Este domingo la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el informe de sus primeros cien días de gobierno ante los ciudadanos que acudieron al Zócalo de la Ciudad de México. Se trata de un evento político, donde además de conocer las cifras de las acciones realizadas, tal vez lo más importante, sea escuchar la postura de la presidenta sobre los alcances estratégicos de la Cuarta Transformación y en particular, su opinión sobre la próxima llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y la relación que se tendrá con él.
El cambio de régimen iniciado en 2018 por el presidente Andrés Manuel López Obrador ha encontrado en estos momentos las condiciones propicias para poder cristalizarse. Todo cambio de régimen debe expresarse en la Constitución. Así lo hizo el PRIAN durante el periodo neoliberal. En 36 años, desmontaron la naturaleza social del pacto constituyente del 17, sustituyéndolo por otro, donde redujeron las funciones del Estado e impusieron la lógica del mercado en el texto constitucional. Ese régimen acentuó las desigualdades sociales y llenó de corrupción las instituciones públicas.
La presidenta ha resaltado que al contar con mayoría calificada en el Congreso de la Unión se ha logrado avanzar en estos tres meses mucho más que en los seis años de AMLO. Destacando en particular, la reforma al Poder Judicial, que será materia de elección de sus integrantes el primer domingo de junio. Y este es un asunto estratégico.
El poder judicial se convirtió en la última trinchera de la batalla política entre el antiguo y el nuevo régimen durante la segunda parte del gobierno de AMLO. La mayoría de ministros conservadores impidieron una y otra vez los avances que votaba la 4T en las cámaras. La solución al conflicto que planteó el presidente López Obrador y refrendó la entonces candidata Claudia Sheinbaum, tomó por sorpresa a la oposición y tensó al máximo el proceso electoral. Darle al pueblo la decisión, con su voto, de determinar quiénes deben ser los integrantes del poder judicial.
Dice bien la presidenta, si ella hubiera querido “tomar el control” de ese poder, solo tenía que dejar pasar el tiempo para hacer las propuestas de reemplazo de ministros, como estaba establecido, y al cabo de dos o tres años, tener la mayoría en el pleno de la SCJN. Pero no se trataba de eso. Lo que no entiende la oposición, acostumbrada a los acuerdos “en corto”, es que la Cuarta Transformación parte de darle más poder al pueblo en los asuntos públicos. Se trata de democratizar y socializar las decisiones, de generar una cultura de apropiación de lo público fortaleciendo las figuras de democracia participativa.
Estos cien días, han dejado en claro, que la presidenta tiene el mando de la agenda política. Que empieza a imponer su sello. Que está dedicada a aprovechar cada día de su gobierno para consolidar y profundizar la transformación. Que gobernar no es solo administrar mejor, sino imponer un rumbo distinto en las políticas públicas a favor de las clases populares. Que tiene políticas para todos los frentes y que empieza a haber resultados positivos en concordancia con la expectativa generada. Por eso, todas las encuestas de opinión coinciden en otorgarle una calificación muy alta de respaldo ciudadano.
Sobre qué se espera con la llegada de Donald Trump el próximo 20 de enero, fue cauta y escueta. Nada nuevo. Habrá que esperar para no generar especulaciones. Lo cierto es que el movimiento que hizo de establecer una relación respetuosa, con diálogo, de coordinación, de colaboración, sin subordinaciones de ningún tipo, es una postura correcta.
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El Tratado de libre comercio de los tres países de América del Norte, vigente hasta 2026, tiene la firma del presidente Donald Trump. Ahí se establecen las reglas a las que estamos obligados los tres países en materia comercial. Por eso, cuando Trump amenaza con imponer aranceles del 25% o del porcentaje que sea, estaría en los hechos desconociendo su firma y desconociendo el tratado, y colocando la relación en una incertidumbre que nadie desea. La presidenta Sheinbaum tiene el talento y la experiencia para enfrentar este nuevo momento, con firmeza, claridad y sin dejar trozos de dignidad en el camino.
Agradezco la oportunidad de El Ciudadano de contar con este espacio de manera cotidiana. Y si me lo permiten, lo haremos todos los lunes, “Desde la Plaza”.
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