Algunos vestían camisetas del Club Deportivo Palestino. En su mayoría, la versión reivindicativa con el mapa de Palestina histórica a modo de número 1 en la espalda. Mucho más común y casi universal era el uso de la Kufiyya, más conocida en occidente como pañuelo palestino por su asociación con la causa y en general con los levantamientos justos ante la opresión. La bandera tetracolor de Palestina era la que más flameaba. Le seguían en número las banderas rojas con letras amarillas del Partido Comunista Chileno-Acción Proletaria (PC-AC), las del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) y las de la Juventud Guevarista con el infaltable rostro del Che, en el verdadero espíritu de lo que su imagen debiese proyectar. En un punto se sumaron también banderas de la U debido a que el brazo más combativo de los barristas se sumó también a la manifestación.
Desde las escaleras emanaban discursos llenos de ilusión, indignación, combatividad, denuncia y reivindicación. Los manifestantes llegábamos por un lado hasta la calle Agustinas y por el otro, unos 20 metros finalizadas las escaleras. En los momentos de silencio de parte de los dirigentes, los manifestantes iniciabamos cantos: “Palestina libre sin ocupación, abajo el muro de segregación” “Gaza resiste, Palestina existe” y en mucho menor medida “Israel asesino, del pueblo Palestino”
A los cantos populares se sumaban gritos espontáneos. ¡Salam Palestina! ¡Palestina Libre! y ¡Viva Palestina! fueron los más comunes. Un grupo de baile y música invitado se dispuso en el medio de la gente. Sus movimientos y ritmos de tambores levantaron aún más los ánimos.
Las participaciones de los líderes de las agrupaciones participantes terminaron poco antes de las 14:00. A esa hora emprendimos el retorno hacia la Alameda. En movimiento cubríamos alrededor de 2 cuadras y media. Los organizadores se preocupaban de no interrumpir el tránsito en los cruces del Paseo Ahumada. Nos movilizamos siempre cantando y arengando, como intentando materializar con nuestras voces lo que es justo: ¡Palestina Libre!
Al llegar a la salida del metro Universidad de Chile, algunos grupos de adolescentes y adultos de la colonia Palestina aprovechan el encuentro para compartir conversaciones distendidas. Los demás nos vamos dispersando de a pocos, con los ceños fruncidos.
Texto y fotos por Eduardo Osterling
El Ciudadano