Tapachula, Chis.- Un importante golpe al tráfico de drogas se registró en el municipio de Huixtla, Chiapas, donde elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) aseguraron un cargamento de aproximadamente 250 paquetes de cocaína, durante una inspección a un tráiler en la aduana de Cerro Gordo, un punto clave en el control de tránsito fronterizo entre México y Guatemala.
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De acuerdo con reportes de seguridad, la operación ocurrió en el Centro de Atención Integral al Tránsito Fronterizo (Caift), mejor conocido como la aduana de Cerro Gordo, una instalación de revisión estratégica ubicada a pocos kilómetros de la frontera sur, utilizada principalmente para inspecciones migratorias, aduanales y militares. Esta zona es considerada un foco rojo en la vigilancia del contrabando y tráfico ilícito debido a su relevancia geográfica en las rutas que conectan a Centroamérica con el sureste mexicano.
El hallazgo: irregularidades en el tanque de combustible
Durante un operativo de rutina, elementos castrenses detuvieron la marcha de un tractocamión con placas 95-AS-2U, que transitaba desde Tapachula con destino al municipio de Arriaga. La revisión preliminar arrojó anomalías en el tanque de combustible, por lo que los militares realizaron una inspección más exhaustiva. Fue entonces cuando localizaron paquetes rectangulares encintados, ocultos dentro de la estructura del tanque.
Fuentes de seguridad señalaron que, al efectuar el conteo preliminar del cargamento, se encontraron aproximadamente 250 paquetes envueltos en cintas de distintos colores, característica típica del embalaje utilizado por organizaciones criminales para diferenciar los envíos entre grupos o destinatarios.
La ruta y el operador: señales del crimen organizado
El conductor del tráiler, identificado como Sergio Iván “R.C.”, originario del estado de Sinaloa, fue detenido en el lugar y puesto a disposición del Ministerio Público Federal (MPF), bajo cargos por delitos de tráfico de drogas y delincuencia organizada.
La procedencia del cargamento, así como su destino, evidencian las rutas de tráfico empleadas por los cárteles de la droga, que utilizan el corredor Tapachula-Arriaga como uno de los principales puntos de traslado de narcóticos hacia el interior del país. Esta región, por su cercanía a la frontera guatemalteca, es clave para el ingreso de cocaína proveniente de Sudamérica, un negocio multimillonario controlado principalmente por el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), dos de las organizaciones más poderosas que actualmente disputan el control del territorio chiapaneco.
La frontera sur: zona de disputa y tráfico ilícito
El aseguramiento de este cargamento ocurre en un contexto de intensa violencia y presencia de fuerzas de seguridad en Chiapas, una entidad que ha visto cómo la disputa entre cárteles rivales ha incrementado el flujo de drogas, armas y migrantes a través de rutas terrestres y fluviales. La zona fronteriza con Guatemala ha sido históricamente utilizada como corredor del narcotráfico, pero en los últimos años, el control de estas rutas se ha convertido en una prioridad para grupos criminales, lo que ha generado una ola de violencia en municipios clave como Tapachula, Huixtla, Suchiate y Comitán.
Además del trasiego de drogas, la frontera sur enfrenta un auge en el tráfico de personas, una actividad que también está bajo el control de las mismas organizaciones criminales, quienes extorsionan, secuestran y utilizan a migrantes como “mulas humanas” para transportar narcóticos hacia el norte del país.
Operativos y refuerzo de seguridad
Ante esta compleja situación, las fuerzas federales y estatales han intensificado los operativos en la región para contener el avance del crimen organizado y frenar el flujo de drogas y armas. El decomiso de los 250 paquetes de presunta cocaína en la aduana de Cerro Gordo representa un golpe significativo a las operaciones de los cárteles, aunque las autoridades reconocen que la guerra por el control del territorio continúa.
Por ahora, el cargamento y el detenido fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR), que se encargará de llevar a cabo las investigaciones correspondientes para determinar el origen exacto de la droga, su destino y la estructura criminal detrás de este envío.
Este aseguramiento es un recordatorio del alto grado de complejidad en la frontera sur, donde los operativos de vigilancia son apenas una parte de la estrategia necesaria para combatir al narcotráfico en una región que, cada vez más, se convierte en un campo de batalla del crimen organizado.
Foto: Archivo
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