Desde niños nos inculcan la creencia de que, con el año nuevo, vendrán mejores tiempos. Y entre el frío nostálgico, las luces anhelantes, las ausencias en la mesa y las carencias en los bolsillos, uno se la cree. A la mejor porque no hay de otra. En lo personal, desde morrillo, siempre estuve a la expectativa de los vientos de cambio, aunque no tenía muy claro cómo influiría en ello el nuevo año. Aún así, la fecha es un gran pretexto, no solo para esperar que sucedan cosas buenas, sino para trabajar para que puedan suceder.
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Si me preguntan, estos son mis deseos para 2025:
- Que las y los secretarios de Estado no lleven hieleras con chelas y pomos en los coches oficiales de gobierno para pistear con sus amigos secretarios en horas de trabajo.
- Que las y los gobernadores no otorguen concesiones a la iniciativa privada que excedan los periodos de sus administraciones.
- Que no otorguen concesiones a familiares, amigos, empresas fantasma ni comercializadoras improvisadas que encarezcan los servicios contratados.
- Que las y los diputados sean ignorados cuando exigen favores por tener el cargo.
- Y que visiten a la gente de sus distritos para conocer las necesidades y gestionar su solución ante las autoridades municipales, estatales o federales.
- Que legislen para terminar con la reelección.
- Y, mientras eso sucede, que Morena deje de reelegir perfiles.
- Especialmente los que ya están en su segundo o tercer periodo de reelección.
- Que se apruebe el incremento de aguinaldo a 30 días de salario, por lo menos.
- Que se apruebe la semana laboral de cinco días.
- Que el ejecutivo federal y los ejecutivos estatales vigilen el cumplimiento cabal de la semana laboral de cinco días.
- Que la dirigencia de Morena no recoja cascajo de otros partidos.
- Que no difundan la idea de que se necesita el cascajo para ganar elecciones.
- Que el proceso de selección de candidatas y candidatos considere el perfil ético de quienes aspiren.
- Que el partido incremente los esfuerzos de formación política y técnico-administrativa para la militancia.
- Que la gente honesta pueda acceder a los cargos de representación popular y de toma de decisiones para servir al Pueblo como se merece.
- Que se reduzcan los sueldos desproporcionados de los cargos públicos.
- Que las y los nuevos integrantes del poder judicial detengan la venta de justicia.
- Que la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo tenga el suficiente respaldo popular para frenar cualquier intento de desestabilización de su gobierno.
- Que la oposición continúe igual de iracunda, irracional y desorganizada, como hasta ahora.
Todos mis deseos serán consecuencia directa de la voluntad de las personas que están en el poder; sucederán únicamente con su consentimiento, decisión y su renuncia a los privilegios individuales para dar paso al bienestar colectivo. Y lo que más deseo es que las y los representantes populares no se pierdan en la parafernalia del poder; que no olviden por qué estamos luchando, que es la banda más necesitada de este país.
Al Pueblo, a la clase trabajadora de este país, le deseo que le duela el dolor ajeno, para que la fraternidad, la solidaridad y la empatía ganen terreno frente al egoísmo y la indiferencia conservadora. Que el clasismo, el racismo y el machismo sean derrotados por la unión y el respeto entre las personas y los pueblos. Que el ejemplo del Presidente Andrés Manuel López Obrador siga inspirando las acciones del movimiento que está transformando la vida pública de México.
¡A toda la banda que impulsa este proceso revolucionario de la Cuarta Transformación: les deseo que sus corazones ardan de lealtad, rebeldía, honestidad y amor al Pueblo!
¡Toneladas de amor, salud, familia, bienestar y Heavy Metal para toda la tropa!
¡Brindo por un año 2025 de justicia, Obradorismo y regeneración nacional!
-Eduardo Gandur-
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