Testimonio de primera mano del mortífero ataque al puerto de Gaza

Hay una explosión ensordecedora, luego otra. Mueren cuatro niños. Cuatro supervivientes logran protegerse en nuestro hotel.

Testimonio de primera mano del mortífero ataque al puerto de Gaza

Autor: Sebastian Saá

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El primer proyectil cayó sobre el malecón del pequeño puerto de la ciudad de Gaza poco después de las cuatro. Cuando se aclaró el humo de la primera explosión se pudo ver cuatro figuras corriendo, unas siluetas imprecisas, unas piernas moviéndose frenéticamente a lo largo del muro. Incluso a una distancia de 200 metros era evidente que tres de ellos eran niños . Tras saltar al otro lado del muro del puerto se dirigieron a la playa tratando de atravesar la corta distancia que les separaba de ponerse a refugio en el hotel Al-Deira, donde se alojan muchos de los periodistas que cubren el conflicto de Gaza. Hicieron señas y gritaron al ver a los periodistas al pasar ante de un grupo de tiendas para el baño de colores que utilizan los bañistas en tiempo de paz.

Ahí fue donde cayó en segundo proyectil en la playa; parecía que quienes lo dispararon ajustaron el tiro para dar a los supervivientes que huían. Cuando explotó los periodistas que había en la terraza gritaron: “¡Solo son niños!».

En 40 segundos, cuatro niños que habían estado jugando al escondite en las casetas de los pescadores junto al malecón estaban muertos. Eran de edades comprendidas entre los siete y los once años; dos de ellos se llamaban Mohamed, otro Zakaria y el más pequeño Ahed. Todos ellos pertenecían a la gran familia Bakr.

Otros tres niños que estaban heridos lograron llegar al hotel: Hamad Bakr, de 13 años, con metralla en el pecho; su primo Motasem, de 11, herido en la cabeza y las piernas, y Mohammad Abu Watfah, de 21, herido de metralla en el estómago.

Un hombre que había estado cerca de ellos llegó primero a la terraza del hotel trepando por un empinado banco de arena. Era un hombre delgado de unos 30 años. Gimió y apretó una camiseta que ya estaba teñida de sangre contra una herida en el estómago. Se desmayó y se lo llevaron en un taxi al que se había parado en la calle cuando se puso pálido y perdió las fuerzas.

Después se subió a los niños. Los periodistas que le aplicaron los primeros auxilios quitaron la camiseta al primer niño y encontraron un agujero de la metralla, pequeño y redondo como la cabeza de un lápiz, donde estaba herido en el pecho. Otro niño, su hermano o primo, que estaba ileso, se desplomó llorando a lo largo de la pared.

El niño herido gritaba de dolor mientras los periodistas limpiaban y vendaban la herida poniéndole una venda al rededor del pecho. Hizo un gesto de dolor, claramente avergonzado cuando un colega miró en su pantalón buscando la herida de la que le sangraba la pierna. Un camarero agarró un mantel para utilizarlo de camilla, pero un fotógrafo tomó al niño en sus brazo y lo llevó a la ambulancia.

El ejército israelí afirmó que estaba investigando el accidente. Las Fuerzas de Defensa de Israel [nombre con el que se autodenomina el ejército israelí. N. de la T.] declararon a la agencia AFP: «Según los resultados preliminares, el objetivo de este ataque eran agentes terroristas de Hamás. Las víctimas civiles que parece que ha habido en este ataque es un resultado trágico».[…]

Por Peter Peaumont
The Guardian

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Vídeo del ataque

N. de la T.: Las fotos están tomadas de http://www.commondreams.org/further/2014/07/16-3

 


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