A 10 años de reanudar relaciones Cuba-EE.UU. el bloqueo persiste ante segundo mandato de Trump

El vicecanciller cubano Carlos Fernández de Cossío dijo que el gobierno "trumpista" terminará, pero "la Cuba socialista, estará aquí"

A 10 años de reanudar relaciones Cuba-EE.UU. el bloqueo persiste ante segundo mandato de Trump

Autor: agenciaxinhua

La Habana. A pesar de la reanudación de relaciones diplomáticas con Estados Unidos hace hoy 10 años, Cuba sigue enfrentando la hostilidad de Washington y dispuesta a resistir un nuevo mandato presidencial de Donald Trump.

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«Sabemos que vamos a ser capaces de sobrevivir. Dentro de cuatro años el Gobierno de Trump habrá terminado y Cuba, la Cuba socialista, estará aquí», afirmó a la prensa el vicecanciller cubano Carlos Fernández de Cossío en el inicio en La Habana de un foro de diálogo académico para analizar las relaciones bilaterales.

El diplomático admitió preocupación por los efectos que puede tener sobre la economía y la población cubanas una mayor hostilidad de Washington, que ha demostrado, dijo, tener una capacidad destructiva muy eficaz.

«En esta difícil relación queda claro que hay un país agresor y un país agredido», afirmó el vicecanciller, quien además recordó que durante esta década la isla caribeña ha cumplido todos sus compromisos y «Estados Unidos los incumplió».

El 17 de diciembre de 2014, los dos gobiernos sorprendieron al mundo con el inesperado anuncio de que ambos países normalizarían sus lazos oficiales, rotos por la Casa Blanca en enero de 1961.

En intervenciones televisivas simultáneas, en Washington y La Habana los entonces presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y ​​de Cuba, Raúl Castro, hicieron el anuncio como resultado de varios meses de conversaciones secretas.

«Resultado de un diálogo al más alto nivel, que incluyó una conversación telefónica con el presidente Barack Obama, se ha podido avanzar en la solución de algunos temas de interés para ambas naciones«, señaló en su momento Castro.

Obama, por su parte, aseguró que Estados Unidos «elige soltar las cadenas del pasado para alcanzar un mejor futuro: para el pueblo cubano, el pueblo estadounidense, para todo nuestro hemisferio y para el mundo».

El anuncio ocurrió el mismo día del año en que los santeros cubanos, seguidores de la Regla de Osha, veneran a Babalú Ayé, una figura transculturada en el San Lázaro católico y muy respetada en la isla, por lo que se recubrió de cierto misticismo religioso.

Sin embargo, más allá de esa mística, lo cierto es que ese día también regresaron a Cuba tres agentes cubanos acusados ​​de espionaje y condenados a largas penas de cárcel en Estados Unidos.

Los tres fueron intercambiados por Alan Gross, un contratista estadounidense y un agente infiltrado de alto nivel de la CIA, ambos capturados y sancionados en La Habana.

Unos meses antes habían regresado a La Habana otros dos agentes que formaron parte del grupo conocido como «Los Cinco», por los que el gobierno cubano levantó una potente campaña internacional.

Washington y La Habana acordaron reinaugurar formalmente sus embajadas, cerradas cuando el Gobierno de Dwight Eisenhower rompió relaciones diplomáticas con Cuba, aunque los lazos se mantuvieron al bajo nivel de «Secciones de intereses», abiertas durante el Gobierno de James Carter.

En abril de 2015 la Casa Blanca retiró a Cuba de la Lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional, elaborada por el Departamento de Estado, y reabrieron oficialmente sus respectivas legaciones diplomáticas.

Obama viajó a Cuba en marzo del 2016 y se convirtió en el segundo mandatario estadounidense en ejercicio en pisar suelo cubano después de Calvin Coolidge, quien lo hizo en 1928.

Los dos gobiernos firmaron 22 acuerdos en diversos temas y Washington permitió que millas de estadounidenses viajaran a la isla, lo que hizo florecer a la economía cubana.

«El breve acercamiento resultó positivo para Cuba, para Estados Unidos y concitó el respeto y la celebración y admiración de muchos gobiernos del mundo»

Carlos Fernández de Cossío
Canciller cubano

Sin embargo, «la Luna de miel» terminó en 2017 con la llegada al poder de Donald Trump, cuya administración dio marcha atrás al acercamiento bilateral, al endurecer y aumentar las sanciones como mecanismo para subvertir el orden político a través de la asfixia económica.

La administración de Joe Biden, quien asumió el poder en enero de 2021, a pesar de las promesas de campaña mantuvo las sanciones, incluido el reingreso de Cuba a la Lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional, que había aprobado Trump.

Ahora la isla caribeña vive una crisis de desabastecimiento de combustible, alimentos y medicamentos, cuya expresión más evidente son los constantes apagones.

El regreso de Trump a la Casa Blanca, en enero venidero, presagia un retorno a la «máxima presión», en especial con Marco Rubio como secretario de Estado, un senador hijo de cubanos emigrados y partidario de una política de mano dura contra La Habana, que, sin embargo, mantiene la voluntad de dialogar.

«Cuba tiene la disposición de sentarse con Estados Unidos en busca de una relación seria, respetuosa, pero que, por supuesto, tiene que atenerse al respeto a los derechos soberanos de Cuba, a nuestro derecho a la libre determinación ya la no injerencia en nuestros asuntos internos»

Las autoridades de la isla mantienen además el criterio de que el principal obstáculo en los vínculos bilaterales es el bloqueo, que Washington mantiene desde febrero de 1962 y que ha ocasionado al país daños acumulados por la cifra astronómica de 164.141 millones de dólares, a precios corrientes.

Foto: X

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