad del Estado-y que se mantuvo tras suprivatización- de reconocer todos los años de servicio en caso de despido e incluso indeminizar con hasta 22% adicional a la totalidad de años trabajados», explicaron.
Señalaron que aunque la empresa informó en los últimos días su intención de mantener parcialmente la forma en que se indemnizaban los despidos, este anuncio «no garantiza que, en el futuro y ante una nueva situación de crisis de Italia, Enel quiera nuevamente echar mano a este sensible tema para los trabajadores chilenos».
Según consignaron en el comunicado, la situación se hizo más hostil en noviembre pasado, «cuando la nueva administración de Enel informaba la suspensión de todas las actividades de fin de año para los trabajadores, estas son la cena y la fiesta de Navidad para los hijos».
Enel tiene «dos caras»
También hicieron mención a que Enel «tiene dos caras» y denunciaron que aunque ante la prensa, la opinión pública y los inversionistas muestran que todo es ganancia-en torno a un 46%-, mientras que «todos los días se nos repite que estamos en crisis financiera, con una alta deuda que no permite tener gastos asociados a la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, y que ahora califica como injustificados, perdiendo el norte de lo que significa ser la empresa eléctrica más grande del país».
«Todo para compensar la deuda que llegó junto a la controladora italiana», aseveraron.
Cabe recordar que esta compañía, que controla gran parte del suministro eléctrico en Chile, no pertenece en su mayoría a capitales chilenos, sino a capitales italianos. Más aún, el propio Estado italiano posee una participación significativa en Enek, lo que le otorga un poder de intervención y decisión en un sector estratégico chileno, algo que ni siquiera el Estado chileno puede hacer, debido a barreras legales establecidas por decisiones políticas de décadas pasadas.